Distancia cero: cómo funcionan los distritos cuyos intendentes saltaron a las grandes ligas
Pese a que dejaron su rol, los jefes comunales con cargos en el ejecutivo nacional y bonaerense aún continúan manejando a control remoto su pago chico. Los alcaldes reportan, los funcionarios definen.
Es una práctica habitual. Los intendentes pegan el salto a las grandes ligas del ejecutivo nacional o provincial, pero no sueltan el pago chico. Sucede más a menudo de lo que parece. Incluso con jefes comunales que se pasan al Congreso o a la Legislatura bonaerense y dejan en su cargo a un hombre de confianza.
Lo que no pasa a menudo es que el intendente saliente pierda el control de la comuna. Y los motivos son muchos. Para empezar, la caja local: los distintos movimientos de poder que se generan que los jefes comunales no están dispuestos a dejar pasar. En segundo plano, el retorno eterno: la referencia directa que los pone con un pie afuera pero que nunca dejan de ser parte con la clara certeza de que la posibilidad de volver siempre es una variable en pausa.
En la actualidad, son 8 los intendentes bonaerenses que dejaron sus puestos para ir a trabajar la Nación y a la Provincia. Y podrían ser más. Al menos eso consideran ellos. Con la llegada de Martín Insaurralde, Leo Nardini y Hernán Y Zurieta al gabinete del gobernador Axel Kicillof, el club de los intendentes se agrandó.
Y a ellos tres hay que sumarles los cinco jefes comunales que el presidente Alberto Fernández tiene, como parte de su gabinete, distribuidos en diferentes carteras. Cuatro de ellos se sumaron con el devenir de la gestión nacional y solo uno asumió desde el minuto cero: Gabriel Katopodis.
El exintendente de San Martín juró el pasado 11 de diciembre de 2019 y desde entonces se puso al frente de uno de los ministerios más de más caja y con mayor poder de acción: Obras Públicas.
Pero no fue el único. Luego se sumaron Jorge Ferraresi (Desarrollo Territorial y Hábitat), desde Avellaneda; Santiago Maggioti (número 2 del anterior), de Navarro; Francisco Echarren (Obras de Transporte), directo de Castelli; y Juanchi Zabaleta (Desarrollo Social), de Hurlingham.
Eso sí. Ninguno se corrió del todo de su anterior gestión. En resumen: los intendentes reportan, los funcionarios definen. Katopodis, por caso dejó a Fernando Moreira, su hombre de confianza, a cargo; y también se encargó de poner a Nancy Cappeloni, su mujer, como primera candidata a concejal por San Martín. Pero las PASO arrojaron un mal resultado: la candidata del ministro perdió por cuatro puntos ante la sumatoria de Juntos.
El ministro de Obras Públicas de la Nación pasó ayer por San Martín para formar parte del plenario del Frente de Todos local. Durante el encuentro, en el Club Alemán, el funcionario sostuvo que "somos parte de una fuerza que transforma y construye, por eso vamos a volver a lo que mejor hacemos: recuperar el cuerpo a cuerpo y la esperanza de la gente. Tenemos que seguir laburando, salir a caminar y a militar todos los barrios, casa por casa, para que cada vecino y vecina sepa que lo que estamos poniendo en juego es el destino del país y la felicidad de nuestro pueblo”.
Misma situación se repite con Ferraresi, quien puso a Alejo Chornobroff, de tan solo 29 años, al frente del distrito. El actual intendente forma parte de la Agrupación Eva Perón, que dirige el Ministro y a la que también pertenece Magdalena Sierra, la mujer del funcionario nacional, que también va como primera candidata a concejal por el Frente de Todos.
En Castelli, Echarren le dejó el mando a su hermano, Sebastián, quien en las últimas horas firmó un bono por 50 mil pesos de aumento para trabajadores municipales. Una medida de fuerte tenor como las que acostumbraba su hermano, quien este año había acordado con los grupos de productores y carnicerías para vender el asado a un 50 por ciento más barato o cuando le cobró al campo una tasa Covid en medio de la pandemia.
Los vínculos familiares se sostienen en los distritos donde los funcionarios nacionales tienen un rol determinante también a la hora de bajar programa u obras dirigidas a su región.
Sin embargo, no todos lo viven de la misma forma. Se sabe que la salida de Zabaleta de Hurlingham no fue en los mejores términos debido a que el ahora intendente, Damián Selci, de La Cámpora, no tiene el mayor de los vínculos con el Ministro de Desarrollo. Pero la llegada local del funcionario sigue estando. Y el armado de unidad para la lista local lo puso en evidencia. “Juanchi no va a soltar Hurlingham porque es su lugar. Hoy puede estar en Nación, pero Hurlingham siempre va a ser un lugar donde va a querer volver”, le dice a este medio un concejal local.
Lo cierto es que los intendentes también ponen en juego con esta aventura nacional y provincial la posibilidad de esquivar la ley que le puso punto final a la reelección indefinida por no cumplir al menos la mitad del último mandato por el que fueron elegidos en 2019. Lo que se dice otra ventana.
Desde la Provincia, tanto Insaurralde como Nardini e Y Zurieta dejaron a cargo a sus principales delfines. En el caso de los dos primeros a dos concejales, Marina Lesci y Noelia Correa, que aspiran a crecer más en el distrito con una mirada a futuro. Mientras que en el caso de Punta Indio, quien quedó a cargo es David Angueira, el presidente del HCD local que el jefe comunal bendijo para que ocupe su rol por el tiempo que él mismo crea necesario.