En un nuevo gesto que puede leerse como una señal política, el papa Francisco recibirá el 16 de septiembre a una delegación de la Confederación General del Trabajo (CGT) en el Vaticano. El encuentro será liderado por Héctor Daer y Pablo Moyano, dos de las figuras más destacadas del sindicalismo argentino, quienes presentarán un documento al Sumo Pontífice detallando sus preocupaciones por las consecuencias que podría tener el plan económico de Javier Milei.

El documento que entregarán los dirigentes sindicales pone especial énfasis en el crecimiento de la pobreza y la caída del empleo en Argentina, alertando sobre el impacto que las políticas propuestas por Milei podrían tener sobre los sectores más vulnerables. La CGT busca que Francisco avale su posición y respalde un eventual reclamo frente al Gobierno, en un contexto de creciente tensión política y social en el país.

Esta audiencia con el Papa se produce en medio de un proceso interno en la CGT para redefinir su postura frente al Gobierno, especialmente tras el rechazo a participar en la mesa de Diálogo Social junto a empresarios y jueces laborales. Dicho rechazo surgió en parte por las objeciones del gremio a la reforma laboral incluida en la Ley Bases, que se está debatiendo bajo la supervisión del secretario de Trabajo, Julio Cordero, y el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.

Entre los puntos más controvertidos de la reforma, los sindicalistas se oponen a la creación de la figura del trabajador independiente con hasta tres colaboradores autónomos, a la penalización de bloqueos y tomas de empresas, que serían consideradas como "grave injuria laboral" y permitirían el despido con causa, y a los nuevos obstáculos para que los trabajadores monotributistas puedan demostrar una relación laboral.

Además de Daer y Moyano, la delegación incluirá a Gerardo Martínez, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Maia Volcovinsky. Esta audiencia con el Papa podría retrasar el debate interno de la CGT sobre cómo continuar su vínculo con el Gobierno, una cuestión que ha generado divisiones dentro del movimiento sindical.

El viaje de la delegación se realizará apenas tres días después de que Francisco finalice una gira por Asia, que lo llevará a Indonesia y Singapur. Si bien su estado de salud es un factor a considerar, la audiencia con los sindicalistas ya fue confirmada y se espera que sea un momento clave para la relación entre la Iglesia y el sindicalismo argentino.

Este no será el primer encuentro del Papa con representantes sindicales. En junio, Francisco recibió en el Vaticano al secretario general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, Juan Pablo Brey, y a José Voytenco, líder de la Uatre, quienes le presentaron iniciativas como el proyecto "Hambre Cero en Argentina". Este proyecto, destinado a la distribución de alimentos entre la población en situación de vulnerabilidad, refleja la preocupación del Pontífice por las problemáticas sociales en su país natal.

La CGT también aprovechará la oportunidad para reiterar su pedido de que Francisco regrese a Argentina, una visita que ha sido objeto de especulación durante años. Según fuentes cercanas al Vaticano, el Papa ha manifestado su deseo de visitar Santiago del Estero, provincia que ha designado como "sede primada" de la Iglesia en el país.