Se cumplen los malos pronósticos: el área a sembrar de trigo baja, por ahora, levemente
La falta de agua en los suelos, el aumento del valor de los insumos y la incertidumbre en cuanto a los precios, hizo retroceder la intención de siembra.
Los US$ 4.600 millones en exportaciones de trigo de este año se encuentran en duda para el 2023. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó una caída del 3% en la superficie a sembrar de trigo, a 6,5 millones de hectáreas para la campaña que comienza en estos días.
Son unas 200.000 hectáreas menos, de áreas “marginales”, alejadas de los centros de acopio, o que por falta de lluvia, los productores, desestimaron sembrar.
Sin embargo, y a pesar de la retracción, la superficie se ubicaría "por encima del promedio de siembra de las últimas cinco campañas", que fue de 6,3 millones, destacó el informe de la BCBA.
Incluso, “de concretarse la presente proyección, nos encontraríamos frente a la cuarta mayor superficie implantada en 23 campañas".
Sin embargo "este escenario permanece sujeto a la evolución de las condiciones climáticas durante la ventana de siembra".
En su informe de Pre-campaña, la entidad fundamentó la "leve tendencia negativa" de su previsión en "los aumentos en los costos de insumos, la mejora relativa en los márgenes del cultivo de cebada, y especialmente las políticas domésticas que afectan al cultivo de trigo”, en alusión a una posible suba de retenciones.
Todos estos parámetros estarán puestos a la vista el próximo 12 de mayo cuando se realice una nueva edición del congreso “A todo Trigo”, la BCBA.
Otro factor que podría incidir en una menor superficie a cubrir de trigo, es "una mayor intención de siembra de cebada”, su principal competidor, sobre todo en el extremo sur de la región agrícola, debido a mayores precios y "menores expectativas de intervención sobre el cultivo a través de políticas públicas".