Por qué el problema de la Argentina es el atraso de las tarifas y no del dólar oficial
Según datos oficiales, entre diciembre 2019 y noviembre 2021 el Índice de Precios al Consumidor (IPC) creció 91%, mientras que el tipo de cambio oficial creció 67% y las boletas de energía que pagan los consumidores residenciales crecieron 11% .
De cara a los próximos meses, el Gobierno deberá resolver algunos desequilibrios de la macroeconomía como el atraso del tipo de cambio y el congelamiento de tarifas. Para el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), el tema más urgente es disminuir los subsidios que cubren el retraso en las tarifas de energía.
En su último informe, el instituto sostuvo que si se insiste con ese esquema se profundizará la crisis económica, “acelerando el debilitamiento político”. Luego de las elecciones las miradas se concentran sobre las posibles conductas que adopte el Gobierno respecto al dólar oficial. “La enorme brecha con el dólar paralelo y el bajo nivel de reservas son los argumentos para considerar necesaria una devaluación”, consignó el trabajo.
El Idesa se preguntó si una devaluación es la manera de resolver los problemas. En principio, vale recordar que Argentina acumula una “larga tradición” de déficits fiscales que se aceleró con la pandemia en la actual gestión. Con limitado acceso al crédito, estos desequilibrios se financian con emisión monetaria. El excedente de dinero en poder de la gente que genera la emisión presiona sobre los precios.
“No es casual que el dinero en poder del público (efectivo, cuentas corrientes, cajas de ahorro y plazos fijos) viene creciendo a razón de 50% anual, nivel similar a la inflación. Este exceso de pesos en poder del público es el que también presiona sobre el dólar paralelo que se afirmó por encima de los $200”, mencionaron.
La dinámica de indicadores claves de la economía permite evaluar de manera más objetiva la situación. Según datos oficiales, entre diciembre 2019 y noviembre 2021 se observa que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) creció 91%, mientras que el dólar oficial creció 67% y las tarifas de luz y gas que pagan los consumidores residenciales crecieron 11%.
“Estos datos muestran que hay atraso en la cotización del dólar oficial, pero donde la distorsión es mucho más profunda es con las tarifas de la energía”, destacó Idesa. Se trata de un tema central ya que buena parte del déficit fiscal se explica por el crecimiento de los subsidios.
Tal como detalló el estudio, en el 2019 los subsidios a la energía representaban el 1,1% del PBI, mientras que en el 2021 se estiman en el orden del 2,4% del PBI. Tomando la proyección del Ministerio de Economía, que espera terminar el año con un déficit fiscal primario de 4,3% del PBI, los subsidios a la energía representan más de la mitad del déficit fiscal.
Entonces, devaluar el dólar oficial generaría un aumento en los subsidios y un desequilibrio todavía mayor. “La prioridad del gobierno no pasa por el dólar sino en dar una señal clara de que se va a ocupar en serio en disminuir el déficit fiscal. Si bien la agenda es frondosa, lo más urgente es tomar control de las áreas de regulación energética”, explicaron.
“La credibilidad del gobierno depende del inicio de un proceso de disminución de los subsidios a la energía con tarifa social para las familias de menores ingresos. Esto, además de permitir moderar la emisión monetaria, aumentará las probabilidades de entablar en buenos términos y con chances de éxito un acuerdo con el FMI”, añadieron.