Un desafío hotelero: ¿cómo atraer y retener talento cuando el salario no es más el único factor?
Los prestadores turísticos comenzaron a revitalizar sus niveles de venta tras la pandemia, pero la pronunciada falta de personal, en especial de uno calificado, se convirtió en un nuevo conflicto en puerta.
“Viajar es la respuesta, no importa cuál sea la pregunta…” relató Lonely Planet, una de las mayores editoras de guías de viajes en el mundo, en un post que, de repente, fue coronado por numerosos retweets y “me gustas”. Previo a la cuarentena, se decía que el turismo estaba en peligro producto del desarrollo y expansión de la tecnología; en especial con la Realidad Virtual. Sin embargo, no hubo mejor prueba para reconfirmar que viajar es y será parte de nuestro ADN, “la solución a todos los problemas” dirían los jóvenes. Evidentemente, no es sustituible ni reemplazable. Pero esta afirmación no fue lo único que nos dejó la crisis del sector turístico, sino también un gran vacío de personal.
Como es de público conocimiento, el turismo fue uno de los sectores económicos mas golpeados durante la pandemia, no obstante, su vuelta prometía ser auspiciosa según distintas proyecciones. La Organización Mundial de Turismo, en julio del 2022, anunciaba que la actividad internacional se había recuperado en un 60% respecto a los niveles pre-confinamiento.
La demanda turística nacional, por su parte, potenciada por la prolongada prohibición de viajar, aunque incentivada por el programa de Previaje, ha superado afortunadamente los escenarios más optimistas. De hecho, su última edición ha incidido favorablemente sobre la temporada baja, sumando 1 millón de pasajeros al turismo interno: superando así los niveles del 2019. En cuanto a la recuperación del turismo receptivo en Argentina, según informa el Ministerio de Turismo y Deportes, en el último trimestre las llegadas internacionales ya alcanzaron el 70% de los niveles prepandemia y en términos de gasto turístico, se alcanzó el 90%.
Los prestadores turísticos comenzaron a revitalizar sus niveles de venta, pero la pronunciada falta de personal, en especial de uno calificado, se convirtió en un nuevo conflicto en puerta. Según la consultora Mc Kinsey, solo un tercio de los trabajadores que han dejado su empleo en los últimos dos años han regresado al mismo sector.
Los empresarios turísticos argentinos, específicamente los hoteleros, definen la situación como una muy compleja y, por si fuera poco, que la escasez de personal condiciona seriamente las operaciones en todo el territorio nacional; reorganizarse será fundamental, en especial a lo que remuneración justa se refiere. Sin embargo, el salario lejos está de ser el único factor para atraer y retener el talento en los hoteles.
Los datos de la consultora PwC revelan que si bien continúa siendo un factor importante por el cual las personas no quieren renunciar (con 71%), le siguen de cerca los factores relacionados con la autorrealización y significancia de su trabajo, a saber: que sea gratificante (69%) y sentirse ellos mismos (66%). Asimismo, hay otros aspectos que a pesar de no figurar en el “podio”, inciden fuertemente a la hora de permanecer sus empleos: sentir la “preocupación de su equipo” y que “su jefe los escucha”.
En tal sentido, los empleadores que escuchan (en su sentido más empático) promueven el equilibrio entre el trabajo y vida personal, se reinventan para proporcionar la flexibilidad necesaria y se esfuerzan por construir un buen clima laboral, son aquellos con más chances de ganar esta batalla por la retención del talento humano en el sector turístico; por cierto, tan esencial para él. Además, cuando las empresas asumen la responsabilidad por la salud y bienestar de su personal, no solo obtienen el aumento de la productividad, sino que mejora la vida de los individuos, las familias y las comunidades enteras.