Adin David Ross tiene apenas 24 años. Nació en Boca Ratón, Florida, y luego de vivir en Long Island, Nueva York y California un tiempo después, hace un par de años volvió a su lugar de nacimiento junto a su hermana. Nunca pasó carencias de ningún tipo, y su familia aparenta ser un tanto indiferente o un poco permisiva, básicamente por un primer dato que muestra a Adin de cuerpo entero: no fue a la fiesta de graduación del secundario por quedarse en su casa para transmitir en directo las apuestas que hacía sobre los resultados de diversos partidos de basquet. 

Por entonces, hace solo seis años, Adin tenía una cuenta en Twich, la plataforma que pertenece a Amazon y que permite realizar transmisiones en vivo, principalmente de videojuegos y deportes en línea. Para 2020, cuando empezó la pandemia, Twich tenía tres millones de streamers usando sus servicios. Uno de ellos, Adin, que descolló por sobre los demás y llegó a tener millones de seguidores. 

Luego fue expulsado de la plataforma, a pesar del enorme número de sponsors que significaba contar con su canal. La primera llamada de atención fue el 10 de abril de 2021: el influencer además de recibir apuestas y mostrar las propias, atendía llamados en vivo, se generó una discusión con un oyente y la charla terminó con un “maricón” revoleado al aire. Justo un año después, Ross fue suspendido indefinidamente de la Twich por usar “insultos y símbolos de odio”. 

De Twich se mudó a Kick, la plataforma que empezó a funcionar a finales de 2022 y que dentro del universo streamer yanqui es “el lejano oeste virtual”, un espacio donde todo parece estar permitido y regirse por sus propias leyes. Adin Ross mudó con él a sus millones de seguidores, y se considera a uno de los “padres fundadores” del sitio pues fue y es su principal motor. 

Es una empresa australiana que prosperó y creció gracias a un modelo de negocios que aplicó con Ross y con otros influencers: hace contratos multimillonarios con creadores masivos de contenido y solo les pide el cinco por ciento de las ganancias, a diferencia del cincuenta de Twich. Puede hacer eso porque el principal gancho comercial de la plataforma es un casino en línea, Stake, del mismo holding, uno de los criptocasinos más grandes del mundo que convirtió a su dueño, de 28 años, en el multimillonario más joven de Australia de todos los tiempos, poseedor de una fortuna de cuatro mil millones de dólares. 

Kick permite transmitir todo tipo de contenido, incluso ilegal: muchos de sus streamers se muestran participando de asaltos, robando casas, consumiendo drogas o teniendo relaciones sexuales. Hace algo más de un año, Ross se mostró apostando y mirando pornografía a la vez. Uno de los influencers que empezaron en Twich y pasaron a Kick es Sergio "Kun” Agüero, donde tiene 175mil seguidores, bastante poco en relación a los casi cinco millones que lo siguen en Twich. En el último tiempo el futbolista empezó a generar contenido en el que habla de política y economía, enmarcado en sus ultra básicos conocimientos de esos temas. 

Adin Ross, como la mayoría de los influencers,  pasó de mostrar sus apuestas personales a promocionar sitios de apuestas que, a su vez, le abrieron las puertas del mundo cripto. Además de ser joven y no tener estudios más allá de la “prepa”, pudo hacer sus primeros pasos especulativos con el dinero familiar, y ahora es multimillonario por si mismo. 

Adin es de extrema derecha o por lo menos, imposta serlo hasta el paroxismo, y se retroalimenta con el porcentaje mayor de sus seguidores: varones de entre 16 y 35 años a los que muchos consideran como “célibes involuntarios”, más conocidos como “incels”. 

En su canal entrevistó a quien llamó “su mejor amigo”, Andrew Tate, también un poderoso influencer. Tate, que fue un luchador de kickboxing, saltó a la fama en 2016 cuando como partícipe del reality show “Gran Hermano” en Inglaterra, habría golpeado a una competidora. Fue el salto a las plataformas, desde las que ante millones de seguidores da constantes discursos violentos en los que, entre mil cosas, acusa a las mujeres abusadas sexualmente de provocar y mentir; o sugiere que hay que asesinar a todos los homosexuales. Tan furibundos fueron sus mensajes que las cuentas del “mejor amigo” de Ross fueron canceladas en todas las redes sociales, aunque a las pocas horas de que Elon Musk comprara Twitter, la cuenta de la actual X le fue devuelta. 

En diciembre de 2022 Andrew Tate y su hermano fueron detenidos en Rumania por violación, secuestro y trata de dos niñas a quienes antes de “venderlas”, las filmó mientras las violaba y transmitió los videos. Pocos meses después fueron puestos en libertad condicional y desde su casa, sigue transmitiendo por su canal de streaming o es entrevistado por Ross. 

La dupla Tate-Ross, además, participó de una estafa ya conocida en Argentina por otros influencers: la venta de cursos en “Hustler´s University”, una academia inexistente en la que profesores como ellos mismos enseñan a ser millonarios a otros quienes, además de pagar una matrícula, deben conseguir otros alumnos que paguen también; o sea, una estafa piramidal clásica. 

Ross, Tate y tantos otros son fervorosos trumpistas. De hecho Adin fue parte de la campaña del actual presidente, y lo entrevistó en repetidas ocasiones como parte de la estrategia política para llegar a un sector adolescente que no siempre tiene participación activa pero que se identifica con el discurso de extrema derecha, básicamente por repetición de modelos a seguir. 

Estafador estafado: Ross invirtió en $Libra

“Oye, presidente de Argentina, que te jodan y que te chupen el culo. Cuando vaya a la Casa Blanca, mencionaré tu nombre". 

Así empezó a decir Adin Ross, en un video publicado hace dos días en su cuenta oficial, en un estado de furia visible. Es que, confiado en la sugerencia de un presidente amigo de Trump, invirtió en los minutos previos a la caída estrepitosa de $Libra, la crypto moneda que no fue más que una estafa y que tiene a Milei en la tapa de todos los diarios del mundo, que lo señalan sin demasiadas vueltas como a un estafador. 

Ampliar contenido
X de Ivy Cángaro

Ross no aclaró cuánto dinero perdió, pero aparenta ser mucho, teniendo en cuenta que sus apuestas simples en el casino virtual no bajan de las seis cifras en dólares. Aparentemente, el dato le habría llegado de la mano de dos argentinos amigos: Kun Agüero y Coscu, quienes aún no declararon si ellos también fueron estafados, aunque es un corrillo de redes que da el asunto por descontado. 

Con ellos hace seis meses Ross compartió un asado en la casa que el jugador de fútbol tiene en Miami, y en donde le hicieron probar entraña, chorizo y morcilla, para deleite del streamer estafado. 

Adin Ross Prueba El Asado Argentino Por Primera vez