Mientras los principales candidatos de la Ciudad de Buenos Aires recorren los barrios hablando de problemas concretos como la seguridad, el transporte, la salud o la higiene urbana, el equipo libertario, fiel a su estilo, decidió cambiar el rumbo. Su campaña porteña va en dirección opuesta: no se trata de hablarle al vecino, sino de reforzar la identidad nacional del Gobierno. La apuesta está en que "la marca Milei" sea suficiente para arrastrar votos, sin necesidad de meterse en el barro de lo local.

En ese esquema, el elegido fue Manuel Adorni, vocero presidencial, que carga con la difícil tarea de disputar en una elección legislativa cuando hasta hace semanas él mismo aseguraba que no le interesaba ese rol. En su última aparición en el streaming Neura, fue claro: “Votarme a mí es bancar a Javier Milei”. Ni una mención a los temas que preocupan a los porteños, pero sí una señal al núcleo duro libertario que ve en el líder de La Libertad Avanza una figura casi totémica.

El operativo territorial ya comenzó. Ayer, con un clima fresco de otoño, tres nombres del círculo más cercano al Presidente salieron a caminar por la Ciudad. Estuvo Patricia Bullrich, empujando la narrativa del "orden", único eje que roza las demandas locales. También apareció Federico Sturzenegger, encargado de darle un barniz técnico a la obsesión libertaria con recortar el gasto. Y formó el tridente Martín Menem, cuya presencia responde más a su vínculo con Karina Milei que a una relevancia real en el distrito.

Ampliar contenido
La Libertad Avanza CABA on Instagram: "LA MOTOSIERRA LLEGA A LA CIUDAD con el apoyo de Patricia Bullrich, Federico Sturzenegger y Martín Menem. Tiemblen kukas, la libertad avanza aunque algunos no quieran."

La lógica que prima en el laboratorio electoral que comanda Santiago Caputo es que la campaña debe girar en torno a los temas nacionales. Por eso, no hay lugar para que aparezcan los responsables de áreas sensibles como el transporte o la salud. Ni el secretario Franco Mogetta ni los ministros Mario Lugones o Sandra Pettovello pisan el territorio porteño, aunque sus carteras están directamente ligadas a los problemas diarios de los ciudadanos.

Desde dentro del Gobierno hay quienes dudan de la efectividad de esta jugada. Algunos incluso plantean, en voz baja, que la estrategia podría fracasar si los vecinos de la Ciudad no se sienten interpelados por un discurso que habla más de "casta", inflación y motosierra, que de colectivos, escuelas y hospitales. Pero por ahora esas voces son ignoradas. "Lo único que importa es la marca" , insisten en el entorno libertario, convencidos de que la imagen presidencial tiene aún capacidad de arrastre.

Esta nacionalización de la campaña no es improvisada. El día que presentó oficialmente al candidato, Adorni se mostró en la sede del Gobierno de la Ciudad con la motosierra en la mano. Un gesto performático que resume toda la propuesta: recorte, ajuste y presencia simbólica. Lo local, si aparece, es anecdótico. La apuesta es simbólica más que material, y todo está pensado en función de la pelea nacional por el poder.

En sus inicios, desde la Casa Rosada aseguraban que no necesitaban quemar figuras conocidas en una elección para la Legislatura. Pero el nivel competitivo de los rivales -como Silvia Lospennatto (PRO), Leandro Santoro (Es Ahora BA), Horacio Rodríguez Larreta (Volvamos BA) y Ramiro Marra (Libertad y Orden)- los obligó a mover fichas. Así fue como terminó cayendo Adorni a una contienda que no quería disputar, con un discurso armado más para un acto en el Luna Park que para un debate en la Comuna 3.

La primera prueba seria para el oficialismo será el próximo 18 de mayo, cuando los porteños voten en una elección legislativa que, aunque local, tendrá impacto nacional. Será la primera vez que el mileismo mida su fuerza en las urnas desde la asunción de Javier Milei, y también la primera señal sobre si su marca es suficiente para conquistar un electorado que, hasta ahora, exige algo más que símbolos.