Argentino, descendiente de coreanos y peronista: la historia de Alejandro Kim, la apuesta de Principios y Valores en CABA
Su familia llegó a la Argentina en 1976 tras escaparse de la dictadura en Corea del Sur y él nació al año siguiente. Trabajó nueve años en el rubro textil como empresario y a la par estudió Derecho. Tiene su propio estudio jurídico y es precandidato a legislador porteño por el partido Principios y Valores. También es Justicialista y le gusta cantar la Marcha Peronista. "La base de nuestra Argentina está realizada y en progreso por el aporte de las diferentes culturas que van trayendo los pueblos", asegura.
Alejandro Kim nació en 1977 en el barrio porteño de Flores y su DNI marca que es argentino. Su familia es proveniente de Corea del Sur y en 1976 se escaparon de sus tierras de origen por el avance de la dictadura militar en manos de Park Chung-hee.
Sus rasgos físicos son orientales pero tiene un apego lógico a la cultura argentina. Estudió Derecho y actualmente tiene un estudio jurídico. También trabajó más de nueve años en el rubro textil por mandato familiar. Es fruto de la movilidad social ascendente y siente simpatía por el peronismo. Sin embargo, no milita en Unión por la Patria y es el segundo precandidato a legislador porteño en la lista de Guillermo Moreno.
Kim fue muchos años vicepresidente de la Cámara de empresarios coreanos en Argentina y desde 2016 que milita junto a Moreno. También reconoce que tiene amigos en el Gobierno. En diálogo con Data Clave, habló de su familia, sus ideas para mejorar la Ciudad de Buenos Aires y críticas contra los dirigentes que cuestionan el ingreso de extranjeros al país.
“La base de nuestra Argentina está realizada y en progreso por el aporte de las diferentes culturas que van trayendo los pueblos”, asegura.
Data Clave: ¿Cómo es su historia con la Argentina?
Alejandro Kim: Nací en el barrio de Flores. Mis padres llegaron en el 76 y yo nací en el 77. Ellos llegaron de Corea del Sur con mis abuelos y tíos, vino toda la familia. Fue por razones políticas, en ese momento había una dictadura. Ellos se dedicaron al rubro textil apenas llegaron, muy precariamente y trabajando 18/20 horas por día, sin conocer el idioma ni a nadie.
DC: ¿Y tenía el deseo de seguir con el mandato familiar?
AK: Cuando terminé el colegio secundario me dediqué al rubro familiar. Empecé a fabricar ropa en un comercio de Avenida Avellaneda. También en paralelo me puse a estudiar Derecho. Me recibí y trabajé nueve años en el rubro, pero me definí por seguir lo que estudié. Tengo mi estudio jurídico y ejerzo hace más de 18 años. Vivo de mi actividad profesional y también tengo lazos con el rubro textil, porque fui vicepresidente de la Cámara de empresarios coreanos en Argentina durante muchos años. Trabajé durante más de 15 años en la política comunitaria.
DC: ¿Y desde cuándo le picó el bichito de meterse en política?
AK: A mí me empezó a interesar desde que empecé a estudiar un poco y a sentir de dónde veníamos. Soy un fruto de la movilidad social ascendente y la patria peronista. Soy descendiente de una familia que llegó a la Argentina con 400 dólares. Pasó el tiempo y hoy tanto yo como mi familia podemos vivir una situación cómoda. Argentina me permitió ser abogado y ahora ser un precandidato.
DC: ¿Cuál es su visión sobre la política migratoria de la Argentina? ¿Qué opina de los políticos o medios de comunicación que cuestionan a los extranjeros que vienen a radicarse en el país o que utilizan los servicios públicos?
AK: Me parece una locura que digan ese tipo de manifestaciones. Desde nuestra Constitución somos un país de brazos abiertos. ¿Cómo le vamos a negar una atención médica a un extranjero o un trabajo a la persona que lo necesita? Es una visión sectaria y cargada de xenofobia. La base de nuestra Argentina está realizada y en progreso por el aporte de las diferentes culturas que van trayendo los pueblos. Estamos en vías de proceso de una gran nación y es una locura los que manifiestan lo contrario.
DC: ¿Cree que cambió el comportamiento de la sociedad? Antes era común que los inmigrantes vinieran a la Argentina para buscar oportunidades y hoy muchos jóvenes nativos quieren irse al exterior a probar suerte…
AK: Desde los 90 en adelante se agudizó la salida de argentinos a probar suerte al exterior, pero no veo que hoy sea una constante. No veo que todos se vayan al exterior. También hay que aceptar que hoy estamos en los cambios de la tecnología y la globalización. La era digital modificó mucho las conductas.
DC: ¿Por qué se encariñó con el peronismo? ¿Qué lo movilizó?
AK: A mí me gusta la marcha peronista y cantarla, me siento sumamente representado. Tengo muchos amigos en el Gobierno actual, vengo caminando hace muchos años.
DC: Sin embargo, eligió militar para el proyecto político de Guillermo Moreno…
AK: A Guillermo lo conozco hace muchísimos años, tengo una relación de amistad. En el 2016, una vez que gana el macrismo y había una desolación muy grande de lo que es el peronismo, lo llamo y le digo “estoy aburrido, me falta peronismo”. Me uní a él y así estamos. Creo que el único peronista es Guillermo, le reconozco el liderazgo y los ideales que tiene. Es una persona íntegra y muy sana.
DC: ¿Este Gobierno es peronista?
AK: Guillermo ya lo dijo. ¿El Partido Justicialista por quién está gobernado? Está claro donde está cada uno y qué intereses se defienden. Estamos gobernados por un presidente que está en retirada y la única oferta peronista es Guillermo Moreno. El que comulga con la doctrina peronista, sabe dónde está el peronismo. Es una lástima que estemos separados. Nuestras ideas están claras, queremos un país más justo a base de trabajo y sacrificio. Es la Argentina que uno quiere.
DC: ¿Se ven con chances en la Ciudad de Buenos Aires? Pareciera ser que la elección va camino a ser de tres tercios con Juntos por el Cambio, Unión por la Patria y La Libertad Avanza…
AK: Nosotros llevamos como candidato de jefe de Gobierno a un cura párroco (Eduardo Graham) que vio la necesidad de tener que involucrarse en la problemática de la Ciudad y nosotros ofrecimos los cuadros técnicos y políticos para encontrar soluciones. La Ciudad está a la deriva, se perdieron todos los principios y valores. Hay falta de coherencia y planificación. Hay que hacer una modificación profunda.