"Santo Narco": ¿cómo se explica el crecimiento del narcotráfico en Santa Fe?
Un análisis descarnado de una realidad que se traduce en más violencia urbana y la revitalización de las principales bandas delictivas de la provincia.
Paz y orden para el delito narcótico en Santa Fe
Paz y Orden cosechan los narcotraficantes de Santa Fe desde el 10 de diciembre de 2019. La provincia que en menos de dos años retrocedió ocho en materia de narco-crimen.
En menos de dos años la situación criminal adquirió mayor complejidad. Especialmente por haber salido del estado de contención logrado por la administración anterior. Miguel Lifschitz/Maximiliano Pullaro.
Es que para la delincuencia el escenario se configuró favorable. Por un lado, el estallido de la pandemia en marzo del 2020. Y por otro lado, la constitución de un Ministerio de pico con efecto chasquibun en el territorio.
Paz y Orden como slogan de seguridad fue funcional a la inseguridad.
El rearmado de la desarticulada banda de Los Monos, se dio en dos instancias:
- A través del tráfico de influencias en el servicio penitenciario, la venta de estupefacientes en su interior, y el manejo de sicariatos externos.
- A través del armado de redes en toda la provincia.
Sus centros más expuestos por orden de complejidad son:
- Rosario.
- Villa Gobernador Gálvez.
- Santa Fe Ciudad.
- Rafaela.
- Vera.
Al mismo tiempo el Santo Narco constatado en el territorio forjó la configuración 2.0 (la nueva generación delictiva), la activación de nuevas bandas y se valió de la hidrovía a pleno tráfico de estupefacientes (35%). También le fue providencial el entramado político intoxicado de miserias, acusaciones y el siempre espectro de la operación.
Se gestó un contexto propicio de santificación narcótica.
Una gesta fatal que ya alcanza a inocentes baleados.
Perotti, Traferri, Saín
Santa Fe se volvió un Macondo literario pero del Narcomenudeo.
De un derramamiento de sangre definido como "estacional". De un desprecio visceral para con la institución policial. De etiquetas despectivas contra el pueblo que lo llevó al poder a Omar Perotti, apoyado por el senador por San Lorenzo, Armando Traferri. Uno de sus pilares fundamentales, si no el fundamental.
Una relación que se quiebra, la de Traferri y Perotti, no por la causa del juego clandestino sino por un acto de sensatez del primero. Cuando le advierte al Gobernador que la anomia se estaba llevando puesto el "deseo" de paz y orden con la gestión registrada por Marcelo Saín.
Luego viene todo el circuito de dimes y diretes. De potenciales coimas, lavada de activos, juego clandestino y demás inmundicias que sobrevuelan. Inmundicias favorables al estado de inseguridad como política de estado. Inmundicias en detrimento de la recomposición del tejido social.
La política, la policía y la justicia en un entrevero de antología en una provincia que logró superar a la de Buenos Aires en materia de complejidad criminal. Que sumó en pandemia al enclave Rosario, el enclave de Santa Fe ciudad.
Donde Traferri y Saín terminaron en el mismo banquillo, bajo similares etiquetas aunque en distintos escenarios. Escenarios que vuelven a traer espectros, intereses e influencias que nunca quedan demasiado claras. Entre otras cosas, porque la justicia aporta enigmas.
La construcción del enemigo político privilegió al delito.
Y Saín fue cambiado por Jorge Lagna pero a Lagna nadie lo reconoce, ya que la estructura del Ministerio de Seguridad mantiene la impronta Saín. Empezando por el Secretario de Seguridad, Germán Montenegro. Quien aguarda novedades de la cerrada causa PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) asentada en Lomas de Zamora con peritajes en curso.
En dicha causa, Montenegro, fue imputado por el Fiscal Federal de Lomas de Zamora, Gómez Barbella, por el posible de delito de administración fraudulenta.
Mientras tanto, Marcelo Saín desde el MPA, y más allá de las complicaciones judiciales que atraviesa, observa atento que sin él nada ha mejorado. Excepto, los modales. Las formas.
El Santo Narco logró en estos meses de sangre, con epicentro en la ciudad de Rosario, que el ingreso al universo criminal pase de los 8/10 años, a los 6/8 años en los territorios más vulnerables.
También hubo un tendido de lazos internacionales para garantizar el abastecimiento de estupefacientes, más allá de la producción in situ. Lazos importantes en el diagrama proteccionista. Las redes narco-criminales locales tejieron alianzas con el PCC (Primer Comando Capital). Y el EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo).
"Honestidad delictiva" de Cantero
Ante las balaceras en Tribunales por el juicio a Los Monos, Lagna y Montenegro, rozaron la declaración de incompetencia. Casi con jactancia declararon que hay situaciones que no pueden prevenirse descartando, irresponsablemente, informes de inteligencia e investigación que hacen a la seguridad ciudadana. Pero eso no sería todo. Lagna confunde un pozo escondite debajo de un armario con un búnker.
Entorno a Macondo surge lo siguiente: "Contrato sicarios para tirarle tiros a los jueces" dijo Guillermo Cantero en un acto de impunidad y jactancia criminal en el marco de una provincia, Santa Fe, gobernada por la Anomia.
Una declaración que logra su cometido. Desestabilizar y mostrar que tiene un doble aparato de contención:
1- El aparato de redes de Los Monos.
2- El aparato de la no gestión en Seguridad del Gobierno de Perotti.
Cantero se garantiza centralidad, medios y fortaleza.
Volver a generar terror gracias a la funcionalidad de la inoperancia política. Como sucedía en la gestión de Antonio Bonfatti.
Situaciones al límite que revelan, por último, que la forzada salida de Sarnaglia de la policía de Santa Fe abrió nuevas internas al interior de la misma.
Una institución sin conducción política. Que subterráneamente trafica -en bloque- que jamás le perdonará al Gobernador Perotti la habilitación y legitimación del destrato compulsivo de Saín a través de un silencio connivente.