Actividades en defensa de la cultura: qué implicancias tendría derogar la Ley del Libro
Actores del ámbito de la cultura llevaron a cabo una asamblea y acciones culturales contra el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus. Librerías y editoriales independientes advierten sobre los efectos de eliminar la norma que establece el precio uniforme de venta al público.
Luego del cacerolazo cultural de la semana pasada, este sábado 20 de enero actores del ámbito de la cultura llevaron a cabo una asamblea y acciones culturales contra el DNU y el proyecto de Ley Ómnibus.
“Cine, teatro, escritores, artistas visuales, danza, músicxs, comunicación popular, bibliotecas y centros culturales, unidxs”, anunciaron desde la multisectorial Unidxs por la Cultura en su convocatoria que dio inicio a las 15 horas.
Dentro de las diferentes actividades que se llevaron a cabo en la jornada se realizó una Feria del Libro Urgente. La iniciativa surgió de editoriales y librerías independientes en rechazo a la propuesta de derogación de la Ley 25.542 del Libro. Reconocidos escritores como Claudia Piñeiro y Guillermo Martínez invitaron a participar del evento.
¿Qué implicancias tendría para la industria del libro derogar esta ley?
Al conocerse que en el capítulo I de “desregulación económica” de la Ley “Bases” se propone derogar la Ley N° 25.542 de precio uniforme de venta al público y defensa de la actividad librera, distintas librerías y editoriales independientes en un documento con más de 200 firmas explicaron los impactos negativos que traería a la actividad esta decisión.
Esta norma vigente desde el 2002 establece que los editores deben fijar el precio de venta de los libros y que debe ser el mismo en todos los puntos de venta. Además, parte de la premisa de que las librerías son espacios fundamentales de la vida cultural y en la cadena de valor del libro.
¿Por qué es importante? “Al establecer un precio único para toda la cadena de venta, se pone el acento de la competencia en la atención al público, la recomendación y selección de los libros y no en el descuento que se puede hacer en base al poderío económico”, explicaron el texto.
“Uno de los malentendidos más comunes es que, si se elimina la ley de precio fijo, el precio de venta al público cae, lo cual ha resultado falso en varios países”, precisaron.
En esta línea, detallaron que en un principio se ven ofertas de “los grandes jugadores” ya que pueden acceder a comprar una mayor cantidad de unidades, por ende con mayor descuento, y trasladan ese descuento al público. De esta manera, ganan “cuota de mercado” y disminuyen drásticamente la cuota de los “pequeños jugadores” hasta hacerlos desaparecer o marginar su rentabilidad. Entonces, liberados de una competencia fuerte, vuelven a subir los precios. “A mediano plazo no funciona”, sentenciaron.
Por otro lado, señalaron que “hay una estrecha relación entre los países que tienen ley de precio fijo y un robusto entramado de librerías independientes” como en España y Argentina.
“No es casual que países que promueven al libro como bien cultural fundamental y poseen mercados editoriales desarrollados y diversos, tengan un extendido consenso acerca de la protección de las pequeñas y medianas librerías, como es el caso de Alemania, Corea del Sur, España, Italia, Japón, México, Noruega, etc”, indicaron y aseguraron que “en Argentina el consenso a favor de esta ley es ampliamente mayoritario”.
Asimismo, advirtieron que al cerrar las librerías independientes, desaparecen los puntos de venta de las pequeñas editoriales y luego desaparecen las pequeñas editoriales. “Las compras a gran escala suelen favorecer y financiar los libros de mayor rotación en detrimento de la bibliodiversidad. Es decir que se exhibirán solo los libros que se venden más. La falta de exhibición genera una menor venta, lo cual a su vez disminuye la rentabilidad de un negocio pensado a escala”, subrayaron en este sentido.