En medio de tensiones internas dentro de La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad del gobierno de Javier Milei, sigue trabajando para consolidar su rol en el gabinete a pesar de enfrentar resistencias de sectores libertarios y aliados históricos del PRO. A la complejidad política que atraviesa, se suma la retractación por las acusaciones sin pruebas contra el empresario Hugo Sigman, relacionadas con la compra de vacunas durante la pandemia de COVID-19, y el blooper por los "activistas veganos" que habrían encarado el ataque contra el titular de La Rural.

No obstante, como ministra de Seguridad, ha buscado posicionarse dentro del oficialismo, participando activamente en la mesa política que integra, junto a la influyente hermana del presidente, Karina Milei, y otros referentes de La Libertad Avanza. Sin embargo, su presencia genera divisiones, especialmente con figuras del entorno cercano a Milei, como Santiago Caputo, asesor presidencial y figura clave en las decisiones del Ejecutivo.

En esa línea, Bullrich mantiene su discurso confrontativo hacia el kirchnerismo. Recientemente, el exministro de Economía Martín Guzmán sugirió que la cuarentena durante la pandemia se extendió más tiempo del necesario por motivos políticos, lo que desató una nueva embestida de Bullrich en redes sociales. En la plataforma X, la ministra afirmó que “Alberto Fernández me demandó por 100 millones de pesos por denunciar irregularidades con las vacunas Pfizer. Ahora que sabemos que la cuarentena se alargó para beneficiar al kirchnerismo, ese dinero debería devolverse al pueblo argentino”. Esta declaración refleja su continua búsqueda de reposicionar su figura como referente de la oposición al kirchnerismo, aun en el marco del actual gobierno.

El rol de Bullrich en el oficialismo no está exento de desafíos. Aunque ha mostrado su lealtad a Javier Milei, su intento de “paz” con Mauricio Macri ha generado recelos dentro de La Libertad Avanza. Durante una entrevista reciente, Bullrich sostuvo que “Macri quiere ayudar, pero el presidente es Javier Milei”, subrayando la necesidad de no perder de vista la autoridad presidencial y evitando que las tensiones internas escalen a mayores conflictos.

Estas tensiones se evidencian también en el plano legislativo. Bullrich ha sido una de las promotoras del veto presidencial a la ley jubilatoria y del decreto de desregulación económica, dos medidas clave para el proyecto de gobierno. No obstante, la reciente derrota en la elección de la Bicameral de Inteligencia, donde el oficialismo fue superado por Martín Lousteau, ha mostrado las dificultades que enfrenta el gobierno para articular una estrategia legislativa sólida.

La polémica con Sigman

La retractación judicial llegó luego de que Bullrich, entonces presidenta del PRO, denunciara en diversas entrevistas que funcionarios del Ministerio de Salud habían solicitado sobornos al laboratorio Pfizer para garantizar la compra de vacunas contra el coronavirus. Además, la ministra afirmó que el gobierno de Alberto Fernández favoreció al empresario Hugo Sigman, vinculándolo como intermediario en un acuerdo con AstraZeneca. Sin embargo, frente a la demanda por “daños y perjuicios” presentada por Sigman, Bullrich admitió que sus acusaciones carecían de fundamento.

En un acuerdo judicial firmado el 29 de agosto de 2024 y revelado por el diario Tiempo Argentino, Bullrich reconoció que no tenía pruebas para sustentar sus afirmaciones. En el documento, firmado por ambas partes, la ministra aceptó que “no es posible afirmar ni probar” que Sigman haya participado en ninguna actividad irregular relacionada con la compra de vacunas". La demanda original solicitaba 20 millones de pesos como indemnización, monto que Sigman había prometido donar al Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Sin embargo, con la retractación, el empresario desistió de continuar con la acción judicial.

La denuncia de Bullrich generó un impacto significativo en los medios. Un estudio presentado por la defensa de Sigman reveló que, en tan solo 65 días, las acusaciones de la ministra fueron mencionadas en 250 artículos, con términos asociados como “soborno”, “corrupción” y “retornos”, afectando gravemente la imagen del empresario. Esta estrategia de Bullrich, diseñada para atacar al kirchnerismo durante la pandemia, quedó desmontada con su reciente retractación, socavando uno de los ejes de su narrativa política de los últimos años.

La retractación en el caso de Hugo Sigman no solo afecta la imagen pública de Bullrich, sino que también debilita su capacidad para mantener una postura fuerte frente a la oposición. El empresario, que acusó a la ministra de haberlo señalado como "cómplice de asesinato masivo" al sugerir que su intervención impidió un acuerdo con Pfizer que habría salvado miles de vidas, aceptó el cierre del caso tras la retractación. Sin embargo, las consecuencias políticas y mediáticas para Bullrich pueden ser más duraderas.

En este escenario, la ministra de Seguridad sigue siendo una figura de peso en el oficialismo, pero su situación se ve afectada tanto por las tensiones internas como por los reveses judiciales y mediáticos. Mientras continúa reforzando su lealtad al presidente Milei, deberá navegar cuidadosamente las dinámicas del poder dentro de La Libertad Avanza y su relación con el PRO, para consolidar su rol en un gobierno que, a pesar de las resistencias internas, la necesita como uno de sus pilares clave.