¿Fin de los oceanarios?: En qué consiste el proyecto para prohibir el cautiverio y espectáculos
Senadores oficialistas y organizaciones proteccionistas impulsan una iniciativa para terminar con los shows que utilizan animales marinos. El caso de la orca Kshamenk y las dudas en el sector turístico.
Kshamenk es la única orca que continúa en cautiverio en Sudamérica. El animal fue capturado en 1992 por un reconocido oceanario de la localidad de San Clemente del Tuyú y desde ese momento vive en una pileta artificial- sin compañía de ejemplares de su misma especie-, donde participa de distintos shows de entretenimiento.
Su historia fue el disparador de un proyecto de ley para prohibir espectáculos con animales marinos silvestres, como también “su exhibición y/o cautiverio sin fines de rehabilitación y reinserción o reintegro”.
“La realidad de Kshamenk es la misma que viven otras especies de animales marinos silvestres (delfines, lobos de mar, pingüinos, tortugas marinas) en acuarios que montan espectáculos con ellos en lugar de rehabilitarlos y restablecerlos a su hábitat natural, causándoles a estos seres sintientes múltiples daños y sufrimiento”, señala en sus fundamentos la iniciativa que será presentada en el Senado el próximo 18.
Según el último relevamiento, en 2019 había unos 223 animales marinos en cautiverio entre los dos oceanarios más grandes del país, ubicados en la costa atlántica argentina.
El texto es impulsado por las organizaciones Derechos Animales Marinos, Equipo judicial Sandra, Proyecto Galgo Argentina y Activistas Animalistas de La Costa, y recibió las firmas de los senadores Antonio José Rosas, Nora Del Valle Giménez, Sergio Napoleón Leavy, María Inés Pilatti Vergara, María Eugenia Catalfamo, Carlos Alberto Linares, Ricardo Antonio Guerra, Adolfo Rodríguez Saá, María Eugenia Duré, Oscar Parrilli y María Clara Del Valle Vega.
Se trata de un debate que ya se dio en varios países del mundo, donde se prohibió el cautiverio y los espectáculos: Francia lo hizo en 2021; mientras que en 2019 Canadá prohibió el cautiverio de ballenas, delfines y marsopas para espectáculos.
Además, más de 603.000 personas firmaron un petitorio denominado “StopAcuarios” en la plataforma Change.org. “Los zoológicos están cerrando, los animales terrestres están siendo trasladados a raíz de una exigencia social que despertó la voluntad política en Argentina. Ahora es el momento de los acuarios y toca pensar en los animales marinos”, se subraya en la petición.
El proyecto de ley ya fue girado a las comisiones de Justicia y Asuntos Penales y Legislación General. En el Congreso saben que será un debate difícil, tal como sucedió con la iniciativa para prohibir las carreras de galgos, que generó duros enfrentamientos entre las organizaciones proteccionistas y el sector de los “galgueros”.
El sector vinculado al turismo mira de cerca la propuesta legislativa que busca poner fin a los espectáculos con animales marinos, ya que los principales oceanarios “atraen” miles de veraneantes y es fuente de trabajo para los vecinos de la zona.
A su vez, los parques acuáticos niegan las acusaciones y afirman que el objetivo principal es “preservar la fauna silvestre a través de proyectos de conservación y estrategias de educación ambiental”.