Emocionada, CFK habló sobre el intento de magnicidio: "Siento que estoy viva por Dios y por la virgen"
La vicepresidenta hizo su primera aparición pública tras el atentado del que fue víctima el pasado 1 de septiembre. Confirmó que recibió el llamado del Papa Francisco y descartó la necesidad de sancionar una ley vinculada a los discursos de odio.
"Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen", dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su primera actividad pública tras el ataque del que fue víctima. La expresidenta habló este miércoles en el Salón Provincias de la Cámara de Senadores, donde se llevó a cabo una emotiva reunión con curas villeros, Curas en Opción por los Pobres y Hermanas, religiosas y laicas.
"Yo quería que mi primera actividad pública, por así decirlo, o fuera de un despacho, fuera con ustedes. Yo siento que estoy viva por Dios y por la virgen, realmente. Así que me pareció que si tenía que agradecer a Dios y a la virgen tenía que hacerlo rodeado de curas por los pobres, de curas villeros y de hermanas laicas, de hermanas religiosas", expresó.
También confirmó que el Papa Francisco se comunicó tras el atentado: "Estuvimos hablando por teléfono y me digo algo así como que los actos de odio, los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y por verbos de odio y de violencia. Primero es lo verbal ¿no? la agresión y después ese clima va creciendo, creciendo y creciendo".
La exmandataria aseveró, asimismo, que le "hubiera gustado estar" en la denominada "Misa por la paz y la fraternidad de los argentinos" que se realizó en la Basílica de Luján, en la que participó el presidente Alberto Fernández, junto a una gran cantidad de dirigentes del Frente de Todos. "Iba a haber mucha seguridad y no quería entorpecer con mi presencia lo que era un momento muy especial", añadió.
Sobre el día del ataque, la vicepresidenta afirmó que fueron los militantes los que detuvieron a Fernando Sabag Montiel y, además, "impidieron que fracasado el primer disparo, intentó apuntar nuevamente el arma y se lo impidieron".
Y continuó: "Y no hicieron justicia por propia mano, ni lo lincharon, ni nada. Hicieron lo que corresponde hacer a ciudadanos democráticos, cristianos, cristianos. Lo entregaron a la policía, la ley".
Asimismo, descartó la necesidad de sancionar una ley vinculada a los discursos de odio, y concluyó: "Las que ya están vigentes alcanzan y sobran, alcanzan y sobran. Lo que hay que poner es mucha institucionalidad, mucho respeto democrático y cívico para reconstruir, porque si además no hacemos eso".