La SLIPE considera que la vacunación en niños y adolescentes "no se debe ver como un requisito" para la presencialidad escolar
La Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica plantea que la inoculación en los grupos etarios menores "deben ser vistas como un beneficio global y adicional para los niños, sus familias y la sociedad en general".
La Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica (SLIPE) manifestó que "no se debe ver como un requisito" la vacunación contra el covid-19 en los niños y adolescentes para la presencialidad escolar y de otros eventos como actividades sociales y recreativas.
El organismo de especialistas, entre las conclusiones, plantea que la inoculación contra el virus "deben ser vistas como un beneficio global y adicional para los niños, sus familias y la sociedad en general". En tanto, plantean que "se deben promover estrategias controladas dirigidas a la vacunación en menores de 12 años, principalmente en aquellos niños con factores de riesgo para desarrollar COVID-19 grave; al igual que a los maestros y a los familiares de los niños".
Por otra parte, sostienen que la vacunación en los niños "genera de manera indirecta un impacto favorable en su calidad de vida, puesto que evitan las limitaciones en actividad física, situaciones de estrés por síntomas, problemas de salud mental, disminución de asistencia o participación escolar".
En cuanto a los casos covid en estos grupos etarios, plantean que en pediatría hay un "sub-reporte de casos", ya que a pesar de que sus infecciones son con similar frecuencia a los adultos, exhiben una menor probabilidad de diagnóstico por presentar cuadros leves o asintomáticos, por lo que no asisten en gran medida a los centros de salud.
"La frecuencia de casos en pediatría va en aumento, con un mayor número de hospitalizaciones y una mayor susceptibilidad y transmisibilidad de la variante Delta y Ómicron, lo que abre la puerta para invertir en vacunación de manera segura y efectiva, antes de la aparición de otra variante viral más compleja", agregan.
A su vez, señalan que "la carga de la enfermedad de COVID-19 en los niños es similar o mayor a la de otras enfermedades prevenibles por las vacunas, por lo que se deben movilizar todos los esfuerzos para minimizar esta caga y lograr una atención oportuna en los menores, evitando al máximo las secuelas que pueda generar".
En uno de los últimos puntos, considera que "la evaluación del riesgo/beneficio en la aplicación de vacunas permite afirmar que las vacunas disponibles, aprobadas por las diferentes autoridades regulatorias de los países son seguras, admitiendo que el 'riesgo cero' y/o la efectividad del 100% no han sido alcanzados por ningún fármaco".
Por último, afirman su postura: "SLIPE apoya y recomienda la introducción de vacunas aprobadas para su uso, en programas de prevención de COVID-19 en niños menores de 11 años y adolescentes, haciendo hincapié en focalizar la estrategia de vacunación prioritaria de niños, niñas y adolescentes de riesgo sin dejar de tener en cuenta la importancia de vacunar con un esquema completo de dos dosis a los mayores de 11 años escalonadamente y priorizando el riesgo".