Grindetti va por el batacazo: cerrar filas hacia adentro e ir en búsqueda de los que no votaron en las PASO
En el entorno del candidato a gobernador de Juntos por el Cambio señalan que el peronismo "está en retroceso". El rol de los intendentes, que consideran "buscarán salvarse solos". El factor Milei y la tracción de Patricia Bullrich.
El escenario de tercios que quedó planteado a nivel nacional en las PASO dejó un halo de incertidumbre en la sociedad, que no escapa a los partidos políticos. Hoy, cualquiera de las tres fuerzas más votadas puede llegar a un hipotético balotaje en noviembre. A priori, Javier Milei cuenta con ventaja y se disputarán entre Patricia Bullrich y Sergio Massa el lugar en la segunda vuelta. Pero el 30% de ausentismo podría cambiar el escenario.
Y es en efecto este punto donde más hincapié hacen de uno y otro lado de la grieta. Y en la provincia de Buenos Aires, no es la excepción. Allí, el gobernador Axel Kicillof se impuso en las primarias con el 36% de los votos, pero la diferencia con Juntos por el Cambio fue de poco más de 3 puntos. No es cosa juzgada ni mucho menos. Y la alianza opositora se aferra a esa chance y ya diagrama su estrategia hacia octubre.
En primer lugar, desde las filas del candidato a gobernador Néstor Grindetti, remarcan un dato duro: Kicillof perdió 16 puntos desde la elección del 2019 hasta acá. En cambio, Juntos mantuvo sus números, ya que Vidal había conseguido un 34% hace 4 años y entre Grindetti y Santilli arrimaron poco más de 32%. Con ese cálculo, los cambiemitas señalan que tienen margen para crecer, mientras el peronismo viene en caída.
El argumento para esa creencia es que asumen que Milei se llevó votos peronistas y no de Juntos por el Cambio. De ahí que consideran que entre los ausentes, tienen más chances de lograr apoyos que Kicillof. “Nuestra idea es invitar a la gente que está afuera de la contienda, que no fue a votar”, señalan en el PRO. “De este caos no se sale con más caos, se sale con orden”, remarcan casi como un mantra para convencer al desencantado.
Allí, la carta es apostar a la experiencia de gestión de Grindetti para mostrarlo más atractivo que Carolina Píparo ante ese electorado ajeno. No para intentar quitarle puntos a los libertarios, porque creen que es un voto cerrado, sino para ese sector que no fue a votar en las PASO y ahora puede ir en octubre.
La otra cara de la campaña es el trabajo territorial. Por eso en los últimos días se activaron cumbres con intendentes radicales y la próxima semana será el turno de los alcaldes PRO. La intención es cerrar filas y dejar atrás el enfrentamiento con el sector que lideró Diego Santilli e ir todos por la hazaña de “ganarle al kirchnerismo en la provincia”.
La agenda de Grindetti incluirá un mano a mano con Santilli para terminar de limar asperezas de las PASO, que también allanará el camino para que los jefes comunales del PRO traccionen la boleta provincial. “A ellos igual les sirve, porque tienen la chance de ser gobierno en Provincia y Nación”, señala un armador del de Lanús a este medio.
También jugará un rol importante Patricia Bullrich: la candidata a presidenta será clave para impulsar la boleta, pero también necesita del voto bonaerense para meterse en el balotaje. Por eso habrá varias actividades conjuntas, incluida una en los próximos días en la costa bonaerense, donde se buscará emular la foto de días atrás de toda la dirigencia nacional, esta vez en la provincia.
Los días que vienen serán de fotos y gestos, pero luego se volverá al mano a mano con los vecinos, de recorrida y militancia, parecido a lo que se hizo en la previa a las PASO. El objetivo de máxima es ganar la provincia, sin desconocer que llegan como punto y no de banca. Pero con la certeza de que una buena elección los acerca al balotaje nacional. Y un dato clave: en provincia de Buenos Aires Milei no ganó, por eso buscan crecer allí para compensar el panorama en el resto del país.