Las definiciones clave de "Fratelli tutti", la nueva encíclica del Papa Francisco
El Máximo Pontífice en su nuevo escrito repasa temas sociales, políticos y económicos. El eje principal es la "fraternidad y la amistad social". También se mostró a favor que la ONU asegure "la protección de los Estados más débiles" y habló de la deuda externa. Reafirmó su rechazo a la guerra y a la pena de muerte.
El Papa Francisco analiza en su nueva encíclica "Fratelli tutti" (Hermanos todos) aspectos de carácter sociales, políticos y económicos. Mientras pone el eje en la "fraternidad y la amistad social", también habló de los Estados más débiles y la deuda externa de los mismos. A su vez, reafirma su rechazo a la guerra y la pena de muerte.
"El pago de la deuda en muchas ocasiones no sólo no favorece el desarrollo, sino que lo limita y lo condiciona fuertemente", plantea con énfasis el Papa en el quinto de los ocho capítulos de la Encíclica, titulado "la mejor política".
Sin embargo, en la misma dirección, sostiene que "si bien se mantiene el principio de que toda deuda legítimamente adquirida debe ser saldada, el modo de cumplir este deber que muchos países pobres tienen con los países ricos no debe llegar a comprometer su subsistencia y su crecimiento".
En otro punto del escrito, Bergoglio advierte sobre los procesos de desintegración que se dan a nivel global y sostiene que "hay países poderosos y grandes empresas que sacan rédito de este aislamiento y prefieren negociar con cada país por separado".
"Por el contrario, para los países pequeños o pobres se abre la posibilidad de alcanzar acuerdos regionales con sus vecinos que les permitan negociar en bloque y evitar convertirse en segmentos marginales y dependientes de los grandes poderes", plantea en la Encíclica para la que se sintió "especialmente estimulado" por el documento que firmó en 2019 sobre la "fraternidad y la paz" con el Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, máxima autoridad del Islam suní.
En otro pasaje, el pontífice analiza cómo "algunos nacen en familias de buena posición económica, reciben buena educación, crecen bien alimentados, o poseen naturalmente capacidades destacadas" y que "seguramente no necesitarán un Estado activo y sólo reclamarán libertad".
"Pero evidentemente no cabe la misma regla para una persona con discapacidad, para alguien que nació en un hogar extremadamente pobre, para alguien que creció con una educación de baja calidad y con escasas posibilidades de curar adecuadamente sus enfermedades", recuerda.
Y en cuanto a la visión del mercado como eje ordenador, manifestó: "Si la sociedad se rige primariamente por los criterios de la libertad de mercado y de la eficiencia, no hay lugar para ellos, y la fraternidad será una expresión romántica más".