Virginia Lago: "La gente todavía tiene miedo de ir al teatro, pero de a poquito está viniendo más"
La prestigiosa actriz sigue siempre vigente y se reinventa constantemente. Protagoniza "Gracias, María Elena" en teatro, tiene su propio espacio en "Mañanas Públicas" y participa de la experiencia audiovisual "Eterna Alejandra". En diálogo exclusivo con Data Clave, la artista habló sobre la pandemia, la actuación y la actualidad.
A pesar de la cruda realidad que afecta al mundo entero desde hace más de un año, Virginia Lago no paró de trabajar y crear, mientras transita la pandemia de COVID-19 “sin miedos”. En cuanto se pudo, hizo temporada en Mar del Plata con Gracias, María Elena, una obra gestada por su marido, Héctor Gióvine, y que ahora presentan en el Teatro Regina los viernes, sábados y domingos.
Además, forma parte de la propuesta audiovisual Maratón de Poesía Eterna Alejandra que se puede disfrutar los domingos de julio por streaming, junto a Cecilia Roth, Celeste Cid, Malena Solda, Fernando Noy y Damián Lomba.
Como si esto fuera poco volvió a la televisión con el programa Mañanas Públicas (TV Pública), donde tiene su espacio de martes a viernes. En la emisión del 9 de julio, realizó un emotivo homenaje a Mercedes Sosa, quien hubiese cumplido 86 años.
Más allá de sus grandes interpretaciones en ficciones diversas, es también recordada por el programa de televisión Historias del Corazón, que le valió el Martín Fierro a Mejor Conducción en 2013. Sus frases distendidas y amigables, que repetía durante el envío, como “Sale un vinito”, rápidamente se volvieron virales. Ella lejos de enojarse lo toma como algo “cariñoso”.
Lago dialogó en exclusiva con Data Clave sobre la pandemia, la actuación y la propuesta fallida que le realizaron para incursionar en la política.
Data Clave: ¿Cómo pasó este último año y medio de pandemia?
Virginia Lago: Bien, transité la pandemia sin miedos, siempre cumpliendo con todos los protocolos que los médicos nos piden y tenemos que hacer. Trabajando, proyectando, con mi familia, con amigos. Desde que empezó la pandemia Héctor estuvo trabajando en Gracias, María Elena, el espectáculo que ahora estamos haciendo en el Teatro Regina. Hizo todo un trabajo de investigación con los textos de María Elena Walsh. Un día me trajo un libro terminado. Fue un hermoso regalo. Me pareció maravilloso, buenísimo. Ahí empezamos a ensayar durante muchos meses, una o dos veces por semana, con el músico Mario Corredera. En enero de este año debutamos en Mar del Plata con el espectáculo y ni bien se abrieron los teatros hace tres semanas debutamos en Buenos Aires, con la felicidad de poder trabajar en un teatro.
DC: ¿Está yendo público o cuesta un poco?
VL: Cuesta, cuesta, por lo menos a nosotros y sé que a muchos compañeros también. La gente tiene miedo todavía, de a poquito está viniendo más, pero aquí estamos batallando, contentos de poder compartir. La gente lo pasa muy bien. Es un ritual muy hermoso. No se recitan poemas, es una obra que tiene toda una estructura, un cuento de María Elena que es un genio. Tiene todo una cosa teatral, muy musical, de Music Hall, que a ella le encantaba.
DC: La situación de los actores en estos largos meses fue difícil…
VL: Sí, durísima. Es una tragedia universal, pero bueno ya vamos a salir. A transitarlo.
DC: ¿De qué se trata la experiencia audiovisual Eterna Alejandra, que se puede ver vía streaming actualmente?
VL: Es un proyecto de un grupo de jóvenes, casi todos cineastas, al cual me han convocado a mí y distintas actrices. Un muy lindo proyecto con una poeta tan valorada en el mundo entero como Alejandra Pizarnik, conmemorando sus 85 años. Fue muy precioso hacerlo, con mucha pasión. Me pareció fantástico que se hiciera con el cuidado que se hizo. Yo lo hice en el Museo de Arte Decorativo, un lugar muy hermoso. Los muchachos han hecho algo precioso. Es muy lindo para ver. Por suerte, son alternativas de acceder a la poesía.
DC: También está participando en la TV Pública, ¿cómo surgió ese ofrecimiento?
VL: Eliseo Álvarez, que era el director artístico del canal, me llamó para preguntarme qué quería hacer. Tengo una gran amistad con él. Nos juntamos y me propuso hacer algo desde un lugar de servicio y el arte es un servicio: la literatura, los artistas, los cantantes, los actores, los científicos tenemos tantas cosas que podemos contar y hace bien. Estoy muy contenta con ese espacio. Me encanta poder compartirlo con la gente. A Eliseo Álvarez le gustó muchísimo. Estamos trabajando para hacer todos los días una cosa distinta. ¡Por suerte! ¡Es tan lindo trabajar e investigar!
DC: ¿Cómo ve al país?
VL: Está todo muy complicado, eso lo sabemos todos. El mundo lo está. Creo que lo que hay que hacer es juntarnos y ayudar a que todo esté bien. Son momentos muy difíciles. Cada uno desde su pequeño lugar debe poner su granito de arena. Nosotros no podemos hacer grandes cosas, podemos hacer lo que sabemos. Ser solidarios, compartir las cosas, trabajar y apostar a la vida. Creo en eso. Basta de pelearse porque eso lo que hace es detenernos.
DC: ¿Te han ofrecido incursionar en política?
VL: No lo haría jamás. Una vez sí, hace muchos años. Me causó tanta gracia que ni te cuento. No importa quién. Yo no sirvo para eso. Bastante tengo con mi trabajo, que me encanta hacerlo. Se hacer esa cosa humilde, un granito de arena. Comprometerme en otras cosas no. Bastante me comprometo en lo que hago y sé hacer.
DC: ¿Participarías de algún reality como Masterchef?
VL: No. No porque me parezca mal, sino porque no tengo nada que ver con eso. Tengo mis defectos, unos cuantos (risas). No sirvo para eso.
DC: ¿Qué te pasa cuando ves que algunas de tus frases de Historias del Corazón como “Sale un vinito” siguen vigentes y se viralizan?
VL: ¿Viste que ahora hay una remera en España? Me gusta. Es cariñoso para mí. Me causa gracia, pero buena. Les agradezco. Decidieron poner “Sale un vinito” en una remera con un dibujito mío. ¡Está bueno!
DC: ¿Trabajarías para alguna serie de Netflix u otra plataforma de streaming?
VL: Sí, me gustaría, según cuál sea la propuesta. Hicimos streaming con Gracias, María Elena antes de llevarla a Mar del Plata.