La economía argentina transita hace ya varios meses por una marcada inestabilidad, con mucha incertidumbre en el mercado cambiario, con una brecha arriba del 100% y un dólar blue en $574, no solamente por la cercanía de las elecciones, sino también por lo que sufrió el país por la histórica sequía (este año faltarán más de u$s20.000 millones), que golpeó muy fuerte a las reservas del Banco Central. Todo esto, mientras el Gobierno espera el desembolso de u$s7.500 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para después de las PASO. Pero, ¿a cambio de qué? Lorenzo Sigaut Gravina, director de análisis macroeconómico de la consultora Equilibra, responde esta crucial pregunta, y otras vinculadas a la inflación, el cepo, y la actividad económica.

Data Clave: ¿Cómo analiza esta coyuntura, qué riesgos hay de que la situación empeore y qué margen tiene el ministro candidato Sergio Massa para que eso no suceda?

Lorenzo Sigaut Gravina: La situación obviamente no es buena, es difícil para cualquier oficialismo con esta economía que cuenta con una pobreza arriba del 40%, una tasa de inflación que en el mejor de los casos es de 6% mensual, o sea 100% anualizada, un salario real que está realmente bajo, alrededor de un 20% o 25% respecto de 2015, último pico. Todo eso es complicado y además en una situación muy compleja desde el punto de vista de las reservas del Banco Central, con un esquema cambiario que claramente no es sostenible y que hay que ir metiendo parches porque no se puede hacer una corrección de fondo. ¿Por qué? No se puede porque justamente si el Gobierno le hace caso al FMI que deprecie la moneda, en el corto plazo es más inflación, más recesión, más pobreza, e indigencia porque en general cuando se mueve el tipo de cambio oficial, se mueven particularmente los precios de los alimentos. Vemos un gobierno que a pesar de tener una economía pesada y compleja quiere llegar a las elecciones con cierta competitividad y para eso tiene que evitar corregir un esquema que todo el mundo sabe que tiene que cambiar y sea quien sea el próximo presidente electo tiene que achicar las brechas grandes. Tenemos reservas netas negativas, y hay pocas reservas brutas líquidas en dólares que cubren más o menos los depósitos,

Data Clave: Entonces de corto plazo el pronóstico sigue siendo muy reservado…

L. S. G.: Es difícil saber qué podría mejorar, sabemos que entre agosto y noviembre el Banco Central suele vender en el mercado cambiario, salvo años excepcionales porque se terminó la liquidación de la cosecha gruesa y recién los nuevos dólares, vendrían de la cosecha fina a fin de año, del trigo, pero ya va a estar otro presidente y en el ínterin hay que pasar un proceso de elecciones presidenciales, que son en general las que provocan más incertidumbre porque puede cambiar a partir del 10 de diciembre la política económica. Todo este combo hace que la situación sea realmente compleja, aunque también es cierto que si el resultado electoral, como ha pasado incluso en las primarias, en elecciones anteriores o en octubre o en noviembre, cuando empieza a quedar más claro quién es quizás el próximo presidente electo, se puede generar un poco más de confianza y eso puede ayudar a la transición de gobierno. Por otra parte, esta situación cambiaria es muy estresante y cualquier paso en falso puede generar que la situación empeore.

Data Clave: Bajo esta coyuntura, ¿en qué medida se está acelerando la inflación después de un par de meses con desaceleración?

L.S.G.: Lamentablemente los números que estamos viendo son más altos que junio, que marcó un 6%. Julio estuvo más cerca de 7%, yo creo que va a empezar con 6 el número, pero más cerca del 7%, y es probable agosto, por lo menos, por el impacto de la suba del Impuesto País a las Importaciones de bienes y servicios e incluso la inclusión en el dólar maíz que hizo se actualizara el tipo de cambio, a $340 por dólar, también va a generar un impacto inflacionario. En efecto, vemos agosto que va más para un 8%, porque la carne que viene rezagada siempre en general cuando viene la primavera y el verano hay un reacomodamiento de precios y eso ya incluso con la medida del dólar maíz se empezó a ver en la hacienda en pie. Después tenés el esquema cambiario que, para bien o para mal, el presidente electo deberá corregir el atraso cambiario, que como dice el Fondo, está entre 20% y 25%. Al mismo tiempo, la brecha cambiaria está en 100%.Corregir todo el atraso cambiario y, eso en el corto plazo es una depreciación de la moneda, le va a poner más presión a la inflación.

Data Clave: ¿Crees que el actual Gobierno inevitablemente tendrá que acelerar el tipo de cambio después de las PASO? ¿Y qué medidas imaginás tras las primarias para que el FMI le gire finalmente los u$s7.500 millones que prometió?

L.S.G: Todo este problema data de algunos meses cuando el Gobierno se enteró de la sequía, momento en que podría haber tomado medidas. Por ejemplo, un mayor cepo al dólar turista, con el cual podría haber ahorrado divisas en abril, mayo, junio,y  julio. Ahora ya es poco lo que podés ahorrar y las reservas netas ya las has consumido, y quedaron en un negativo de u$s10.000 millones. Mi percepción es, como vos bien dijiste, que si quiere acordar con el Fondo algo más tiene que suceder, de hecho no es casualidad que esto se trate después de las Primarias y además en el comunicado hay algo de “vamos a ver como continúan las medidas”. Es la sensación de que todavía falta algo más para que se terminen concretando los desembolsos porque, por otra parte, es probable que sea la última vez que el Fondo negocie con este Gobierno, entonces los u$s7.500 millones se lo van a hacer sentir al gobierno. Entonces ahí hay algo en el mercado cambiario que puede llegar a venir, o más suba en el Impuesto País, una mayor generalización, para hacer una devaluación fiscal. La otra alternativa es que el gobierno consiga el financiamiento de China y no necesite el desembolso del Fondo, o sea cambias un prestamista de última instancia por el otro, que también es muy complejo porque no está claro si estos otros u$s5.000 millones en Yuanes que te prestaría China serían suficientes, para afrontar un retiro de depósitos. El gobierno después de las Primarias, necesita si o si ir pagándole al Fondo con los yuanes para no entrar en default. En cualquier caso, lamentablemente al no haber tomado medidas antes cuando se sabía que la sequía ya era muy dura hace que hoy estés con un mínimo margen y ya casi no hay caminos alternativos sin mucho costo a pesar de que el Gobierno obviamente no quiere hacer mayores correcciones en el mercado cambiario De todos modos, ya no es una cuestión de querer sino de que si el Fondo no te da, o si vos no haces lo que China te pide, se empieza a complejizar todo y vamos a vivir lamentablemente unos últimos meses del año con incertidumbre en materia cambiaria.

Data Clave: Uno de los temas de la campaña estuvo vinculado a cómo salir del cepo cambiario, si es desde el día 1 del próximo gobierno, como propone Patricia Bulrich o si será más gradualmente, ¿cómo te imaginás el levantamiento de las restricciones cambiarias, en qué tiempo y con qué tipo de medidas?

L.S.G.: Yo no creo en el shock en este caso. A fines del 2015 había un atraso más o menos del 40% del tipo de cambio real y vos tenías una brecha que estaba en 45% o 50%, no había una deuda grande, tenías que acordar con los holdout, entonces podías acceder a financiamiento. Fue una unificación agresiva en la semana siguiente a la que asumió Macri. Por lo menos funcionó en el tema de corregir el atraso cambiario y corregir la brecha, aunque quizás se podría haber hecho de otra manera. Después se acordó con los holdout y se consiguió financiamiento. En la actualidad, la situación es muy distinta, primero porque el atraso cambiario es menor, está entre 20 y 25% como dice el Fondo, y la brecha es 100%, entonces no necesitas unificar, porque en general cuando unificás es por el lado del tipo de cambio oficial, que lo llevás hasta el financiero. Es decir, no necesitas una devaluación tan alta, sí necesitas corregir el atraso cambiario entonces esta medida es ineludible. Corregir el atraso cambiario requiere una devaluación del tipo de cambio oficial mayor ¿Por qué? Porque siempre hay un traslado a precios, estamos hablando de una devaluación de 40% para conseguir una mejora del tipo de cambio real del 20%. Después el tema de la brecha creo que tenés que ponerte plazos, necesitas contar, no tanto con el respaldo del Fondo o alguien más, y sí con las divisas genuinas, de exportación y las que te va a generar el ahorro del gasoducto de Vaca Muerta en materia energética. Ahí hay por lo menos u$s20.000 millones adicionales que tendríamos el año que viene por exportaciones y un poquito más por ahorro de importaciones, por el gasoducto. Esos dólares hasta mediados del año que viene no los tenés. Y necesitás reservas netas positivas para desarmarlo. Entonces hay que hacerlo gradual también por una cuestión de riesgo, hay mucha demanda recibida y hay deuda comercial, mucha deuda con China que no sabemos si la tenemos que devolver rápido. Hay un montón de situaciones complejas que me parece que requieren de prudencia sobre todo porque estás con una inflación al 7, 8%, y es probable que con la primera corrección cambiaria te deje con una inflación de dos dígitos. Si vos haces un paso en falso en el mercado y tenés otro fogonazo cambiario estás más cerca de un proceso de hiperinflación, que obviamente también hay que evitar. En resumen, me parece que la prudencia es buena consejera en este caso.

Data Clave: ¿Qué pronóstico de inflación y del PBI harías para este año con la foto de hoy?

L.S.G.: Más allá de lo numérico empiezo por lo conceptual. Creo que vamos del 6% de inflación mensual por piso de julio, a ir teniendo más. Me preocupa la inflación para fin de año, al momento de hacer esa corrección del tipo de cambio real porque eso va a tender a acelerar la inflación. En materia de actividad lo estamos viendo que cada vez hay más restricciones a las importaciones, está bien que hay stock importado, pero también tenés que hacer siempre operaciones de comercio internacional, incluso también las empresas que después exportan. Hay también un aumento de la presión tributaria. La sensación es que cada vez va a ser más difícil que crezca la demanda interna, que aumente la producción y de hecho uno ve un poquito más de recesión en sectores que quizás a principio de año no estuvieron tan mal como la industria, la construcción, el comercio, restaurantes. En julio probablemente empezaron a retroceder. En cifras nosotros vemos para este año una inflación del 145% punta a punta y una caída de la actividad de alrededor de 2 puntos y medio que habrá que ver si se agudiza en los últimos meses del año si hay algún tipo de evento cambiario complejo.