El megaproyecto inmobiliario que preparan para los terrenos ocupados de Guernica
Desde un country con lagunas artificiales hasta la inclusión de un prestigioso club de Buenos Aires con canchas de rugby y hockey. El acuerdo entre San Cirano y la empresa desarrolladora Campos de Bellaco "para un público ABC1" que se convirtió en un asentamiento.
Por estas horas, la tensión en el predio de casi 100 hectáreas ocupado de Guernica es absoluta. El combo incluye un desalojo pautado para el 23 de septiembre, un pedido del ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires para postergar esa fecha, la resistencia de los usurpadores y un operativo preparado con de 500 policías para hacer efectiva la orden judicial.
Al conflicto, sin embargo, parecería faltarle la participación más activa de un actor clave. Se trata la empresa Campos de Bellaco, desarrolladora inmobiliaria del megaproyecto para la construcción del Country & Club San Cirano, que, en términos mediáticos, brilló por su ausencia.
La firma Bellaco S.A. es la que tiene el derecho de propiedad de los terrenos ahora usurpados en la zona sur del Gran Buenos Aires. Entre 2014 y 2015 cerró un convenio con el Club San Cirano, ubicado en Villa Celina, para llevar a cabo la creación de un barrio privado e instalar una nueva sede del club en el corredor Canning, que abarca parte del predio que se convirtió años más tarde en un precario asentamiento.
Gervasio Pérez Pesado es quien figura ante la justicia como uno de los representantes de la firma y dueño de los terrenos. Completan la lista María Jacinta Romero, Vilma Alicia Enriquez y Andres Ríos. Respecto al emprendimiento inmobiliario de más de 360 hectáreas, Pérez Pesado decía en 2015 que "Country & Club San Cirano es un megaproyecto único en su tipo por contar desde su fundación con toda la infraestructura deportiva y social de un club tradicional, al que los nuevos propietarios podrán acceder con amplias facilidades".
"Este es el primer emprendimiento de Campos del Bellaco y lo elegimos por el fuerte sentido de pertenencia a una comunidad como la del Club San Cirano y la posibilidad de traccionar mayores ventas para un público ABC1", explicaba entonces Diego Aidenbaum, director del grupo inversor.
El proyecto incluía la incorporación de una sede de San Cirano y la construcción de siete canchas de rugby y otras tres de hockey, sus dos deportes principales. Julio Larroca ocupaba el cargo de presidente del club al momento de firmar el convenio y sostenía que era una oportunidad de expansión necesaria.
"El club no tenía posibilidades físicas de crecer en Villa Celina. Seguramente vamos a sumar muchos chicos de la zona de Canning. Tenemos un perfil de socios de clase media y hace más de 40 años que mantenemos un nivel competitivo de primer nivel en las competencias metropolitanas", aseguraba Larroca por aquellos tiempos. Las obras comenzaron en buena parte pero quedaron lejos de completarse.
La actual decisión de los accionistas de no expresar públicamente el reclamo y esquivarle a las cámaras de televisión se sostiene, en buena parte, por un pedido estricto de la dirigencia del San Cirano. Desde el Club no quieren que su imagen quede asociada a una problemática habitacional que entienden que existe en la zona y, sobre todo, buscan evitar "quedar pegados" en caso de que el desalojo se lleve adelante de manera violenta.
Según el relevamiento que realizó el Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, a cargo de Andrés "El Cuervo" Larroque, hay en la toma 2.344 casillas, aunque sólo 1.904 personas respondieron el censo. Solo la mitad de los censados indicó lugar de procedencia: 650 son de Guernica y el resto de distritos cercanos. Almirante Brown, con 75 familias, es el segundo distrito con más ocupantes. Desde la cartera que conduce Larroque aseguran que el principal objetivo es "ver mecanismos de asistencia" para la gente que no tiene donde vivir.
En el medio, los usurpadores, acompañados por organizaciones sociales, armaron el pasado fin de semana un festival dentro del predio, al que llamaron "Tierra Para Vivir". Montaron un escenario en el que se presentaron bandas de rock y los referentes de la toma defendieron su postura.