La semana "presidencial" de Axel Kicillof: unidad latinoamericana, "rockstar" universitario y actos en GBA
La tropa del gobernador bonaerense ya lo posiciona de cara al 2027. Del "jefe político" de PBA a su confrontación nacional con Milei. La marcha que lo empoderó y la interna del PJ en los municipios con CFK como protagonista estelar.
El gobernador bonaerense Axel Kicillof está decidido a salir a jugar fuerte en el camino al que ya lo convocan sus dirigentes más cercanos y también un grupo fuerte de intendentes de la provincia que lidera. En otras palabras, busca reposicionarse hacia adentro de Unión por la Patria con el claro fin de consolidar su figura de dos veces mandatario de la jurisdicción más poblada del país. Un argumento sólido, según sus allegados, que lo pone en el primer lugar de la lista de referentes para salir a dar la pelea por el poder en 2027.
Está claro que para eso falta. Y que las peleas internas de hoy, en un contexto de clara crisis, con un fuerte ajuste de parte del gobierno nacional, no muestran la mejor versión del peronismo. O, al menos, de una oposición que pretende salir a dar vueltas las cosas con una propuesta diferente.
Sin embargo, como contracara, el momento se muestra ideal para salir a confrontar a un presidente al que, como quedó demostrado el pasado martes en la marcha universitaria, un sector fuerte de la sociedad, incluso parte de los que lo votaron, decidió ponerle un freno. Y Kicillof no quiere perder la oportunidad.
En ese marco, su ministro de Gobierno, y mano derecha, Carlos Bianco, fue claro ante la consulta de un medio sobre aquellos que lo ven como líder del espacio. “Me parece natural, porque es la principal figura institucional del peronismo en la Argentina”, manifestó.
No fue el único, Andrés “Cuervo” Larroque, quien cada vez cobra más fuerza en el círculo de confianza del gobernador también fue contundente al respecto. “Me parece que llegó el momento de reconocer que Kicillof es el jefe político de la provincia de Buenos Aires, porque lo han revalidado en una segunda elección y debemos colaborar constructivamente en ese proceso”, sostuvo en un claro posicionamiento en favor del mandatario hacia la compulsa mayor del 2027.
Kicillof tuvo en la marcha universitaria del pasado martes un recibimiento especial. El gobernador recorrió al trote, rodeado por un grupo de personas de seguridad ante gritos femeninos, como una especie de "rockstar", el camino desde la Plaza del Congreso hacia Plaza de Mayo con el latido popular de cerca. Quienes lo reconocieron a su paso celebraron su presencia y lo acompañaron con cánticos pidiéndolo para que sea presidente.
Incluso, tras a una operación periodística que buscó manchar su imagen, se comprobó que el gobernador se negó a subir al escenario del acto principal para no desviar el foco de un reclamo que convocó a docentes, no docentes, estudiantes, trabajadores y diferentes columnas gremiales y políticas de diferentes orígenes.
“Quedó claro que Axel se acercó para brindar su apoyo. Y que los malintencionados de siempre operaron en su contra. Pero la única respuesta real la encontrás en la calle. Y quedó demostrado lo que pasa con Axel cada que se suma a un evento de estas características”, le dijo a Data Clave un hombre cercano al gobernador.
Lo cierto es que hoy, el mandatario cuenta con un fuerte debe: una movimiento propio. Una corriente que tire en su favor y que se encolumne detrás de su figura. En otras palabras, Kicillof hoy tiene una militancia “prestada” de parte de los jefes comunales que lo apoyan y de algunos gremios, pero no logró generar una representación propia. Algo que, a la hora de salir a buscar la Nación, tendrá su peso.
Cruzando el charco
Con el envión de quienes lo vitorearon a un costado del escenario donde se acercó a saludar a los rectores, Kicillof emprendió el jueves un viaje a Uruguay para participar de una jornada por el aniversario del Desembarco de los 33 Orientales. Desde el país hermano el gobernador destacó que “la Argentina y Uruguay están inexorablemente vinculadas desde sus orígenes, a pesar de los intereses que han tratado de dividir a nuestras naciones”.
Y agregó: “Estamos convencidos de que no hay proyecto nacional sin una mirada regional: quienes aspiramos a un futuro con inclusión e igualdad, sabemos que el éxito solo es posible a través de la unidad latinoamericana”. Sus declaraciones se dieron un día después de la visita del presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, a Bariloche, donde participó de la cumbre empresaria en el Hotel Llao Llao, donde insistió para el Mercosur, al que siempre cuestionó, salga de su inactividad.
Kicillof sabe que la discusión política hoy pasa por confrontar de manera directa con Javier Milei por la actualidad del país y también, claro está, con todo lo que ello también conlleve. Incluso más allá de lo que tiene que ver en particular con un mundo bonaerense que lo llama a no perder la línea provincial con sus múltiples dificultades.
Triple marca
El gobernador concluirá una semana de fuerte movimiento, también visitó Lanús, donde manda el camporista Julián Álvarez, en medio del conflicto interno que mantiene con la organización que lidera Máximo Kirchner, con dos participaciones especiales en Ensenada y Avellaneda, donde los intendentes Mario Secco y Jorge Ferraresi, respectivamente, lo recibirán como parte de un par de inauguraciones.
No será un desembarco más. El gobernador dirá presente en los distritos de los jefes comunales que más vienen haciendo fuerza en favor de posicionarlo como un referente nacional. Y, también, en el marco de lo que será el arribo de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner a Quilmes, donde manda la también camporista Mayra Mendoza.
Según confiaron a este medio, Kicillof también dirá presente. Pero desde un lugar de oyente. Habrá que ver cómo serán sus próximos movimientos luego de lo que exponga la exmandataria nacional en medio de una puja de intereses políticos hacia adentro de una coalición que está más entretenida en disputarse el poder interno que en ser oposición.