Covid presidencial: ¿por qué alguien vacunado puede contagiarse?
Ante el positivo de Alberto Fernández, epidemiólogos vuelven a explicar que la eficacia mayor de las vacunas apunta a morigerar los casos severos de la enfermedad. “Es esperable que curse los síntomas de manera leve o moderada”, dijo el infectólogo Eduardo López.
Alberto Fernández dio positivo de coronavirus y lo comunicó este viernes por la madrugada a través de su cuenta de Twitter, en una publicación en la cual explicó que está aislado y que se encuentra bien físicamente. El mandatario tiene aplicadas las dos dosis de la vacuna Sputnik V.
“Quería contarles que al terminar el día de hoy, luego de presentar un registro de fiebre de 37.3 y un leve dolor de cabeza, me realice un test de antígeno cuyo resultado fue positivo”, contó en Twitter.
En ese mismo comunicado, el Instituto Gamaleya le respondió al presidente con la explicación de su contagio. “Nos entristece escuchar esto, Sputnik V es 91,6% eficaz contra infecciones y 100% eficaz contra casos graves. Si la infección se confirma y se produce, la vacunación garantiza una recuperación rápida sin síntomas graves. ¡Le deseamos una rápida recuperación!”, dijeron los productores de la vacuna rusa.
Por su parte, uno de los epidemiólogos asesores de presidencia, Eduardo López, confirmó que con solo una dosis con Sputnik V y a partir de los 21 la eficacia supera el 80%. “De todos modos, la vacuna del instituto Gamaleya garantiza una cobertura muy alta del 100% contra el caso grave de la enfermedad”, aseguró. “Es esperable que curse los síntomas de manera leve o moderada”, dijo el infectólogo.
Por su parte, otro de los científicos con mayor actividad en redes durante esta pandemia, Ernesto Resnik, aclaró la situación del presidente: “Quizás la mejor información sobre la vacuna sea que Alberto Fernández se haya contagiado pero que pase la enfermedad con síntomas muy leves. Eso hace la vacuna, prepara al sistema inmune por si aparece el virus”.
El alcance comunitario de las vacunas
No existe vacuna contra una enfermedad que evite en un 100% la posibilidad de contagiarse. No solo en esta pandemia, la mayoría de las vacunas que se utilizan de para otras enfermedades no logra eso.
Sin embargo, cumplen un rol fundamental para evitar la propagación. Sin tener una relación necesariamente comprobada, más virus equivale en una gran cantidad de casos a más enfermedad. Por lo tanto, las personas vacunadas tienen menos probabilidades de transmitir suficiente cantidad de virus como para causar una enfermedad grave.
Esto se traduce en que las personas infectadas pero que tienen al menos una dosis transmitirán menos virus a la siguiente persona. El contagio del jefe de estado volvió a levantar dudas sobre los objetivos de la vacunación, los expertos tuvieron que aclarar rápidamente los alcances científicos de las vacunas.