Con el tipo de cambio por debajo de los $ 1.200, la oferta de más vuelos al exterior y el aumento de los costos internos, apuntan a que este verano volverá a encontrar a los argentinos caminando por las playas de Brasil, México, o algún lugar del Caribe.

Los antecedentes así lo apuntan: La Fundación Mediterránea explicó que durante el primer semestre del año el turismo emisivo demandó US$ 3.900 millones, y el saldo de balanza (neto de los ingresos por turismo receptivo) fue negativo por US$ 1.400 millones.

“A partir del examen de tendencias, es posible prever que en el año la demanda de dólares por turismo emisivo se acercará a US$ 7.500 millones y el saldo podría ubicarse en torno a una salida neta por US$ 2.700 millones (con ingresos de turismo receptivo por alrededor de US$ 4.800 millones), de acuerdo con estimaciones preliminares”, destacó un documento que lleva la firma de los economistas Marcos Cohen Arazi y Vanessa Toselli.

Teniendo en cuenta que la devaluación del peso continuará en el 2% mensual, "la magnitud del desbalance podría acrecentarse especialmente en el próximo verano”, advirtió la Fundación Mediterránea.

Otro antecedentes es que las búsquedas asociadas a turismo emisivo "crecieron a un ritmo de 54% interanual en septiembre, mientras que las de turismo interno cayeron 15%, reflejando un interés renovado por las opciones de turismo fuera del país, en detrimento del turismo en el país”, dijo la Fundación Mediterránea.

Por su parte, la Fundación Encuentro, a partir de los datos oficiales, apuntó a que "el crecimiento del turismo emisivo por sobre el receptivo, genera déficit en la balanza comercial del sector y anticipa una temporada de verano crítica".

Y fue más allá al decir que "hacer turismo en nuestro país es caro. La industria presenta ocho meses de caída constante" y una balanza deficitaría de US$$ 3.347 millones acumulados entre enero y agosto.

"Sin incentivos al consumo turístico, sin regulación de precios y alivio de tarifas, el futuro de la industria turista no es incierto, es devastador", para la economía del país, advirtió la Fundación Encuentro a través de un documento. 

Según la Encuesta de Ocupación Hotelera (EOH) realizada por el Instituto Nacional de Estadistica y Censos (INDEC) durante julio, pleno auge de la temporada de invierno, y con nieve en todos los centros de esquí, el país registró una baja interanual del 11,7% en la cantidad de viajeros en hoteles y otros albergues, lo que representa la peor caída para este mes desde 2021, cuando el sector aún sufría los efectos de la pandemia.

Además, también sufrió un fuerte descenso del 12,5% la cantidad de noches que estos turistas pasaron en el país, en comparación con julio de 2023.

Esta disminución afectó tanto a los viajeros residentes, 13,4% como a los no residentes, con el 8,9% informó el Indec. 

Los hoteles de mayor categoría, como los de cuatro y cinco estrellas, fueron los más golpeados, con un desplome del 17,1% en sus reservas, muy por encima de la baja observada en los establecimientos de una y dos estrellas, que fue del 5,5%.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y el secretario de Turismo, Daniel Scioli, buscan alternativas para evitar la salida de unos US$ 2.700 millones, informaron fuentes oficiales a Data Clave.

Es que a fines de año se termina el impuesto PAIS, que grava con 15% los gastos que se realizan en el exterior con dólares a través de tarjeta de crédito, y analizan una alternativa para reemplazar ese gravamen, entre las tensiones políticas que implicaría mantenerlo y la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que pugna por un tipo de cambio único de cambios.

En septiembre el Impuesto País bajó del 17,5% al 7,5% para la importaciones de bienes y el pago de fletes, pero se mantuvo en el ‘dólar tarjeta’. Pero "ahora no se puede prorrogar y hay que estudiar alternativas para mantenerlo en esos niveles”, confiaron fuentes oficiales.