Francisca Mattoni, precandidata universitaria: "La política se construye con todo el mundo adentro"
Tiene 26 años, estudia la carrera de historia, milita en "La Bisagra" y actualmente es la secretaria general de la Federación Universitaria de Córdoba. Además, se ubica sexta en la lista de candidatos a diputados nacionales por el Frente de Todos. En diálogo con Data Clave, la militante cordobesa sacó a relucir su formación peronista: "Hay que poder construir, hay que poder sentarse con el enemigo más rancio de la derecha y poder llegar a un acuerdo".
Francisca Mattoni, con apenas 26 años y muy cerca de recibirse de profesora de historia, es la sexta precandidata en la lista de diputados nacionales por el Frente de Todos de Córdoba. De cara a los comicios, el espacio que lideran Alberto Fernández y Cristina Kirchner apuestan a "volver a las fuentes" del peronismo cordobés para disputarle el poder al histórico PJ y a la potente -pero actualmente dividida- estructura de Juntos por el Cambio.
De origen universitario y con base peronista, Mattoni empezó militando en la agrupación "La Bisagra", donde luego se transformó en la presidenta del partido. Luego, en 2019, asumió como secretaria general de la histórica Federación Universitaria de Córdoba (FUC).
En diálogo con Data Clave, la flamante precandidata apuesta a tener un peronismo que vuelva a la discusión política y que se amigue con las bases del diálogo y la moderación. "En la universidad uno va y se sienta con todos los frentes y las agrupaciones. Si no se habla, si no se convence, si no se construye, no hay país posible", manifiesta.
Data Clave: ¿Cuánta intensidad que hubo en el cierre de listas, no? ¿Cómo viviste esa primera experiencia?
Francisca Mattoni: Fue complicado, pero es una lista que está muy buena y que aporta un peronismo interesante a la hora de recuperar la identidad y de conquistar votos que quizás hemos perdido en las últimas elecciones.
DC: Las editoriales de Córdoba hablan de un “peronismo puro” en la lista del Frente de Todos y un “progresismo” apartado…
FM: La referencia del Frente de Todos a nivel provincial es Gabriela Estévez. Ella armó la lista en conjunto con Carlos Caserio, que viene del “Delasotismo” (por el ex gobernador fallecido José Manuel de la Sota) y que rompió con el PJ provincial en el 2019, previo a las elecciones nacionales. Las figuras de él y de Martín Gill (secretario nacional de Obras Públicas) tienen más que ver con el peronismo y no con el “kirchnerismo puro y duro”, como algunos dicen. Ellos aportan a la lista esa nueva mirada, saliendo un poco del Frente de Todos más progresista que siempre se quiso imponer con un perfil más universitario y alejado del PJ. Es una lista más amplia porque aglutina a sectores que antes no estaban y que hoy tienen cercanías con el Gobierno nacional.
DC: ¿Se podría decir que es una lista con similitudes políticas a la de Juan Schiaretti?
FM: Es una lista más peronista que incluye a actores que antes no estaban, como intendentes y figuras del interior. Caserio al encabezar la lista es la mayor prueba de esto. Más allá de que algunos espacios progresistas hayan quedado afuera, esta lista también tiene representación y este tipo de identidad. Tenemos a Thiago Galván que es un varón trans que va de candidato como senador nacional. En mi caso, que tengo 26 años, debo ser la persona más joven de la lista. Córdoba es una provincia bastante conservadora y característica en sus ciudadanos, por eso también buscamos un esquema diferente que pueda representar a todo el electorado y que tenga potencialidad para ganar votos.
DC: ¿Qué significa el peronismo para Córdoba?
FM: Córdoba es una provincia muy rara (se ríe). El peronismo se mantiene en el poder como en este momento, pero es más una construcción que se alinea con un “Cordobesismo”, que es más una construcción de identidad ciudadana. Es una provincia que siempre se reveló contra lo que se dictaba en los epicentros del país. Es algo que siempre supo entender y construir el PJ cordobés, como el caso de De la Sota. De todas maneras, es cierto que es una provincia complicada en términos políticos y que tensó con el kirchnerismo, sobre todo durante el último Gobierno de Cristina (Kirchner).
DC: ¿De dónde viene tu militancia política?
FM: Mis padres son docentes universitarios y las políticas del kirchnerismo venían constituyendo una fuerte realidad en mi día a día. Docentes, investigadores del CONICET, las políticas educativas, el Plan Conectar Igualdad que recibí en 2012… estaba muy segura de mi ideología política en ese momento. No milité en ningún espacio cuando ingresé a la facultad, hasta que (Mauricio) Macri ganó las elecciones. A partir de ahí empecé a participar porque noté como rápidamente se empezaron a perder derechos. Fui a una charla en una de las recorridas nacionales de Axel Kicillof y ahí dije “bueno, hay que poder activar y hacer algo”, sino solo queda la impotencia. En 2018 fui presidenta del centro de estudiantes, que fue cuando se cancelaron las paritarias a nivel nacional y hubo un gran paro docente. En 2019 después termino siendo secretaria general de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) y empezamos a articular políticas desde ese espacio, que tiene mayor llegada a nivel nacional y provincial. A raíz de ese trabajo y de la representación, en las listas nos ofrecieron un espacio, al que por supuesto dije que sí. Es la primera vez que hay una militante estudiantil dentro de una lista para candidatos nacionales.
DC: ¿En este último tiempo empezaste a ver la práctica política? ¿Cuál es la diferencia con el movimiento estudiantil?
FM: Lo que yo puedo aportar a la lista tiene que ver con ese perfil estudiantil que es detractor de cosas que se vienen haciendo de una manera hace mucho tiempo. Son cuestiones que quizás se dan porque los que se sientan a discutir en una mesa, y que negocian en base a ciertos intereses, son los mismos. La juventud tiene otra forma de discutir, somos una generación que tiene potencialidad para discutir un montón de cosas y que tienen agenda de prioridades propias de una generación. Las prioridades son cuestiones ambientales, de género y diversidad y también en materia de inclusión laboral, porque somos los más vulnerables a la hora de poder conseguir un trabajo. Hay ideas y capital político para poder sentarse a discutir que viene de nuestra generación.
DC: ¿Cómo ves a la oposición cordobesa y el intenso debate que están teniendo por las listas? Incluso van separados…
FM: Van en un sentido muy raro, porque tienen un enroque de candidatos en diputados en la lista de (Luis) Juez que también tienen a radicales que perdieron la interna, entonces son dos listas de cara a las PASO en una situación donde no se sabe cuál va a ganar. Siempre desde la política universitaria es gracioso, siendo la oposición, ver pelearse con los que competís. Las lógicas del radicalismo y del PRO iban a chocar. Yo sostengo eso desde que veo que Juntos por el Cambio se está comiendo al radicalismo, cuando siempre fue un partido muy fuerte en Córdoba. Hace poco perdieron la municipalidad con el peronismo, algo que no había pasado nunca. Además, están perdiendo mucha identidad, sobre todo con las declaraciones. Yo comparto militancia con gente joven del a Franja Morada y me dicen que no están de acuerdo con los dichos de Juez y algunos comentarios que tiene que son nefastos. Veo que no están de acuerdo con la derechización de sus espacios.
DC: ¿Qué país imaginás de cara al futuro y con la salida del coronavirus a la vuelta de la esquina?
FM: Tengo el deseo de volver a la normalidad de antes. Hoy ves un grupo de personas muy juntas y te da un poco de ansiedad la situación. Ya no sólo cambiaron las formas de cuidado sanitario, sino que se modificaron las maneras de relacionarse culturalmente. Éramos un país de abrazarse, besarse y juntarse de a ocho mil en un asado y ahora de repente esas prácticas se vieron coartadas. Nunca en la vida tuve tanta ansiedad por poder ir a una fiesta. Es muy idiota decirlo como candidata a diputada, pero una extraña tanto poder salir, juntarse con amigos y poder disfrutar sin pensar en esto. En cuanto al hacer política, mi teoría es bastante peronista, considero que la política se construye en base a discusiones y debates que hacen que todo el mundo quede adentro. No se puede pensar políticas dejando fuera a sectores o renegando, más allá de que estemos en los polos opuestos del desacuerdo. Hay que poder construir, hay que poder sentarse con el enemigo más rancio de la derecha y poder llegar a un acuerdo. No digo construir con consensos, porque la política también es convencer. En la universidad uno va y se sienta con todos los frentes y las agrupaciones. Si no se habla, si no se convence, si no se construye, no hay país posible.