Lejos del "shock": el plan de Sergio Massa para bajar la inflación
La necesidad de "ordenar la macro para estabilizar" que pretende el ministro de Economía. La apuesta a una leve baja para los próximos meses y un intento por "coordinar" mejor precios y salarios. Un bono para sectores vulnerables que se hace esperar.
La hoja de ruta que lleva adelante el ministro de Economía, Sergio Massa, no contempla un shock para bajar la inflación, sino que se buscará primero un “orden macro” que genere “estabilidad”. Sí esperan una leve baja en los próximos meses, con riesgos de algún mes de aceleración, pero con un intento por “coordinar” precios y salarios. Esta semana comenzarán reuniones con empresarios para conversar sobre el inicio del programa Precios Cuidados y sobre versiones para los sectores más vulnerables, en el marco de una difícil suba de la indigencia.
El Indec informó este viernes que la inflación de septiembre se ubicó en 6,2%, por debajo del pronóstico del mercado y del 7% de agosto. Mientras, el acumulado del último año marcó 84% en sintonía con la variación interanual de diciembre de 1991 luego de la aplicación de la Convertibilidad tras un largo proceso de hiper. En el equipo económico decidieron tomar con calma el resultado, en vistas de un posible nuevo salto.
Desde Invecq afirmaron: “Hay poco (o nada) para festejar con el dato de inflación de septiembre. Aunque retrocedió respecto del máximo mensual de 7,4% de julio y del 7,0% de agosto, todavía se ubica un escalón (+0,5 p.p.) por encima de la inflación efectiva mensual promedio del primer semestre (5,7%) y supera con creces la promedio del 2021 (3,5%)”.
En los próximos meses, las subas en servicios regulados que fueron autorizadas por el Gobierno meterán más presión en los precios. “Está dinámica en un contexto de nominalidad como el actual retroalimenta las expectativas de mayor inflación futura producto de los mayores esfuerzos que serán necesarios para la corrección de precios relativos. Destapar o no la olla a presión de subsidios, tarifas y – crucial – dólar y cómo hacerlo serán los dos grandes interrogantes de los próximos meses… o semanas”, resaltó la consultora.
El Staff Report del FMI y Argentina proyectó que el IPC caerá "muy gradualmente" en este trimestre, desde cerca del 5% mensual hasta el 3,5% para finales de 2023, lo que daría como resultado un acumulado del 60% para el año que viene. Esa pauta resulta optimista respecto a las expectativas del mercado: el último REM arrojó un piso de más de 6% para los próximos meses.
Es que Massa apunta a que el problema central es el “desorden marco” al que por su puesto se le suma la especulación de algunas empresas, en particular las de consumo masivo. Por el momento, en Economía desmienten la intención de un plan de “shock” que incluya un congelamiento de precios para determinados productos, a partir de un acuerdo con los diferentes actores de la sociedad.
Eso alivió a muchas firmas de consumo masivo que fueron citadas por la secretaría de Comercio Interior para la semana que comienza y algunas que participaron de reuniones virtuales. Les confirmaron que no habrá una intervención férreo, pero quieren evaluar el comienzo de Precios Cuidados y alguna versión para los comercios de cercanía, lo cual representa un déficit histórico del sector.
Durante un contacto con la prensa argentina en Washington, en donde participó entre otros eventos de la Asamblea Anual del FMI y el B, Massa detalló que optará por "acompañar las medidas anunciadas con programas para algunos sectores más vulnerables, que fortalezcan lo que representa los grupos de Precios Cuidados".
En concreto, "un programa que pueda durar una mayor cantidad de tiempo y tenga más productos, tenga garantía de abastecimiento y su precio pueda incluirse en el packaging". Por ahora, se retrasó el anuncio de un bono para los sectores más vulnerables que contemplaba el decreto que dio inicio al “dólar soja”.
Allí ingresa el descontento del kirchnerismo en una hoja de ruta que privilegia una visión más fiscalista. Cristina Kirchner pidió mayor control en los márgenes de las empresas de alimentos y un mecanismo que garantice la seguridad alimentaria, en un contexto de aumento de la indigencia del 8,2% al 8,8% en el primer semestre.