Massa sobre Ameri: “O mandaba la renuncia esa noche o lo echábamos”
El presidente de la Cámara ratificó su reacción ante el escándalo del diputado por Salta y dio detalles sobre la cronología de la dimisión. Además negó que la pareja del legislador sea personal parlamentario.
El escándalo de la escena pornográfica durante una sesión virtual de Diputados caló hondo en la clase política. Sergio Massa contó detalles de cómo vivió los instantes en que Juan Emilio Ameri besaba el seno de su pareja en pleno debate y recordó: “Pienso en la reacción que tuve y lo volvería a echar”.
Algunos legisladores y dirigentes creen que se debió haber llevado a la instancia de expulsión y no aceptar su renuncia, en pos de que no recibiera beneficios. Respecto de las diferencias de criterios sobre qué debió haberse hecho con el diputado, dijo que “nunca en la historia de la Cámara se suspendió a un diputado por un hecho de la gravedad que nos tocó vivir el otro día”.
Massa recordó cómo fueron los momentos de tensión que atravesó la Cámara: “No es que me avisaron. Vi yo lo que estaba sucediendo en la pantalla. Me fui a mi despacho y convoqué a las autoridades del Frente de Todos. Volví al recinto y comuniqué que quería la expulsión inmediata. No podía dejar pasar una cosa de semejante gravedad. Negri y Camaño me preguntaban qué había pasado”.
En diálogo con Radio Mitre se refirió a un supuesto mensaje como presidente de la Cámara para que el legislador dimitiera. En ese sentido, Massa admitió que “o mandaba la renuncia esa noche o lo expulsábamos”.
Massa aclaró que Celeste Burgos, la mujer besada por Ameri no es asesora del diputado: “Es falso. No es personal de la Cámara de Diputados. Están congeladas las incorporaciones y los salarios. La cámara tiene 5% menos de personal que cuando me tocó asumir”, aseguró.
En relación con los cuestionamientos al sistema virtual y luego de los bochornos en las sesiones durante la pandemia, señaló que “lo que se ahorra en la Cámara se está donando al sistema sanitario argentino. El sistema remoto no funciona o deja de funcionar porque un imbécil hace lo que no debe. Lo puede hacer en su casa o arriba de una banca. La conducta y la inmoralidad no es dónde uno lo hace sino qué es lo que uno hace”.