Las señales políticas y económicas que pueden anticipar lo que viene
Qué se espera en materia política y económica a partir del segundo semestre y para el próximo año, donde además hay elecciones de medio término.
Desde el frente político, esta semana tuvo dos acontecimientos que pueden echar luz sobre cómo se van a acomodar las piezas durante el segundo semestre y el año que viene, en el que se harán elecciones de medio término.
En primer lugar, en el Senado, el oficialismo pudo articular con un segmento de la oposición (UCR, Pro, bloque “federal”) para evitar que una nueva fórmula jubilatoria con media sanción de Diputados avance. La nueva fórmula había sido aprobada por gran parte (más de dos tercios) de la cámara baja, incluyendo referentes de la oposición de UP, UCR, bloques federales y CC.
La media sanción no sólo compensa la diferencia entre el adicional de abril de 12,5% por arriba del IPC respecto de lo que había sido la inflación de enero (20,6%), sino que agrega para el futuro un ingreso adicional cuando los salarios o la Canasta Básica Total superan a la inflación. Ese adicional implica un diseño normativo que se recomienda evitar, porque implica una regla permanente con un sesgo al alza, al elegir un valor que es el mayor entre dos índices (IPC y RIPTE), y no el promedio de ambos.
Por lo pronto, luego de aprobada la Ley Bases, la cual abrigaba una carga simbólica fuerte por haber emergido como la herramienta estructural que pedía el gobierno, no descartamos un proceso de mayor diálogo y actitud cooperativa en el Congreso para sacar leyes razonables, incluso en un contexto más turbulento. Pero habrá que confirmarlo con el correr de las semanas, especialmente en un contexto en donde el gobierno tendrá más dificultades para cumplir con los objetivos planteados (por la escasez de reservas y la inercia inflacionaria) y la oposición dialoguista considere más apropiado tomar distancia frente a esas dificultades.
El segundo hecho político a destacar de la semana es que en la reciente asamblea del PRO parece haberse consumado la fractura del partido, dado que la mayoría apoyó al candidato del ex presidente Mauricio Macri, marginando a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de la conducción de ese cuerpo deliberativo, cuyos seguidores se fueron del encuentro. Como en la asamblea es donde se definen las alianzas electorales, el resultado mostró que gran parte del partido no se fusionaría con La Libertad Avanza el año que viene.
Todavía existe una elevada incertidumbre, y no hay que descartar de ninguna manera que el macrismo considere ir en un frente electoral con LLA, pero este suceso podría incrementar, en el margen, la probabilidad de listas más atomizadas para el año que viene o, eventualmente, alianzas diferentes a cómo están configuradas hoy.
En materia económica, el viernes 28 de junio a última hora, el ministro Caputo y el presidente del BCRA brindaron una conferencia de prensa sobre la “segunda fase” de estabilización. En la previa, se pensaba que podían dar novedades respecto de la evolución del deslizamiento cambiario (crawl en 2% mensual), la reducción del Impuesto País, la eliminación del blend exportador (80% al dólar oficial, 20% al dólar CCL) o alguna idea de desarme del cepo cambiario.
Nada de eso ocurrió, y sólo comentaron una idea general de cómo será la gestión monetaria en adelante. La incertidumbre sobre cuál será el régimen monetario siguió siendo la regla en el mercado, que no se despejaron con mensajes confusos y contradictorios de los funcionarios y el propio presidente
En líneas generales, pareciera que, de las distintas fuentes de emisión de base monetaria, el gobierno apunta a que no se emita más para financiar al gobierno o para pagar intereses por sus pasivos remunerados. Lo primero ya fue cumplido, y para lo segundo las autoridades continuarán con la estrategia de reemplazo de deuda del BCRA por deuda del Tesoro, ya iniciada semanas atrás.
Pero seguirá teniendo el “permitido” de emitir para comprar dólares (dejando en offside el slogan “emisión 0”). No dieron pistas si podrán emitir para regular la liquidez del sistema a través de Operaciones de Mercado Abierto comprando y vendiendo títulos del Tesoro (como realizan todos los bancos centrales del mundo) o para asistir a bancos con problemas.
Durante esta semana hubo diversas reuniones con bancos y se confirmó la idea de que todavía no está claro cómo van a implementar la medida. El Tesoro emitirá nuevas Letras de Regulación Monetaria (LRM), con cupón variable atado a la tasa de política del BCRA. La idea general es que los bancos puedan dejar el exceso de liquidez en estas Letras, tal cual hacían con los Pases Pasivos.
Al ser letras con cupón variable podrían tener un rendimiento diario variable (al igual que los pases) y habrá que ver si permiten pre-cancelación para darle una duración muy corta (o alternativamente, que sean letras a un día de plazo). También deberá pensarse cómo permitir, en este esquema, intereses capitalizables para continuar con la estrategia de no visibilizar pagos de intereses, y así mejorar el resultado fiscal.
Por lo pronto, lo anunciado sería un manejo de pasivos intrasector público, pero no mucho más que eso, bajo el entendimiento de que ayudará a achicar más las expectativas de inflación. Desde la gestión monetaria propiamente dicha, la administración de la liquidez del sistema (el nivel de tasas de interés) se parecerá más a un esquema automático de “depósitos de excedentes” (al estilo Pases), que a uno con operaciones de misión/compra/venta de títulos (como las leliqs u operaciones de mercado abierto).
Un tema no menor es que estas LRM no pagarían el impuesto a los Ingresos Brutos, como si lo hacían los Pases Pasivos, por lo que las provincias, y especialmente la CABA, perderían una buena fuente de ingresos tributarios propios. Por ese motivo resurgió la ansiedad para que el presidente Milei acate el fallo de la Corte Suprema que dispuso que se le pague a CABA el 2,95% de la masa de impuestos coparticipables.
Desde una perspectiva más amplia, la duda que genera el anuncio de Caputo y Bausili es que nuevamente resulta desenganchado de los comentarios más altisonantes del presidente Milei. ¿Cómo se vincula esto con la denominada “competencia de monedas”? ¿Realmente se apunta a la eliminación, en un futuro, del banco central? Por todo esto, la incertidumbre en el frente monetario presumiblemente continuará.