Los eventos del 6 de enero ocurridos en el Capitolio, en la capital de Estados Unidos, generaron una tensión aún más grave entre Joe Biden y actual presidente Donald Trump. La invasión de fanáticos republicanos que interrumpieron la sesión del Senado, dejando como resultado cuatro muertos (una mujer adentro del Congreso) y un toque de queda aún vigente, impulsaron que desde el partido demócrata presionen para destituir a Trump.

“Lo que ocurrió ayer en el Capitolio de Estados Unidos fue una insurrección contra Estados Unidos, incitada por el presidente, que no debería ocupar el cargo ni un día más”, dijo Chuck Schumer, líder demócrata en el Senado, en un comunicado. Fue acompañado por su homóloga en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que solicitaron a Mike Pence, vicepresidente y titular de la Cámara alta, invocar la Vigesimoquinta Enmienda a la Constitución para destituir inmediatamente al presidente, Donald Trump. De no ocurrir, advirtieron que avanzan en un juicio político.

Según Pelosi, Trump es “una persona muy peligrosa que no debería continuar en el cargo”. Insistió, a su vez, que remover a Trump es “una emergencia de la magnitud más alta”. Esta iniciativa fue respaldada por el resto de los legisladores de este partido, como por ejemplo Alexandria Ocasio-Cortez, que vía Twitter declaró: "Debemos destituir a Trump".

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Biden no ha emitido opinión pública al respecto. Pero sí describió a la jornada del miércoles como “uno de los días más oscuros en la historia de nuestra nación” y un “asalto sin precedentes sobre nuestra democracia”. Y dijo, también, que los que ingresaron al Capitolio  “no eran manifestantes”, sino “terroristas locales”.

En tanto, y pese a insistir en el fraude, Trump asegura que ha dado inicio a la transición. El Senado ya ratificó la victoria de Biden, que asumirá el próximo 20 de enero. Y el balotaje de Georgia del martes último determinó que los demócratas igualarán en número a los republicanos en el Senado, lo que implicará la mayoría para el oficialismo, si se considera que es la vicepresidenta Kamala Harris la que deberá desempatar en caso de que sea necesario. Los demócratas también dominarán la Cámara de Representantes.