La educación argentina se encuentra en un punto de inflexión tecnológico y pedagógico que definirá el futuro del aprendizaje en el país. Tras un análisis exhaustivo del panorama educativo nacional, existen cinco tendencias clave que transformarán las aulas argentinas durante el próximo año.

Personalización y nuevas habilidades

El uso de la tecnología para potenciar y sostener la enseñanza da lugar a la primera gran tendencia importante: el aprendizaje personalizado e inmersivo. Por un lado, el uso de tecnologías adaptativas permitirá que los estudiantes aprendan a su propio ritmo y según sus necesidades individuales. En tal sentido, el principal ejemplo es el uso de IA para personalizar las experiencias, adaptando los recursos como chatbots a los requerimientos específicos de los estudiantes, pero no es el único. Por otro lado, la realidad virtual (VR) y la realidad aumentada (AR) se utilizarán más en el aula para crear experiencias de aprendizaje inmersivas.

El impulso hacia el aprendizaje personalizado mediante IA y tecnologías adaptativas marca un cambio trascendental en cómo vemos la educación, pasando de modelos tradicionales a experiencias educativas a medida. Esto puede resultar en una educación más efectiva y significativa, ya que permite que los estudiantes avancen a su propio ritmo y respondan a métodos que mejor se adaptan a sus estilos de aprendizaje.

La segunda tendencia fuerte que vislumbran para 2025 es que los docentes deberán enfocarse en una serie de nuevas habilidades valoradas: las competencias digitales se integrarán en el currículo como preparación para un futuro laboral cada vez más tecnológico. Al mismo tiempo, las destrezas de pensamiento crítico, innovación y creatividad serán fundamentales.

Este tipo de aprendizaje, que va más allá de la memorización de contenidos, ayuda a los estudiantes a adquirir herramientas para resolver problemas complejos y desarrollar resiliencia, capacidades que serán necesarias en un futuro cada vez más incierto y demandante.

Datos, profesionalización e inclusión

La tercera tendencia es que la analítica y el uso de datos ganará peso específico en la labor de las instituciones educativas ya que, por una parte, las escuelas utilizarán el análisis de datos para evaluar el progreso de los estudiantes y adaptar los planes de estudio de manera más efectiva; y, por el otro, las herramientas de análitica y de big data se emplearán para identificar patrones, predecir necesidades y tomar decisiones más informadas.

La cuarta tendencia que se anticipa para 2025 es que los colegios darán un nuevo paso hacia la profesionalización y se empezará a fomentar el liderazgo estratégico. Esto significa que los líderes educativos tendrán que ser capaces de inspirar y motivar a sus equipos, así como de adaptarse a un entorno en constante cambio; también deberán desarrollar una visión clara y compartida del futuro de la institución, alineada con las necesidades de la sociedad y del mercado laboral. En este marco la selección de talento tendrá un rol crucial y, en este sentido, se implementarán procesos más rápidos y eficientes, utilizando herramientas tecnológicas como videoentrevistas y evaluaciones online. Por ejemplo, la plataforma PickApply ayudará a las organizaciones a lograr un proceso de reclutamiento y selección ágil, simple y estandarizado. 

La quinta tendencia que se observará en 2025 es el mayor foco en garantizar la accesibilidad, la equidad y la inclusión: en este sentido, las escuelas desarrollarán estrategias para asegurar que la tecnología educativa sea accesible para todos los estudiantes, independientemente de su situación económica o geográfica. 

Las instituciones educativas en todos los niveles vivirán un 2025 desafiante frente al avance de estas tendencias, y tendrán frente a sí el enorme reto de desarrollar estrategias que promuevan una educación inclusiva, innovadora y relevante.