Desde la asunción de Javier Milei en diciembre de 2023, el panorama laboral en Argentina ha sufrido una transformación preocupante. Aunque las estadísticas iniciales mostraban tasas positivas de empleo y desocupación, la realidad detrás de los números revela un deterioro constante en las condiciones laborales, agravado por la caída del salario real y un aumento de la precarización. La actual administración se enfrenta así a una de las peores crisis laborales del siglo, en un contexto donde las políticas económicas no parecen estar dando los resultados esperados.

El área de Trabajo y Producción del Centro de Estudios Metropolitano analiza el impacto de estas políticas en un escenario que ya presentaba desafíos significativos a finales de 2023. En ese entonces, el país mostraba un vigoroso mercado de trabajo en términos de actividad y empleo, pero los trabajadores se encontraban cada vez más afectados por condiciones desfavorables. La situación se ha visto agravada desde la implementación de las nuevas medidas económicas, llevando a una crisis que afecta tanto a los asalariados registrados como a los sectores más vulnerables.

En el tercer trimestre de 2023, Argentina alcanzó niveles récord en tasas de actividad, empleo y desocupación. Según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el 48,2% de las personas se encontraban ocupadas o buscando trabajo, mientras que la tasa de empleo llegó al 45,5% y la desocupación bajó al 5,7%, un nivel que no se observaba desde la década del 80. Sin embargo, estos datos positivos contrastan con la realidad de la caída del salario real y la creciente precarización laboral.

Desde noviembre de 2023 hasta mayo de 2024, la situación del empleo en Argentina ha empeorado significativamente. Según el informe de la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social (STEySS) basado en los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), en ese período se perdieron 115.580 puestos de trabajo registrados. Este número incluye una fuerte caída de 123.123 asalariados privados y 36.940 asalariados públicos, compensada parcialmente por un aumento en los no asalariados autónomos y monotributistas, con 27.976 y 70.502 nuevos registros, respectivamente.

El informe destaca que la precarización laboral se ha intensificado dentro del universo de empleo registrado. Aunque la cantidad total de empleos registrados disminuye, crece la proporción de trabajadores bajo el régimen de monotributo, una categoría ocupacional que ofrece menos derechos laborales y está fuera de los esquemas de negociación colectiva. Esta tendencia es alarmante, especialmente en un contexto donde sectores como el trabajo en casas particulares y el monotributo social muestran una caída sostenida desde noviembre.

Otro aspecto crítico es la caída del salario real de los trabajadores. Según los últimos datos del índice de salarios publicados por el INDEC, en junio de 2024, el salario real cayó un 11% en relación a noviembre de 2023, debido al aumento en el nivel general de precios registrado entre diciembre y los primeros meses de 2024. Esta caída se agrava al considerar la brecha salarial entre los diferentes sectores: mientras los trabajadores del sector privado perdieron un 4,5% de su salario real, el sector público sufrió una caída del 18,6% y los trabajadores no registrados un 14,7%.

El deterioro del empleo se refleja también en la caída de puestos de trabajo en sectores clave como la construcción y la industria manufacturera. Entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, el sector de la construcción perdió 50 mil empleos, lo que representa una reducción del 12% de su universo total de asalariados registrados. La industria manufacturera, por su parte, perdió 15 mil trabajadores, lo que equivale a una reducción del 2% de su fuerza laboral.

El informe también señala que la desocupación, aunque no ha mostrado un aumento significativo en los datos generales, empieza a convertirse en un problema en el mercado de trabajo. En particular, preocupa el aumento de la desocupación entre los jefes de hogar, que pasó del 2,7% al 5% en relación al último trimestre de 2023. Este incremento indica una mayor vulnerabilidad en los hogares, que dependen de estos ingresos para su sustento.

La comparación con crisis laborales anteriores resalta la gravedad de la situación actual. Mientras que en periodos de crisis anteriores, como en 2016 y 2018, se perdieron 44.000 y 72.000 puestos de trabajo en seis meses, respectivamente, desde noviembre de 2023 hasta mayo de 2024 se han perdido 123.123 puestos de trabajo en el sector privado. Esto convierte a la actual crisis en una de las peores del siglo en términos de empleo.

En el informe también se menciona que, a pesar de la reducción del empleo, las empresas privadas muestran un bajo nivel de despidos, aunque la tasa de suspensiones ha aumentado. Esto podría indicar que las empresas están evitando despedir a su personal a través de medidas temporales, como la suspensión de trabajadores, pero la sostenibilidad de esta estrategia es incierta.

La situación del empleo en Argentina sigue siendo crítica, con una combinación de caída del salario real, pérdida de puestos de trabajo y creciente precarización laboral. La evolución de estos indicadores será clave para entender el futuro del mercado laboral bajo la administración de Javier Milei.