Kicillof, Massa y la pesada unidad: relación abierta (y tirante), deudas políticas y un escollo interno
Un conflicto en un municipio pequeño de la Provincia reavivó las diferencias hacia adentro del espacio. El pedido para bajar la espuma de parte del ejecutivo bonaerense, el acto que provocó un fuerte enojo y el rol del FR en la gestión actual.
La relación entre el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el excandidato a presidente de Unión por la Patria, Sergio Massa, no es la mejor. Y tampoco tendría que serlo. En los hechos, ambos forman parte de diferentes corrientes políticas hacia adentro de una amplia coalición que agrupa a partidos del justicialismo y del progresismo. Sin embargo, en tiempos de oposición nacional, y sin las mieles que ofrece el poder central, las diferencias quedaron más expuestas que lo habitual.
En las últimas horas, un cruce territorial en un distrito bonaerense de poco más de 10 mil habitantes provocó un nuevo entredicho que amagó con escalar por la bronca que se generó a nivel local entre el jefe comunal Maximiliano Sciaini, del Frente Renovador, y el peronismo local, que responde al gobernador, representado por el exjefe comunal Juan Carlos “Chinchu” Gasparini.
El conflicto estalló días atrás cuando el Concejo Deliberante sesionó y procedió a cambiar las autoridades del cuerpo. Eso significó el desplazamiento del radical Leandro López, quien había llegado a ese lugar tras un acuerdo con el oficialismo local. Con dos nombres en juego, entre una edil de la oposición y uno del Frente Renovador, la concejal de la Coalición Cívica se terminó imponiendo por el voto del bloque Axel Conducción.
Como era de esperar, el movimiento provocó la bronca total del jefe comunal quien comunicó el accionar hacia arriba y llevó a que desde el massismo, una vez más, se planten ante Kicillof. Sin embargo, según le contaron a este medio, “fue un problema del radicalismo, entre ellos. Pero desde el massismo salieron a meternos a nosotros porque siempre es la forma que tienen cuando quieren pedir algo”, le dijo a Data Clave un dirigente local.
Tal fue el conflicto que el gobernador debió salir a calmar aguas y tras veinte minutos de diálogo con el intendente, le aseguró no tener nada que ver con lo sucedido y se puso a disposición para intentar resolver una situación que amenaza una vez más el vínculo entre Kicillof y Massa. Pero nada es sencillo en política.
Ocurre que la dirigencia que se encolumna detrás de Axel a nivel local no quiere saber nada con echar para atrás todo y poner los votos de nuevo en juego. Tanto es el enojo local que Carlos Bianco, ministro de Gobierno provincial, y mano derecha de Kicillof, se comunicó dos veces por teléfono para pedir que se baje la espuma. “Me cayó por las bolas todo esto porque nos quieren meter a nosotros. Este fue un acuerdo que hizo el intendentes con los radicales”, agregó la misma fuente sobre el conflicto.
Rápido de muñeca para solucionar, según confió el medio Séptima Sección, el gobernador le aseguró a Sciaini que “vos sos mi intendente” y que lo iba a apoyar en la decisión que tome. Claro, para lograr su cometido necesita el respaldo del bloque Axel Conducción. Y la bronca hoy, no baja.
Los pies en el barro
Pero no es el único caso por el que el Frente Renovador levantó la voz. El plenario desarrollado por el jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, en San Fernando, generó un fuerte malestar hacia adentro. “A Andreotti lo bancan hasta los opositores. Es uno de los distritos que mejor andan y este tipo va y le hace un acto en territorio. Nosotros estamos bien con todos hasta que no. Y cuando es así te tenés que parar de manos”, le dice a este medio un importante dirigente provincial del FR.
Y agregó: “Si esto lo hacen en San Fernando, con la aceptación que hay de la gestión qué nos queda para pensar de lo que pueden hacer en otros distritos”. Sucede que el jefe comunal es uno de los instigadores del armado presidencial de Kicillof. Y la idea de "pisarle" el municipio a otra corriente no cayó bien. Más teniendo en cuenta de que ya lo había hecho con anterioridad, cuando tuvo un conflicto directo con La Cámpora por realizar un acto en Lanús, donde manda Julián Álvarez.
Antecedentes
No es la primera vez que el Frente Renovador expone su enojo hacia arriba. Tanto en esta oportunidad como en las otras, la venia para activar el conflicto la dio el propio Massa. “Nos respalda y nos cuida a todos los intendentes y fue a fondo y se lo agradecí. Tuve un fuerte respaldo de todos los intendentes y diputados del Frente Renovador”, sostuvo Sciaini sobre este hecho puntual.
El primer chispazo quedó a la vista cuando Massa autorizó a que sus diputados no bajen a la primera sesión extraordinaria del año con la excusa de que Kicillof había desoído el pedido de reunión de parte de los jefes comunales del Frente Renovador. Algo que desde la Provincia negaron que haya existido.
Cabe recordar que ambos fueron los principales candidatos de Unión por la Patria en las últimas elecciones. Massa para la presidencia y Kicillof para la gobernación. Y pese a que, por entonces, hicieron lo posible por acompañarse hoy la historia es otra.
En el FR todavía consideran que el pago político del gobernador al massismo es muy pobre. En los hechos, el partido cuenta a su favor con el Ministerio de Transporte, a cargo de Jorge D'Onofrio; el puerto de Quequén, con Jimena López al frente; y AUBASA, con José Ramón Arteaga.
“No hay pelea por nada. Ni por caja, ni otra cosa. Es un hecho puntual que se suma a otros. El gobernador llegó donde está gracias a que Massa fue candidato a presidente”, le dice a este medio un dirigente bonaerense del Frente Renovador. La espina sigue clavada. El fuerte avance de Kicillof hacia 2027 obligó a que el exministro de Economía también salga a medir fuerzas rumbo a lo que será la primera puja concreta en el armado de listas del 2025.
Y en ese marco, Massa tiene una carta a jugar: un nuevo acercamiento al espacio a Máximo Kirchner, titular del PJ provincial en disputa interna con el primer mandatario bonaerense. Pero todavía no hay ninguna carta echada. Como es sabido, líder de La Cámpora trabaja en alianza con la dirigencia del exministro de Gabinete provincial, Martín Insaurralde, con quien el massismo no quiere saber nada.