La gestión menstrual en la agenda política
La Secretaría de Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza lanzó el programa que garantiza el acceso a productos de higiene menstrual. Bajo el lema “menstruar es político”, se busca concientizar con estas acciones sobre desigualdades que por razones de género sufren mujeres y disidencias sexuales.
Comenzó el jueves el programa Justicia Menstrual en La Matanza que consiste en la entrega de copitas a mujeres del territorio. Además, los profesionales de la salud brindarán información acerca de su uso correcto.
La iniciativa se apoya en tres ejes: la higiene menstrual como un derecho, el reconocimiento del impacto económico que representa para quien debe hacerse cargo la compra de productos de gestión menstrual tradicionales y el cuidado del medio ambiente.
La medida generó fuertes críticas que desataron la necesidad de explicar por qué la menstruación se constituye como un factor de desigualdad. Las toallitas, tampones y copas menstruales son un costo económico extra en mujeres y personas que menstrúan, ya que “las mujeres tienen una menor participación en el mercado laboral que los varones, ganan menos, enfrentan los mayores niveles de desempleo, tienen empleos más precarios y, como consecuencia de esto, están sobrerrepresentadas en los hogares pobres”, resalta un informe realizado por el Gobierno de la Nación.
“Problematizar la gestión menstrual implica ponerla en agenda pública, diseñar políticas públicas, planes, proyectos, estrategias de territorialización para cerrar brechas de desigualdad de género. Asimismo, implica derribar tabúes y estigmatizaciones que las reproducen”, agregaron desde el gobierno.
Menstruar representa un costo extra e inevitable que deben enfrentar las personas con salarios más bajos que el promedio de la economía y mayores obstáculos para insertarse en el mercado laboral formal. Este problema no se reduce solo a las mujeres. Los varones trans y muchas personas no binarias también enfrentan el costo de menstruar. Con la pandemia, esta desigualdad recrudeció.
Liliana Hendel, titular de la Secretaría de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidades de La Matanza, dialogó con Data Clave y explicó que el programa “pone a la menstruación en un eje que tiene que ver con los derechos de las mujeres y personas menstruantes” y destacó la necesidad que la sociedad entienda “por qué menstruar es un acto político”.
“No es un hecho privado del cuál cada quién, cada mujer, cada piba, debería hacerse cargo. Es un hecho social, es un hecho político que tiene que ver con nuestra biología pero que tiene un fuerte impacto en nuestra autonomía, en nuestra autoestima y en nuestra manera de vivir cada una de las funciones biológicas que han sido denostadas por el patriarcado”, agregó.
El programa en La Matanza comenzó en Isidro Casanova y consistió en una reunión con aproximadante 100 mujeres donde un médico explicó el uso de la copa menstrual, los inconvenientes que pueden existir. Este tipo de actividades se realizarán una vez por mes en distintos lugares del territorio.
El IVA es también un impuesto a la menstruación
El uso de toallitas, tampones y copas menstruales no es optativo. Los productos de gestión menstrual pagan el Impuesto al Valor Agregado (IVA). Esto es percibido como un impuesto por menstruar dado que quienes menstrúan no pueden evitar pagarlo, ya que los impuestos que solo alcanzan a las mujeres y personas que menstrúan, incorporan un sesgo de inequidad al sistema tributario por resultar discriminatorios: son impuestos que aplican sobre un proceso biológico que no se puede evitar.
Desde el 2020, la Secretaría de Políticas Tributarias del Ministerio de Economía de la Nación y la AFIP dieron pasos importantes en la transformación del sistema tributario en uno más equitativo, como los descuentos en las contribuciones patronales a empresas que contraten mujeres, travestis y/o trans en el Norte Grande o las modificaciones en el impuesto a las ganancias para las personas, que incluyen deducciones por cuidados.
Desde el ministerio afirman que el objetivo principal de las medidas que llevan a cabo es lograr la eliminación del IVA en los productos de gestión menstrual.
“El desafío es transitar desde aquello íntimo y personal, a una respuesta de política pública. Hablar de menstruación es romper con una cultura que produce y reproduce desigualdades de género”, afirmaron desde la Cartera que dirige Martín Guzmán.