Peto Menahem: "El verdadero trabajo del actor es domar la cabeza cuando no hay trabajo"
La urgencia de salvar a la cultura, actuar cuando no se puede actuar, las discusiones postergadas y el negocio de la grieta. Peto Menahem, el comediante que no se ríe de la realidad, habló mano a mano con Data Clave.
Peto Menahem sigue preocupado por sus colegas, esos actores y actrices que, como él, atraviesan la pandemia privados del juego que los define y apasiona: actuar. Gustavo José Menahem desata el nudo de la crisis mirándola de frente: sin trabajar, ser movedizo, inquieto y curioso no resulta suficiente.
Lo desvelan el hambre y la desigualdad, lo urgente y lo importante, la educación y la salud, el bienestar de los rezagados y que la clase política envíe señales de capacidad y compromiso, pero también le exige a ciudadanos y comunicadores.
Hombre de radio, del humor y de las tablas, a los 50 años extraña Padres e hijos, el programa de la TV Pública donde presenta historias tan reales y extraordinarias que transformaron su identidad. Dialogó con este medio y dio su mirada en todo sentido a nivel país y de su profesión en general. "El verdadero trabajo del actor es domar la cabeza cuando no hay trabajo", aseguró.
La entrevista completa:
Data Clave: ¿Cómo están llevando la imposibilidad de trabajar los actores y las actrices? ¿Creen que las autoridades manejaron bien la crisis de la industria?
Peto Menahem: Quiero creer que las autoridades hacen lo que pueden. Nadie se enfrentó a una cosa así antes, todos estamos aprendiendo. Creo que parte grande de la crisis que estamos teniendo es la incapacidad de aceptar un “no sé”. Desde los gobiernos hasta, sobre todo, los medios de comunicación, pero también los ciudadanos, estamos muy incapacitados para recibir un no sé porque nos pone en una incertidumbre tremenda. Eso es lo que tiene de bueno la pandemia: pone a la ciencia adelante, a mostrarnos cosas. Y la ciencia lo que dice habitualmente es no sé, esto es prueba y error. Pero bueno, tanto los dirigentes como los ciudadanos y sobre todo los medios de comunicación están presionando a los científicos para que den una respuesta clara y concreta. Que es exactamente lo que no hay.
DC: ¿Habían pasado por una situación así en sus carreras?
PM: Los actores hacemos lo que podemos, no la estamos pasando bien. Somos unos de los sectores más golpeados. Algunos, muy pocos, o prácticamente nadie está laburando. Algunos afortunados tenemos ahorros que estamos quemando rápidamente. Nos estamos organizando de distintas maneras para ayudarnos económicamente y psicológicamente o espiritualmente. Los actores somos movedizos. Los músicos, los técnicos. Pero específicamente los actores muchas veces pasamos por momentos de no trabajo o inactividad. Una vez un viejo actor me dijo algo que nunca olvidé y que me vino muy bien: “Acordate que el verdadero trabajo del actor es domar la cabeza cuando no hay trabajo”. Eso es tremendo, pero es muy cierto. Ahora que es tan incierto y que no sabemos cuándo vuelve… Sí creo que la emergencia cultural es algo fundamental que se tiene que declarar. Esto es algo que pienso hace mucho. La bola que se le da a la cultura no es la que deberíamos. Es de las pocas cosas buenas que nos quedan, por lo menos en la Ciudad de Buenos Aires. Es de lo poquito bueno y lindo que queda.
DC: ¿Cuáles pensás que son los temas que debería estar discutiendo la Argentina?
PM: El hambre y la desigualdad, sin lugar a dudas. No podemos avanzar si no estamos discutiendo el hambre y la desigualdad: el hambre es lo urgente, la desigualdad es lo importante. Lo mismo que la educación. Así vamos a terminar con la desigualdad. Me parece que deberíamos tener un plan y estar discutiendo eso. Es difícil gobernar en la Argentina y vivirla de una manera consciente. Tenés que hacer malabares entre lo urgente y lo importante. Lo urgente es alcanzarles ayuda a los que no están pudiendo ahora o no tienen nada. Importante es pensar a mediano y largo plazo. Y para mí lo más importante es la desigualdad: que todos tengamos un acceso a la educación y a la salud de bueno para arriba. Y al bienestar, a poder vivir bien, sin pasar hambre, sin pasar frío y teniendo un techo donde vivir con tu familia. La grieta es un gran refugio, un negocio enorme para no ponerle el cuerpo a esto.
DC: Alberto Fernández dijo que no cree en la meritocracia porque supone igualdad de oportunidades de base que no existen en la Argentina, ¿considerás que fue acertado? ¿Creés que el gobierno actual "iguala para abajo" como plantea la oposición?
PM: No creo para nada que este gobierno iguale para abajo. Son lugares comunes al pedo que hay que el que dice esto tiene que ser más específico. Tampoco sé si este gobierno iguala para abajo, no. Hay una mala intención detrás de ese lugar común. Tampoco sé si este gobierno está igualando. ¿Tiene posibilidades de hacerlo? Yo que sé… la verdad es que es muy difícil estar en el lugar de un gobernante en este momento, tanto del Presidente como de los gobernadores y del jefe de gobierno de la Ciudad. Es muy difícil gobernar en una situación así.
DC: ¿Qué te generó que Macri rompiera la cuarentena luego de viajar para ver a tres intendentes?
PM: No estuvo bien, debería dar el ejemplo. Ya que se esfuerzan tanto en no romper el paternalismo que tiene la política argentina, por lo menos deberían hacerlo bien y dar el ejemplo. Me parece que Macri estuvo pésimo. También me parece que Alberto no cumple a veces los protocolos, lo vemos sacándose fotos, se lo tuvieron que indicar, no está bueno eso la verdad. Estaría bien que den el ejemplo. Que den señales. Esas son señales tranquilizadoras.
DC: ¿Ves en la Argentina una democracia sólida y estable pese a discusiones coyunturales y a las situaciones que se presentaron en los últimos meses como las declaraciones de Duhalde o los policías armados rodeando Olivos?
PM: No creo que las discusiones coyunturales pongan en jaque a una democracia. Las discusiones coyunturales se dan exactamente en el plano donde vivimos cotidianamente. A nivel país, a nivel ciudad, a nivel barrio, a nivel cuadra, a nivel pareja y a nivel individuo. Discusiones coyunturales. Enfrentarnos a los conflictos que cada circunstancia nos pone en frente. Eso es. No sé... ¿vos le preguntarías a la gente ‘che, cada vez que tenés un conflicto creés que estás en riesgo de suicidarte’? ¡No! A nadie se le ocurre eso y mucho menos esto que te digo de que la democracia no sea sólida porque hay discusiones coyunturales. La democracia y su solidez están fuera de discusión en este momento.
DC: ¿Creés que la clase política en su conjunto está a la altura de las circunstancias?
PM: No te sabría decir si la clase política está a la altura de las circunstancias. Son circunstancias muy raras, muy únicas. No creo que toda la clase política sea igual, la verdad no lo creo. Hay algunos diputados y senadores que sin hacer mucha alharaca y sin que nadie se los pida donan parte de su sueldo al Garrahan o a otras instituciones. Eso no sale en ningún lado porque no es negocio. Negocio es agitar la grieta. La grieta, la famosa grieta y agitar eso como una verdad que yo no creo que lo sea, y sobre todo hacernos creer que hay que estar de un lado o del otro porque sino no existe... todo eso me parece que no es estar a la altura de las circunstancias. Eso le cabe tanto a muchos de la clase política pero no a todos, como a muchos de la ciudadanía pero no a todos. La ciudadanía también se esconde detrás de eso. Estamos en un país pobre, empobrecido, que la pasa muy mal, y nosotros seguimos discutiendo a ver quién tiene razón y quién no. Eso no es estar a la altura de las circunstancias: ni los políticos, ni los ciudadanos ni tampoco los comunicadores.
Bonus track
DC: Bonus Track, ¿cómo estás viviendo la experiencia de ‘Padres e hijos’ en la TV Pública?
PM: Extraño mucho hacerlo. Lo vivo con mucho cariño, con mucho orgullo también. Me gusta mucho hacer ese programa. Me gustan las cosas que genera en los espectadores que nos escriben después de verlos. Son cosas alucinantes, hermosas. Me gustan las historias que he conocido. Me gusta el vínculo que he generado, que he forjado con algunos que conocí. Vínculos que están durando varios años, personales o con las causas. Muchas de esas cosas cambiaron mi manera de ser, de ver las cosas y de comportarme en la vida cotidiana. Aprendo y sigo aprendiendo y me sigo equivocando. Me gusta mucho, me gusta el programa, me gusta hacerlo y me gusta el equipo chiquitito y poderoso con el que lo hacemos y espero que haya una cuarta temporada. Es lo que todos esperamos y lo que la gente me dice en la calle. Es un lindo programa porque tiene que ver con eso. Con encontrarse. Y eso es lo que a mí me importa y mucho: el encuentro.