El financiamiento del sistema educativo pasó a estar en el centro del debate de cara a la segunda vuelta del 19 de noviembre por las propuestas diametralmente opuestas de Javier Milei y Sergio Massa en la materia.

Mientras el candidato de ultraderecha propuso instrumentar un sistema de vouchers para elegir libremente entre escuelas públicas y privadas -y que cierren las que no tengan alumnos suficientes- el ministro de Economía pretende aumentar el presupuesto de la educación y hacer efectivos los 190 días de clases en todo el país.

Como en otros temas, quizás nunca antes hubo tanta diferencia entre uno y otro. Por eso la iniciativa del libertario -aunque luego relativizada- ha generado reacciones entre quienes defienden el sistema público de educación y los expertos que analizan su financiación y funcionamiento.

En esa línea el informe “Subvenciones a la educación privada: ¿Para qué y para quiénes?”, realizado por expertos del colectivo que integran el Observatorio de Argentinos por la Educación, explica que el 22% de los estudiantes del país “asiste a escuelas de gestión privada con subvención, mientras que el 73% asiste a escuelas de gestión estatal y el 5% a escuelas privadas sin subvención (desde sala de 3 hasta el final de la secundaria)”. 

La educación pública es mayoritaria en todas las provincias, aunque las tres jurisdicciones con más proporción de alumnos en el sector privado subvencionado son CABA (39%), Córdoba (29%) y Buenos Aires (26%). En el otro extremo se encuentran Jujuy y Chubut (ambas con 9%).

“Los datos muestran que las escuelas de gestión estatal reciben a los alumnos de menores niveles socioeconómicos. A su vez, las escuelas privadas con subvención reciben, en su mayoría, a alumnos con menor nivel socioeconómico que las escuelas de gestión privada sin subvención”, dice el trabajo.

Los expertos analizan además que en el decil de estudiantes secundarios más pobres, el 98% del costo de la educación lo financia el Estado, mientras que en el decil más rico la cifra desciende al 48% (es decir, que representa cerca de la mitad de lo invertido en un alumno del decil 1).

De cualquier forma, queda claro que si no fuera por el financiamiento del Estado sólo podrían concurrir a las escuelas una ínfima minoria ya que la mayor parte concurre a escuelas públicas o colegios privados subvencionados en los que las cuotas no son tan caras.

Campaña en la UBA

Esta situación la tienen bastante clara los estudiantes de distintas carreras de la
Universidad de Buenos Aires (UBA) que esta semana lanzaron una campaña de afiches y stickers en las treece facultades y las sedes del Ciclo Básico Común para expresar su rechazo al
candidato de La Libertad Avanza.

“Los estudiantes no votamos a Milei”, rezan los afiches que se vieron en las Facultades de
Ciencias Sociales, Filosofía y Letras, Medicina, Económicas, Psicología, Ciencias Exactas y
Naturales, Arquitectura, entre otras, y que se viralizaron en las redes sociales.

Florencia Seminara, secretaria general de la Federación Universitaria de Buenos
Aires (FUBA) expresó: “Hoy más que nunca necesitamos construir los mayores marcos de unidad entre las organizaciones estudiantiles y armar una gran campaña desde los Centros de
Estudiantes y las Federaciones para pelear el voto a voto con cada compañero y compañera.
Hay quienes votan a Milei como una alternativa de cambio y su alianza con Macri y Bullrich
dejó al descubierto esa mentira, pero también hay quienes lo votan creyendo que no va a
cumplir con lo que dice. Esto no solo da cuenta de una falta de credibilidad y confianza de la
sociedad en la dirigencia política, sino que representa un peligro muy grande para el futuro de
los argentinos y las argentinas si el próximo 10 de diciembre Javier MIlei llega a la Casa
Rosada”.