Suba de tarifas: poco impacto en el déficit y la dificultad de acumular reservas por los altos precios de la energía
Por ahora, no será aplicada la segmentación impulsada por Martín Guzmán. Los subsidios en las boletas de luz y gas serán todavía más altos que el año pasado. La guerra en Ucrania disparó los costos de importar GNL y eso genera una sangría en el BCRA.
El Gobierno avanzará esta semana con los aumentos de tarifas cuando los entes reguladores de luz y gas envíen a las distribuidoras los nuevos cuadros tarifarios vigentes a partir del 1 de junio. Estos aún no contemplan la famosa “segmentación” y en el Ministerio de Economía reconocen que llevará más tiempo, según pudo saber Data Clave. Mientras tanto, el incremento en el precio mundial de la energía complica las metas con el FMI para reducir el déficit y para acumular reservas.
Para el ministro de Economía, Martín Guzmán, el tema tarifario “se resolvió de una forma que además protege el poder adquisitivo de los trabajadores”, luego de que su plan fuera cuestionado por las segundas líneas de la Secretaría de Energía, que responden al Instituto Patria. Esa declaración intentó ser también una ratificación de su programa económico.
“Ahora no debería haber dudas. Y eso lo hablamos en el diálogo con los empresarios en los últimos días: si en algún momento plantearon dudas sobre el programa económico, ahora que no quede ninguna duda”, dijo el titular de Hacienda.
Por otro lado, el Gobierno se comprometió en el acuerdo firmado con el FMI a bajar los subsidios a las tarifas de energía en 0,6 puntos del PBI, pero la disparada de los precios internacionales por la guerra en Ucrania dio por tierra ese objetivo. El organismo entiende esa situación y no pedirá cumplir con ese compromiso.
“En particular, los subsidios energéticos treparon 166% en lo que va del año, debido al salto en el precio internacional de la energía y la postergación del aumento/segmentación tarifaria. De esta manera, en el acumulado del año ya alcanzan el 0,6% del PBI, incluso por encima del primer cuatrimestre de 2016, año que cerró con subvenciones energéticas de 2,5% del PBI”, detalló la consultora Equilibra.
“Dado que el gasto en este rubro treparía aún más en los meses de menores temperaturas, cuando la demanda de gas y electricidad aumenta para calefaccionar hogares, prevemos que cerraría 2022 rozando 3% del PBI (fueron 2,3% del PBI en 2021)”, concluyó la consultora de Martín Rapetti.
Vale destacar que la reducción de subsidios no es un “criterio de desempeño” a evaluar para aprobar las revisiones y desembolsos del Fondo. Sin embargo, sí peligra con este esquema la reducción del déficit fiscal primario del 3% del PIB de 2021 al 2,5% del PIB en el corriente año. En ese caso sí se necesitará un Waiver por parte del organismo.
El otro criterio de desempeño que evaluará el FMI es la acumulación de reservas por parte del Banco Central, que debería ser de US$ 5.800 millones. Otra vez, los precios de la energía serán un limitante importante. Por caso, Argentina pagó US$ 8 por millón de BTU de GNL el año pasado, mientras que los últimos barcos llegaron por US$ 25 por millón de BTU, aunque han tocado los US$ 50 a principios de la guerra.
El frío invernal será fundamental para determinar el consumo energético de las familias y, a su vez, el nivel de importación de energía. “Si la temperatura es similar al promedio histórico, el rojo energético alcanzaría US$ 7.000 millones. Pero si las temperaturas son similares al invierno 2021 (1º grado superior a la media histórica), rondaría US$ 6.000 millones (escenario más probable)”, detalló Equilibra.