Biocombustibles: posibles cambios que perjudiquen al maíz y la soja reavivan la interna por el proyecto
Se agotan los plazos para confirmar la prórroga a los beneficios en biocombustibles que tiene media sanción del Senado. El temor de parte de la oposición por el freno del Gobierno cobra cada vez mayor valor. Rumores de cambios en el texto vuelven a encender alarmas en el sector agroindustrial del centro del país.
El tiempo para la prórroga de los beneficios a los biocombustibles no corre, vuela. Su vencimiento está fijado en mayo de este año. Los compromisos del oficialismo con la oposición de tratar el tema en enero fueron frustrados por el Gobierno nacional que nunca lo incluyó en el temario de extraordinarias. Ahora el Ejecutivo analiza cambios.
En febrero, de visita por Tucumán, el presidente Alberto Fernández pidió tranquilidad a los empresarios locales y advirtió que iban a respetar las inversiones. “Cuando uno dice queremos revisar la ley de biocombustibles, ellos leen quieren terminar con los biocombustibles, cuando decimos queremos revisar es queremos hacerlo mejor, que los empresarios produzcan más y den más trabajo”, dijo el mandatario.
Hoy, al Gobierno se le presenta la oportunidad de apostar por el alcohol de caña de azúcar por sobre el maíz, lo que busca un sector del gabinete es que el precio de las commodities cerealeras en aumento constante no impacte en el precio de los combustibles. Esto choca internamente con otro sector del Frente de Todos, principalmente de provincias cerealeras, que aportan la mayor parte del contenido orgánico del biodiesel y que ha reclamado la sanción de la prórroga al proyecto actual públicamente.
El beneficiado de los cambios que analiza el Ejecutivo podría ser el norte argentino, sobre todo, Tucuman y Salta, lideres en la producción de azúcar. Esta misma discusión se dio en el gobierno de Cambiemos. Según contaron a Data Clave fuentes en off, el propio Mauricio Macri se había inclinado por dar un 2% extra en el corte al alcohol de la caña de azúcar. Aún ante la disputa interna de parte del gabinete con fuerte arraigo en el campo.
"El lobby de las petroleras no tiene ideología, ya lo sufrimos cuando fuimos gobierno", dijo un oficialista que dio el debate interno en el gabinete de Macri. Las petroleras quieren desregular el sector y el Gobierno quiere volver a un esquema en donde el alcohol de caña se imponga al maíz. Ese era el espíritu de la ley que sancionó Kirchner en 2007. Sin embargo, las provincias petroleras siempre se han mostrado con poder de fuego y Santa Cruz es uno de esos distritos.
La idea de un nuevo proyecto sobrevuela por los pasillos del Congreso. Entre los legisladores que defienden al maíz y la soja creen que el viraje en el Gobierno empezó con los cambios en la secretaría de Energía, a la que le siguió el nuevo presidente de YPF. Tanto Dario Martinez como Pablo Gonzalez vienen de provincias petroleras. “Encontraron una buena excusa para endulzar al Ejecutivo con el tema precios y después de la media sanción del Senado los empresarios petroleros están jugando con todo”, dicen en algunos despachos del oficialismo.
La media sanción que el Senado otorgó en 2020 duerme en Diputados hace meses. Es que los intereses cruzados no están solo en el Frente de Todos. Lo cierto, es que tampoco en Juntos por el Cambio hay un consenso total en su interior. Apenas hicieron un tibio reclamo por tratar el tema a la cola de otros proyectos. El oficialismo se había comprometido a sancionarla en enero pero los plazos del acuerdo entre presidentes de bloque está absolutamente vencido.
Otro sector de la oposición,el interbloque Federal, levantó la guardia y encendió las alarmas. Creen que el argumento de los precios no es el verdadero objetivo del Gobierno y que solo están siguiendo los intereses de las petroleras. “Creo que es una excusa, no estoy de acuerdo. Argentina debe potenciar por muchos motivos al sector de los biocombustibles y el gobierno viene pateando irresponsablemente el tema”, dijo el socialista por Santa Fe, Enrique Estevez a Data Clave.
“La no prórroga de la ley y falta de previsibilidad es muy negativa. Así lo vienen manifestando desde el sector en todas las provincias donde hay producción de biocombustibles”, señaló el santafesino.
La norma en vigencia hasta mayo establece que tanto el gasoil como la nafta, deben incluir un corte de “biocombustible” en su producción. Este límite se fija actualmente en el 12% en nafta y 10% en gas oil. El “bio” que se le introduce al combustible (bioetanol, biodiesel y biogás) surge de materias primas de origen agropecuario, agroindustrial o desechos orgánicos. El corte para la nafta se denomina bioetanol y deriva de la caña de azúcar o del maíz, mientras que el biodiesel se aplica en el gasoil y deriva del aceite de soja.
El mundo empresario del combustible dice que apostar a este tipo de energías va a contramano del mundo en donde se registra un consistente aumento de los commodities. Por su parte, “las bioenergéticas” que vienen apostando por elevar el piso de corte ahora deben luchar por prorrogar los beneficios que han tenido todos estos años.
Del otro lado, se preguntan por qué las cuotas de corte orgánico no aumentaron cuando el precio del combustible volaba a escala global. Creen que estas referencias son coyunturales y hay que apostar a regulaciones de largo plazo.
Expertos en energía y compañías petroleras líderes vienen alertando que de seguir el esquema actual, la suba internacional de estos productos va a impactar directamente en los precios. Justo en un contexto político de lucha descarnada contra la inflación. Esto motivó al Gobierno a poner en el congelador el proyecto. En el oficialismo aseguran que el tema de los precios es la única razón de esta postergación.