La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, firmó hoy una resolución que crea la Unidad Especial de Agentes Encubiertos, una medida que, según el documento oficial al que accedió Data Clave, pretende "fortalecer la lucha contra el crimen organizado" mediante la centralización de información sobre agentes de distintas fuerzas.

La resolución establece que esta unidad funcionará bajo la órbita de la Dirección Nacional de Normativa y Relaciones con los Poderes Judiciales. Sus funciones incluyen la creación de una base de datos confidencial que registre perfiles, especialidades y antecedentes de los agentes encubiertos, además de supervisar su capacitación, otorgar asistencia y coordinar operaciones tanto físicas como digitales. El objetivo declarado es optimizar las investigaciones de delitos complejos.

No obstante, la decisión de centralizar información sobre agentes encubiertos en un solo lugar es inédita a nivel mundial. Además, no se tiene en cuenta que la mayoría de las veces los agentes encubiertos son definidos de acuerdo a la operación y el caso que deban llevar adelante. Poner toda esa información sensible en un sistema único aumenta los riesgos de filtraciones y abuso político.

Uno de los puntos más polémicos de la resolución es la inclusión de datos sobre la vida personal y profesional de los agentes, lo que expone aún más a quienes trabajan bajo esta modalidad. Además, la resolución prevé que el personal designado pueda recibir apoyo psicológico y asistencia en la creación de identidades ficticias, como historiales de redes sociales, lo que plantea interrogantes sobre los límites éticos y legales de la práctica.

Graciela Kowalewsky fue designada como titular de esta unidad, y las fuerzas federales como la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y el Servicio Penitenciario deberán colaborar con la difusión de la medida en sus respectivas áreas. En la resolución no queda claro cómo se garantizará la confidencialidad de la base de datos ni qué mecanismos se implementarán para evitar que sea utilizada con fines políticos.

En el documento también subraya que su implementación no generará costos adicionales para el Estado, un argumento que resulta insuficiente frente al riesgo que implica concentrar información estratégica. 

En el contexto regional, pocas iniciativas similares han logrado establecerse sin generar controversias. Países como Estados Unidos y Alemania cuentan con programas específicos para agentes encubiertos, pero estos se gestionan de forma descentralizada, justamente para evitar riesgos asociados al manejo político de la información.

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