Cómo reaccionó el Gobierno ante la crisis del "Vacuna gate": opinan los especialistas
Data Clave consultó a expertos en comunicación política y en opinión pública para analizar cuál fue la respuesta del presidente Alberto Fernández ante las denuncias por las vacunaciones VIP. Reacción rápida, contraofensiva equivocada y la incógnita sobre los indecisos, algunas de las claves del escándalo que movió los cimientos del Frente de Todos.
El viernes 19 de febrero una declaración radial del periodista Horacio Verbitsky derivó en la mayor crisis política del presidente Alberto Fernández desde que asumió al frente del Ejecutivo Nacional. La revelación de un circuito paralelo de entrega de vacunas contra el coronavirus caló hondo en la opinión pública generando un rechazo casi unánime. En un primer término, el mandatario le pidió la renuncia al ministro Ginés González García y nombró para ese cargo a Carla Vizzotti. Días después, Fernández optó por tomar la ofensiva y cuestionó a los medios y a la oposición por las críticas al Gobierno ante esta situación.
Cómo reaccionar ante una crisis es una temática de constante estudio y análisis en la política. Data Clave consultó a tres especialistas para describir cómo fue la respuesta del presidente Fernández ante esta grave situación.
“Fue una crisis y lo que se quiere es no hablar de más, no justificarse, tomar decisiones y el manual dice que no hay que enojarse”, explica Juan Courel, consultor en comunicación política, especializado en discurso y estrategia. Según Courel, pedir la renuncia de González García fue una “decisión ágil que se comunicó rápido, una decisión necesaria”. Mario Riorda, politólogo y presidente de la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (ALICE), anota un momento previo a esta decisión, que fue el hecho de que el rumor haya circulado durante varias horas sin información precisa desde Casa Rosada: “Ese primer momento no fue bien gestionado, por lo tanto, la primera chance de encuadrar el escándalo no fue buena, porque prácticamente no hubo reacción”.
Luego, Riorda coincide con Courel, al señalar que “el Gobierno reaccionó adecuadamente con la renuncia del ministro que es un hecho positivo y que fue bien valorado por la sociedad”. Según Diego Reynoso, politólogo y director del área de opinión pública de la Universidad de San Andrés, este hecho fue “una reacción rápida, al poco tiempo que evaluó cómo recibió la noticia la opinión pública, y anticipándose a la oposición”. Pero agrega que al frente de Todos puede haberle generado sorpresa la reacción negativa que este tema tuvo en la opinión debido a que “los favores a cambio apoyo” es algo extendido en la dirigencia política.
Días después, y desde México, ya con Carla Vizzotti como ministra (que decidiría revelar la lista de vacunados VIP), el Presidente adoptó otro tono, quitándole relevancia al hecho en cuestión y apuntando contra los medios y la oposición. Al respecto, Courel sostiene que “en el segundo mensaje hay una realidad, y es que hay un plan de vacunación masivo y no se puede perder de vista”. Señala, a su vez, en que ese segundo mensaje “fue menos dirigido a la oposición y más al interior de su frente”. “El oficialismo estaba un tanto desmoralizado con la situación y esto lo ayudó para salir a contraatacar, mensaje acertado hacia la interna, hacia afuera un político enojado nunca es la mejor imagen”, describió Courel.
Respecto a este segundo momento, Riorda describe que “la tentación del Presidente de llevar la crisis a una dimensión de conflicto, de contraste entre posturas antagónicas, lo que en Argentina entendemos como grieta y no es tan sencillo”. Según Mario, esta estrategia puede funcionar “en circunstancias donde el objetivo no es tan visible, donde es vidrioso, donde falta información”, pero en esta oportunidad, en donde “ la información existe, es contrastable y por lo tanto se asemeja más a un acto de negación o minimización”, la reacción del Presidente cae en “en otra de las tentaciones más importantes en la gestión de crisis que es la clausura, o el intento de clausura unilateral de las crisis, cosa que rara vez sucede”. Reynoso, a su turno, lo sintetizó en una sola frase: “Redobló la apuesta y se equivocó”.
El Gobierno buscará dar vuelta la página y dejar este asunto atrás, mientras llegan más dosis al aeropuerto de Ezeiza y avanza la campaña de vacunación. A la vez, la oposición presiona en la calle y en el Congreso para sacar un rédito político de este evento, en un año electoral. Hay acá, según resume Reynoso, “una disputa sobre la interpretación de los hechos”. La oposición rechazará gran parte de lo surja de la Casa Rosada. El oficialismo lo respaldará. ¿Pero qué pasa con los indecisos, o aquellos neutros que en 2019 votaron a Alberto Fernández? Eso se sabrá, en parte, en las encuestas que se publiquen en los próximos días, y es el dato que espera la política.
“Con las vacunas el Gobierno tenía chances de levantar la mala racha en la imagen, pero ahora la oposición intenta erosionar y diezmar la campaña de vacunación”, señala Reynoso. Según Courel, “a medida que pase el tiempo si la campaña de vacunación avanza se podrá ir superando esta crisis”, y agrega que “empañar la vacunación lo complica, pero una buena campaña podrá ayudar a superar esta crisis”.
Este lunes habrá cadena nacional. Alberto Fernández hablará para todos los argentinos en el marco de la apertura de las sesiones ordinarias, desde el Congreso. ¿Mencionará este conflicto? Según Reynoso, el Presidente debería hacer hincapié “en una agenda propositiva, en la que sabe que tiene el respaldo de la opinión pública, tema ganancias, por caso”, pero también en los números de la recuperación económica. De lo que no debería hablar, insiste el politólogo, es en escándalo de las vacunas.