Préstamos a las empresas no paran de caer: ¿habrá repunte o seguirán sin reaccionar?
Las caídas son consecuencia del deterioro que se viene observando en un mercado que "está en un equilibrio inestable". Incertidumbre por inflación, disputas del Gobierno y la falta de acuerdo con el FMI. Analizan los especialistas en Data Clave.
El crédito en pesos al sector privado no solo no muestra indicios de despegue en 2021, sino que en términos reales (descontando la inflación) cayó por quinto mes consecutivo en abril. Lo preocupante es que, dentro de todos los segmentos, el financiamiento a empresas es el más afectado, con una baja del 6,8% real, según datos del Banco Central, con lo que sumado a los retrocesos en casi todas las categorías de los préstamos podría estar anticipando un deterioro de la débil recuperación de la actividad económica.
De acuerdo al Informe Monetario Mensual de abril, que publicó el viernes la autoridad monetaria, los créditos en pesos al sector privado, en términos reales y sin estacionalidad, “habrían registrado en abril una contracción de 2,8%”.
En términos anuales, el crédito cayó por primera vez en 10 meses (se contrajo 4,1% en términos reales), aunque el resultado no sorprende dado que, en abril de 2020, producto del confinamiento estricto, el financiamiento a empresas creció marcadamente impulsado por tasas subsidiadas, dejando altas bases de comparación. “Esta caída también es acelerada por el deterioro que se viene observando en términos mensuales y que da cuenta de un mercado de crédito que no logra recuperarse, con el financiamiento al consumo y a la producción retrayéndose mes a mes. En lo que va del año, el crédito a empresas promedió caídas del 4% m/m real, mientras que el crédito al consumo cayó en promedio 1,3% m/m real”, explicaron desde la consultora LCG.
Al interior de las financiaciones comerciales, los adelantos en cuenta corriente registraron la mayor disminución, con una caída mensual de 11,1% en términos reales, En tanto, la baja de los documentos fue más acotada, siendo de 5,6% en términos reales, indicó el BCRA. Por tipo de deudor prácticamente la totalidad de la baja se explicó por la dinámica de las grandes empresas, las cuales suelen utilizar más intensivamente los adelantos en cuenta corriente que las PyMEs. En cambio, la mayor parte del crédito de estas últimas se canaliza a través de documentos, los cuales fueron impulsados por la Línea de Financiamiento para la Inversión Productiva (LFIP). Es así que, el crédito comercial a PyMEs exhibió una tasa de expansión a precios constantes de 37,9% interanual, según se desprende del informe de la entidad que conduce Miguel Pesce.
“Los préstamos corporativos no paran de caer, siguen corriendo a una velocidad inferior a la inflación y a los depósitos, aunque se nota una desaceleración en su caída. Los adelantos están 4% abajo en los últimos 30 días y 14% en dos meses. Los documentos caen, aunque no tanto”, evaluaron desde Econviews.
Guillermo Barbero, socio de FIRST CAPITAL GROUP, dijo que “una mayor cautela de los operadores económicos limita los nuevos endeudamientos bancarios y preparan a las empresas para un nivel de actividad más pausado a causa de la segunda ola de la pandemia”.
¿Qué dicen los bancos?
Consultados por Data Clave, los bancos privados admiten que esperaban que se reactivara la demanda de los créditos luego del verano, pero con la llegada de la segunda ola de contagios de Covid-19, no hubo despegue, y las solicitudes siguen siendo bajas. “No detectamos demandas sectoriales. Por cuestiones estacionales, seguramente el agro empiece a buscar financiación. Sí observamos más demanda en la operatoria de descuento de cheques, que es el único movimiento que registramos”, dijeron desde una entidad financiera a Data Clave. Con relación a los créditos personales, vemos muy poca demanda, la gente está cancelando deudas contraídas en 2020 y poco más. Ni con tasas ventajosas vemos demanda”, se resignan.
Desde otro banco privado, remarcaron a este medio que “el mercado está en un equilibrio inestable, a la espera principalmente de la evolución de la inflación, de la disputa interna en el oficialismo para ver cuál va a ser el comportamiento fiscal y de la performance del Tesoro en las colocaciones primarias de deuda para rollear (renovar) y financiar déficit”. Entienden que hoy “el acuerdo con el FMI parece lejano”, con lo que “el éxito en las colocaciones primarias va a venir dado por cómo evolucionen la inflación y la disputa interna del oficialismo”. Advierten que “si el gobierno fracasa en estos últimos puntos y no logra rollear la deuda y obtener financiamiento neto, el equilibrio inestable se puede quebrar y esto repercutirá seguramente en un aumento de los tipos de cambio alternativos y una caída de la demanda de dinero”, y consecuentemente, “afectará aún más la performance de los créditos”.
¿Qué se espera para el resto de año?
Desde Econviews, dicen que “probablemente" la única forma de reactivar los préstamos al sector privado es con "alguno de los incentivos que planteó el Gobierno hace un año (créditos al 24% para pymes, por ejemplo), pero que obviamente tienen un costo fiscal directo o una contingencia”. De todos modos, ven “una alta probabilidad de que resurjan algunos programas”.
Por su parte, en la consultora LCG esperan que el financiamiento a empresas y al consumo “continúen con muy bajo dinamismo, en un contexto de elevada incertidumbre que contrae la demanda de los préstamos”. Recuerdan que el crédito “es un indicador coincidente de la actividad por lo que, si bien es apresurado, su bajo dinamismo podría estar marcando el deterioro de la actividad”.
En un entorno aún complejo por la pandemia, hay algunas entidades financieras que son optimistas con relación a la dinámica del financiamiento privado para los próximos meses. “Tenemos expectativas de consolidar una recuperación del crédito este año, impulsando el financiamiento a empresas y familias para alcanzar sus proyectos. En algunos sectores esperamos mayor demanda de préstamos, como el sector agropecuario, construcción, consumo y préstamos prendarios”, explicó a Data Clave Juan Cerruti, economista jefe de Santander Argentina.
Consideró que los niveles en que se incremente la demanda de créditos “dependerá finalmente en buena parte de la performance de la economía en general. Pero Santander está listo para contribuir a la recuperación de todos los sectores”.
¿Qué sucede con otros tipos de créditos?
En lo que se refiere a los préstamos vinculados al consumo, las financiaciones con tarjetas de crédito se mantuvieron estables respecto a abril, con una tasa de crecimiento interanual que se mantiene en torno a 12% en términos reales, al tiempo que los préstamos personales exhibieron una caída en el mes de 0,8% a precios constantes (variación real), según el BCRA.
Con respecto a las líneas con garantía real, los préstamos prendarios habrían registrado en abril un crecimiento mensual de 1,9% en términos reales y sin estacionalidad, acumulando 10 meses consecutivos de variación positiva. En términos interanuales, el ritmo de expansión se ubicaría en 15,6% a precios constantes. Por otro lado, el saldo de los préstamos hipotecarios en términos nominales continuó en valores similares a los de finales de 2018.
En un contexto de escaso dinamismo del crédito hipotecario, recientemente el Gobierno lanzó la línea “Créditos Casa Propia” en el marco del Programa Pro.Cre.Ar., que incluye créditos hipotecarios para la construcción de viviendas nuevas de hasta 60 metros cuadrados de superficie en lote propio y créditos personales para refacción (compra de materiales y trabajos de mano de obra). En ambos casos, los créditos son a tasa cero y el capital se ajusta por el índice Hog.Ar, cuya actualización está basada en la evolución del Coeficiente de Variación Salarial (CVS).