La Corte Suprema decidió -por mayoría- no aceptar el pedido de licencia extraordinaria presentado por Ariel Lijo, que buscaba llegar al máximo tribunal después del decreto que lo nombró en comisión. 

Los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Manuel García-Mansilla sostuvieron que Lijo no puede asumir en el máximo tribunal sin renunciar antes a su cargo como magistrado en la justicia federal.

Por su parte, Ricardo Lorenzetti quedó en minoría y decidió no firmar la resolución. So postura es que debía tomarsele juramento a Lijo. El magistrado, que fue presidente de la Corte casi durante una década, fue quien desde el inicio propulsó la candidatura del juez y también quien más contacto tuvo con el gobierno libertario.

A partir de esta decisión, la suerte de Lijo está puesta únicamente en el Senado. Si la Cámara Alta sesiona y el juez obtiene los dos tercios de los votos de los senadores presentes, podría integrar la Corte a través del método constitucional.

Ese panorama es complejo, debido a que la oposición se mostró en contra del decreto firmado por Javier Milei. Por otra parte, en la justicia federal todavía hay planteos en contra del nombramiento tanto de Lijo como de García Mansilla, que juró la semana pasada.