Caso Báez Sosa: la clave de la zapatilla y la pericia que complica más a uno de los rugbiers
Fernando tenía una impronta en la parte izquierda del mentón producto de una patada, y la lesión era compatible con la zapatilla que usaba Máximo Thomsen, según declaró una perito criminalística.
Fernando Báez Sosa tenía una impronta de al menos 6 centímetros por 2 en la parte izquierda del mentón, producto de una patada, y la lesión era compatible con la zapatilla que usaba Máximo Thomsen. Este dato fue aportado por la perito que tomó fotografías del rostro de la víctima durante la autopsia para realizar la comparación con los calzados de los imputados.
Se trata de María Eugenia Cariac, perito de Policía Científica, quien aseguró ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores, que el joven presentaba además otra huella similar pero de menores dimensiones en la parte izquierda del cuello, sin poder determinar si correspondía al mismo golpe y calzado.
De este modo, la especialista estableció "una correspondencia" entre la lesión en el rostro y la zapatilla marca Cyclone "con diseño en zigzag", que usaba Thomsen al momento del ataque.
Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal en Mar del Plata, también confirmó que de acuerdo a otra pericia comparativa scopométrica realizada a fines de mayo de 2020, se determinó que "la plantilla que pertenece al ciudadano Máximo Thomsen se corresponde a la huella en el maxilar inferior izquierdo".
Los ocho imputados -Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano (21), Ciro (22) y Lucas Pertossi (23)- también estuvieron presentes, al igual que desde la apertura del debate oral.