El sector tecnológico en Argentina representa la mayor oportunidad en décadas
El país es uno de los pioneros en visualizar un nicho de oportunidad estratégica en este terreno en toda la región. Con empresas emblema que marcan el camino, uno de los factores que explican esta situación son los actives regímenes de promoción impositiva. Los desafíos continúan y son enormes, pero representan una gran oportunidad para lograr un mayor nivel de crecimiento sostenido y desarrollo.
El mundo transita en la actualidad una fuerte transformación en la estructura de producción de bines y servicios, las principales potencias económicas se encuentran en una carrera sin precedentes por el predominio tecnológico que moldea una nueva etapa del capitalismo. La economía digital expande las fronteras, superando cualitativamente a la fase industrial anterior determinada por la automatización o robotización de los procesos.
La denominada revolución industrial 4.0 es una realidad concreta entre los países desarrollados y se caracteriza por la incorporación de procesos de innovación tecnológica, principalmente programas de inteligencia artificial (IA) con una velocidad vertiginosa hacia el interior de los aparatos industriales, transformándose en un hecho disruptivo determinante del futuro de la producción y el trabajo en los países centrales con importantes consecuencias para el resto de las economías en el mundo.
De esta manera, el sector tecnológico se posiciona en todo el mundo como el de mayor relevancia estratégica, con capacidad de determinar la frontera de posibilidades de desarrollo de la economía dentro de las sociedades modernas por las próximas décadas.
En este contexto se enmarca que actualmente Estados Unidos y China, las principales potencias económicas del mundo, lleven adelante una disputa sin cuartel en el terreno de las nuevas tecnologías de la comunicación, en el extremo la implementación del sistema 5G en diferentes regiones, y por el control de los datos (Big Data) alrededor del mundo. Esta es una de las mayor discusiones de geopolítica en la actualidad y de su resultado dependerá entre otras cosas, la definición de cuáles serán las potencias que ganarán influencia en las decisiones futuras del planeta y cuáles serán las potencias que declinarán sus posibilidades de hacerlo.
Ante este escenario, Argentina tiene enormes desafíos por delante para transitar esta nueva fase industrial, sin dudas la estabilización de la macroeconomía y la recuperación del crecimiento son algunos de los asuntos de mayor relevancia, pero debe destacarse que el país también presenta oportunidades a partir del desarrollo del sector de la Economía del Conocimiento.
En Argentina las TICs son las empresas de Tecnología de la Información y Comunicación se agrupan en el denominado Sector de la Economía del Conocimiento, el mismo está integrado por empresas de innovación y desarrollo de tecnología aplicada a la producción, las más representativas son las dedicadas a desarrollo de software, servicios profesionales, nano ciencia, biotecnología, industria aeroespacial, satelital, aquellas que en Argentina se incluyen dentro de la denominada Economía del Conocimiento, no sólo constituyen una industria en sí misma con una gran capacidad para crear valor y proporcionar empleos de calidad en la sociedad moderna, también es una condición necesaria para incrementar los niveles productividad y competitividad internacional del resto de la economía nacional a partir de su interacción con el sector productivo, a esto denominamos procesos de transferencia de tecnología y de ello dependerá la capacidad de actualización y mayor desarrollo industrial argentino en el nuevo escenario internacional.
Experiencias de unicornios argentinos, por caso Mercado Libre y Globant entre las más emblemáticas, son casos testigo de esta experiencia de emprendimientos iniciales de reducida escala que han logrado convertirse en compañías globales, con capitalizaciones bursátiles que las colocan entre las primeras de la región y dentro de un selecto grupo de empresas a nivel mundial.
El sector de la Economía del Conocimiento, se convierte en un eslabón fundamental para el desarrollo de la economía argentina, con la capacidad de proveer en forma local innovación tecnológica al resto de los sectores productivos.
En esta línea, el sector debe ser entendido como una industria de industrias, tal como lo fueron los sectores del acero, aluminio, petróleo y químico durante el siglo XX, sin los cuales hubiese sido imposible un proyecto industrial de producción de bienes de consumo masivo en Argentina.
El sector que proporciona a Argentina la oportunidad estratégica en décadas para:
- Consolidar una posición de liderazgo del sector entre los países de Latinoamérica
- Transformar la matriz exportadora argentina hacia bienes de alto valor agregado
- Aumentar la productividad del conjunto de los sectores económicos
- Disminuir la brecha tecnológica con los países desarrollados
- Disminuir la dependencia para la transferencia tecnológica
La actual situación por la que atraviesa la industria de tecnología en nuestro país es consecuencia, entre otras cosas, de un activo régimen de promoción impositiva para el sector, teniendo un rol preponderante desde que se sancionó la primera Ley de la industria del software en 2004 hasta el presente. Los resultados desde la sanción de la norma fueron realmente importantes, posicionando al sector entre los de mayor dinámica de crecimiento de la economía argentina a tasas de dos dígitos y luego con las distintas modificaciones al régimen de promoción y ampliación de su alcance hasta llegar la recientemente sancionada Ley de la Economía del Conocimiento, se posiciona al sector como el tercer complejo exportador argentino, luego de los complejos oleaginoso y automotriz.
Uno de los elementos de mayor ponderación entre los enumerados como oportunidad es disminuir el nivel de dependencia respecto de las economías centrales partir del fortalecimiento del sector tecnológico local. La adquisición y transferencia de tecnología, presenta la misma lógica y dinámica que en los demás bienes de capital, los cuales pueden producirse en el país o bien deben importarse y por lo tanto se depende de terceros países. Nuestra economía presenta un saldo superavitario respecto del mundo en materia de comercio exterior para este sector y además de ser esto un valor en sí mismo, implica una mayor independencia respecto a la compra de bienes de capital que ha caracterizado a nuestro a nuestra economía por muchas décadas.
De esta situación se desprende otra de las grandes oportunidades que ofrece el sector, esta radica posibilidad de mejoras sustantivas en los niveles de productividad y por tanto competitividad internacional para el conjunto de conglomerados económicos del país, a partir de la transferencia de innovación tecnológica en el mercado local.
Por último, empresas locales que sortean la brecha tecnológica con los países desarrollados, alcanzando máximos estándares de competitividad a nivel internacional, está en la propia génesis del sector tecnológico argentino.
En general el sector requiere una menor incidencia de capital fijo, inversiones de gran escala que son dificultosas en nuestra economía para emprendimientos pequeños y en cambio es intensivo en utilización de talento, capital humano calificado, recurso altamente disponible en Argentina. De esta manera, sin soslayar las diferencias estructurales con las economías centrales, puede afirmarse que esta brecha tecnológica se ha vuelto algo más difusa para el sector IT, para beneficio de economías emergentes y de nuestro país en particular.
Para finalizar, la promoción del sector tecnológico es una experiencia que se repite tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, siendo la Argentina uno de los pioneros en visualizar un nicho de oportunidad estratégica en este terreno en toda la región. El camino de expansión que transitaron las empresas hasta el presente muestra el acierto de la decisión política adoptada en 2004, y justifica todas y cada una de las posteriores ampliaciones sobre el régimen de promoción de esta industria.
Los Desafíos continúan y son enormes, pero es la mayor oportunidad que tendrá nuestro país en los próximos años para lograr un mayor nivel de crecimiento sostenido y desarrollo.