Suele decirse que en toda crisis siempre existe una oportunidad. En el caso de la izquierda, aparece cuando Argentina ingresa en graves problemas de representación política y de consecuencias económicas que afectan a los asalariados y trabajadores informales. En el último tiempo, las organizaciones del Frente de Izquierda coparon las calles a nivel nacional y buscan mostrarse como el otro polo libertario anti-sistema que quiere encontrar la salida pateando el tablero.

En las últimas semanas, los medios de comunicación pusieron toda la atención en las movilizaciones que existieron en la calle. El Polo Obrero, Unidad Piquetera y Barrios de Pie, entre otras agrupaciones, rivalizaron con el Gobierno públicamente y llamaron a los funcionarios a abrir una línea de diálogo. En principio, la intención es negociar paleativos y disminuir el nivel de hambre que está soportando desde hace tiempo la gente de los sectores más humildes y postergados de la sociedad.

En las marchas y la post desconcentración se vio de todo. Desde cronistas que expusieron a personas que no sabían porqué estaban marchando -con una clara mala intención que alimenta la teoría del punitivismo- hasta la presencia de Eduardo Belliboni, el principal dirigente del Polo Obrero que se pasea por todos los medios de comunicación explicando lo que es el hambre con el estómago lleno -y con algunos contratos con el Estado, siendo que hasta hace poco fue empleado del legislador Gabriel Solano en la Legislatura porteña-.

Más allá de las actitudes y expresiones poco deseable de algunos dirigentes, sumado al clientelismo del hambre que baja a muchos barrios, lo cierto es que la gran mayoría de las personas que marcha a la 9 de Julio y otros sectores céntricos de las provincias padecen en carne propia los efectos de una Argentina devorada por la permanente suba de precios y unos salarios que están cada vez más lejanos de al menos empatar con la inflación. Según las palabras del propio ministro de Economía, Martín Guzmán, la inflación de marzo sería de más del 6%, un récord inflacionario que no se veía desde el 2018, en pleno comienzo de la crisis del Gobierno de Mauricio Macri.

En ese marco, las movilizaciones populares son múltiples y justificadas. Pese a que el Gobierno busca contener la demanda con algunos paliativos -reapertura de paritarias, incremento del 50% en la Tarjeta Alimentar, bonos para jubilados y pensionados que cobren la mínima, suba de retenciones en harina, soja y otros productos primarios y renovación de la canasta de Precios Cuidados-, lo cierto es que las respuestas no se materializan en acciones concretas que tranquilicen a los más vulnerables.

En lo que respecta a la Ciudad de Buenos Aires, el movimiento Unidad Piquetera, encabezado por las agrupaciones Polo Obrero, MTR-Votamos Luchar, el CUBA-MTR, el Bloque Piquetero Nacional, la Agrupación Armando Conciencia y la Organización 17 de Noviembre, el MTR Teresa Rodríguez, una fracción del FOL y el Movimiento Territorial (MTL-Rebelde), entre otras, marchan a Plaza de Mayo para exigir aumento en los cupos y de los montos de los planes sociales para desocupados. También plantean la necesidad de un aumento en el programa Potenciar Trabajo.

Mónica Sulle, referente nacional del MST-Teresa Vive, declaró: "(Juan) Zabaleta pide más diálogo, pero cuando nos sentamos con él, rechaza el pedido de universalización de los programas, como lo son hoy la AUH y Tarjeta alimentar, para dar respuesta a miles de personas. Por eso no hay acuerdo. En marzo no recibimos comida y en abril los alimentos eran de terror: pocos y de muy mala calidad y variedad".

"Se habla de extorsión, pero lo que hay en miles es hambre", lanzó la referente social. La palabra "extorsión" fue utilizada por varios miembros de este Gobierno, que en algún punto coinciden con la línea dialéctica de la oposición, teniendo en cuenta que ese mismo término lo utilizó el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.

Parte de esta "criminalización" de las marchas sirvió como un nuevo apotegma del kirchnerismo más duro para plantear serias diferencias con la conducción nacional. En una de sus últimas apariciones, el diputado Máximo Kirchner, que dijo que la unidad no tiene que ser "amontonarse por amontonarse", retó a los funcionarios que corren su discurso a la derecha: "Hay que dejar de quejarse porque cortan la calle. ¿Qué querés que hagan? Hay que hacerse cargo de la gestión, de la seguridad, de la comida y del trabajo. Hay que cortarla con las pendejadas en la televisión".

La izquierda y una oportunidad

El Frente de Izquierda siempre logró materializar sus reclamos en tiempos de crisis. Y si bien son pocos los resultados que consiguen para los que tienen demandas, lo cierto es que la acción en la calle les trae votos. En la actualidad, el FIT-Unidad tiene cuatro bancas en la Cámara de Diputados y una sorpresiva presencia en muchos municipios de la Provincia de Buenos Aires.

Pero el movimiento izquierdista también se encuentra con una encrucijada. Del otro lado, al sector más rancio de la derecha, aparece un disruptivo Javier Milei que se muestra ante la opinión pública como la solución a todos los males de la "casta política". En apenas cuatro años de televisión, logró superar a la izquierda en votos en la Ciudad de Buenos Aires y ya se muestra con números tan sorprendentes como escalofriantes a nivel nacional.

Es por eso que la izquierda va a fondo y busca ser ese espacio libertario anti-sistema que planteó León Trotski en sus épocas revolucionarias. Las movilizaciones, además de tener como epicentro la Ciudad, también se dan en varias provincias, como los casos de Córdoba, Catamarca y Jujuy.

Barrios de Pie y Unidad Piquetera en estos momentos están marchando en Río Cuarto rumbo a la Casa de Gobierno. En tanto, el Polo Obrero movilizó en Patio Olmos. Silvia Saravia , coordinadora nacional de Barrios de Pie Libres del Sur, expresó que "en un abril donde la inflación pega fuerte y aumentó 158% desde que asumió Alberto Fernández, las organizaciones sociales planteamos la universalización del Potenciar Trabajo para paliar la crisis".

"A lo largo y ancho del país, los comedores y merenderos reciben cada día a más personas con cada vez mayores necesidades, por eso pedimos que se resuelva rápidamente la asistencia en alimentos", agregó.

Las últimas denuncias de la izquierda estuvieron ligadas a "detenciones ilegales" y "violaciones de los derechos humanos". Los primeros reclamos fueron en Jujuy, donde acusaron a Gerardo Morales de haber detenido a varios dirigentes sociales. Ellos son Sebastián Copello, del Polo Obrero y Juan Chorolque, del MTR 12 de Abril. A su vez, desde el espacio plantearon que "estas detenciones van acompañadas del amedrentamiento, hostigamiento y anteriores detenciones con violación de los derechos humanos".

Tweet de La Izquierda Diario

Lejos de terminar, estas denuncias van en aumento. El último caso fue en Catamarca, donde fue aprehendida Teresa Vive Alejandra Figueroa, referente del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) de esa provincia. Según el comunicado de la agrupación, fue detenida en San Fernando del Valle, cuando acompañaba a decenas de familias en el reclamo por recuperación de tierras en el barrio Loteo Parque Sur. Actualmente se encuentra detenida en la Comisaría de la Mujer y la fiscal que actúa ante el caso es Yesica Miranda.

"Desde el MST en el Frente de Izquierda Unidad, exigimos su liberación inmediata, y repudiamos la represión y criminalización ante los reclamos sociales, que hoy tiene presa a nuestra compañera en Catamarca y a más referentes sociales en distintos puntos del país", lanzaron, mientras que denunciaron públicamente al gobernador, Raúl Jalil, por "promover" las represiones para "hacer cumplir el ajuste del FMI (Fondo Monetario Internacional)".

Así como hay una manifiesta unidad en las calles, también hay ciertas diferencias en los lugares más "pubers" de la izquierda. Anoche se registró que en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, en Puan, se fueron a las manos varias agrupaciones, entre ellas vinculadas al Nuevo Más, el Partido Obrero y el Partido de los Trabajadores Socialista. Ante esto, las autoridades notificaron la "suspensión de actividades hasta nuevo aviso”.

Si bien se planteó una interna salvaje dentro de la izquierda, desde la comunicación oficial del frente descartaron esta idea y responsabilizaron al kirchnerismo de promover la violencia. La Izquierda Diario, en una publicación, aseguró que "los hechos comenzaron con las provocaciones de una agrupación que arrancó carteles que pedían por la libertad de presos políticos".

Volviendo a lo importante, todo indica que las movilizaciones, lejos de cesar, van a seguir y cada vez con mayor volumen político. Esta jornada será clave para conocer a ciencia cierta cuál fue la inflación de marzo y cómo está el rumbo económico del Gobierno. Sin embargo, basta con ir a un supermercado o a una verdulería para notar el incremento de los precios en la gran mayoría de los productos.