SATI advierte un aumento de ocupación de camas UTI y señala que muchos pacientes no están vacunados
La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva plantea que el porcentaje de cuadros graves va en aumento y que, en algunos hospitales, llega al 50%. A su vez, comentan que están llegando muchos "pacientes jóvenes y sin otras enfermedades". Data Clave conversó con Fernando Ríos, secretario: "Vemos que hay una mayor presión sobre las camas, pero estamos en una situación lejos de saturación".
La Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) está terminando de diseñar un informe sobre el nivel de ocupación de camas UTI. En línea con la última publicación del 10 de enero de 2022, los números siguen en aumento, aunque la situación está lejos de los niveles de tensión que se alcanzaron en 2020 y parte de 2021.
"Creo que los números van a variar un poco respecto de lo que fue la última encuesta, donde nosotros vemos desde hace unas semanas un incremento exponencial en la ocupación de camas de pacientes por patologías covid. Hay dos características distintas en función de lo que ocurría en 2020: están llegando pacientes que vienen por otro motivo y se les encuentra el virus de manera paralela; luego están aquellos que ingresan a causa de covid, donde se desarrollan neumonías graves con la necesidad de un respirador", le plantea a Data Clave Fernando Gabriel Ríos, secretario de la entidad médica.
SATI publicó su último informe el 10 de enero sobre un universo de 189 pacientes en sectores UTI, 150 en sectores UTIA (terapias intensivas de adulto) con 2.255 camas y una ocupación del 79% y en la Terapia Intensiva Pediátrica (UTIP), con 525 camas.
Desde el 13/12/21 al 10/01/22, SATI informó que se registró un incrementó de ocupación total de camas del 68% al 75%, a expensas de pacientes COVID-19, con un aumento del 4% a 22% a niveles generales. "Del total de pacientes ingresados con COVID-19, encontramos que un 50% tenía vacunación incompleta o nula. Del grupo COVID-19 no vacunados o incompleto, el 62% requirió ventilación mecánica, mientras que el grupo de vacunación completa el 28% requirió apoyo ventilatorio invasivo", plantearon.
En ese marco, Ríos insiste con que en el último informe que están por publicar notan "una gran cantidad de pacientes no vacunados", que en general suelen ser "pacientes jóvenes y sin otras enfermedades".
"Si uno mira los reportes previos, pasamos de una ocupación que estaba en menos del 5% a un 25 o 30%, mientras que en estos días llegaremos al 40 o 50%. Esto es también porque no todos los hospitales son iguales, hay algunos que funcionan como centros de derivación o absorben pacientes más complejos", agrega el especialista.
Sin embargo, la situación está lejos de ser tensionante como lo que se vivió en 2020, donde muchos hospitales llegaron al límite de su capacidad y con médicos que tuvieron que atender a más de un paciente al mismo tiempo por los cuadros de covid-19. "Vemos que hay una mayor presión sobre las camas, pero estamos en una situación lejos de saturación. Antes teníamos que plantear la idea de que nos quedábamos sin respiradores y tuvimos que ampliar las salas UTI, incluso teniendo que utilizar las guardias", apunta Ríos.
En cuanto a las camas pediátricas, el último informe menciona que hay un 61% de ocupación, donde el 10% corresponde a pacientes con covid. "Del total de los positivos un, 73% su motivo de admisión no fue infección por COVID 19, sino un hallazgo del hisopado al ingreso al hospital", agrega la publicación de SATI.
En cuanto al proceso de acumulación de casos, Ríos explica: "Cuando se incrementan los diagnósticos en las áreas ambulatorias, como los UFU o lar guardias, uno ve que 15 o 20 días después repercute en las camas de terapia intensiva. Ahora empezamos a ver los pacientes que fallecen y la presión sobre las camas. El covid-19 requiere una evolución y un proceso de consolidación".
"El covid-19 es un fenómeno en "dominó" a nivel corporal. Una vez que se activan ciertos mecanismos de inflamación y cicatrización, en especial a nivel pulmonar, lo que sucede es que, si el paciente sobrevive, suele recibir una internación prolongada que supera las tres o cuatro semanas. La mayoría de las patologías se resuelven dentro de las primeras dos semanas. Tener dos vacunas te da herramientas y barreras para llegar a este punto. Una vez que lo alcanzaste, probablemente la vacuna no haga la diferencia", profundiza el especialista.
En cuanto al último informe, SATI comunicó que "se observó un incremento de ocupación de camas UTI adultos, a expensa de un significativo aumento de pacientes COVID positivo en el último mes. La mayoría de los ingresos presentaron comorbilidades. Una mitad de pacientes presentaban vacunación incompleta o nula, siendo estos los que requirieron mayor indicación de ventilación mecánica".
Ríos plantea que "si uno tiene un plan de vacunación completo y se contagia por covid, no importa la variante, es poco probable que llegues a un fallo orgánico múltiple, aunque no es imposible. Si no tenés vacunas, las probabilidades son muchísimo más altas, entre 7 y 10 veces asciende el riesgo".
En cuanto a si habrá un descenso de casos, sobre todo por los comportamientos en las últimas olas con los crecimientos de casos, Ríos dice: "El conocimiento de una enfermedad nueva se adquiere luego de años de estudiarlo. El conocimiento sobre covid está en construcción y nos falta mucho por aprender. Nosotros lo que hacemos es proyectar en función de lo que fue sucediendo de manera previa. Todas las olas llegaron a un pico de contagios y luego se produjeron un descenso. Las características comunes es que esos picos se alcanzaban rápido. Si miramos el comportamiento de Ómicron en Sudáfrica, se tardó unas cuatro semanas hasta alcanzar el pico y luego descendió a los valores normales. Debemos suponer que va a suceder algo así, por eso el Gobierno está entusiasta. Un ejemplo es Córdoba, que pasó de tener un pico a notar un descenso en la cantidad de diagnósticos, aunque con números que siguen siendo muy altos".
"Durante las otras olas la actividad quirúrgica y la circulación estaba restringida, por lo cual, hubo mucha menos presión sobre las camas. No se daban tantos accidentes de tránsito o heridas múltiples. Eso significa que hubo pacientes que no recibieron tratamiento en tiempo y forma. El personal de terapia intensiva nunca frenó y, luego de que la pandemia cedió, se vino otra pandemia, que fue la presión por camas para darle respuesta a toda la población que no se atendió en su momento. Hoy tenemos la doble tensión. Tenemos una ocupación muy alta y con alto estrés del personal, con mucha fatiga laboral. Además, el problema central es que muchos médicos se terminan contagiando y tienen que ser cubiertos por sus compañeros, porque si bien no se crean cuadros graves, no puede asistir a su lugar de trabajo", concluye con una reflexión.