Del 3D al furor del formato 35 mm: qué hay detrás del fenómeno ‘Oppenheimer’
La Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín agotó en pocas horas todas las entradas para la película de escrita y dirigida por Christopher Nolan.
Pasaron más de 14 años del estreno de Avatar (2009), marcando para muchos un antes y después en el mundo del cine. La película de James Cameron fue sin dudas un hito en el cine en 3D y los efectos especiales.
En aquel momento parecía que la pantalla grande se volcaría totalmente a las nuevas tecnologías, pero hoy los espectadores vuelven a la esencia y tradición del formato 35 milímetros. Esto sucedió con Oppenheimer, la nueva película del director Christopher Nolan sobre el proyecto Manhattan y la invención de la bomba atómica.
El film es uno de los estrenos más esperados del año y llegó a las salas el mismo día que su competidora Barbie. Inmediatamente generó furor entre los espectadores, quienes agotaron en pocas horas todas las entradas de la Sala Leopoldo Lugones, perteneciente al Complejo Teatral de Buenos Aires, donde se proyectará en dicho formato.
Según detallaron, la copia fue enviada desde Los Ángeles y será una de las cuatro que se proyectarán en Latinoamérica. La mayoría de los cines en los Estados Unidos, por ejemplo, ya no tienen los antiguos proyectores instalados y algo similar ocurre en el país.
"Estoy a favor de la tecnología, pero siempre que supere a lo que teníamos antes. Ninguna tecnología llega ahora mismo al nivel del celuloide", dijo Nolan en una entrevista.
En estos rollos, el negativo es cortado en tiras que miden 35 milímetros de ancho y, generalmente, debe llevar cuatro perforaciones por cuadro o fotogramas en ambos lados, para que la película se reproduzca a 24 fotogramas por segundo.
En los últimos años, el formato fue dejado de lado por la rápida conversión de la proyección digital y quedó en desuso en la mayoría de las salas del mundo, pero con Oppenheimer revivió nuevamente, como en los viejos tiempos.