Con el telón de fondo de la suspensión en la producción de las plantas de Nestle y Nissan, y las adversas perspectivas de recuperación del consumo interno y la exportación, la Unión Industrial Argentina (UIA) se apresta a recibir al ministro de Economía, Luis Caputo, para hablar sobre la situación del sector.

La imprecisión de la fecha no es un dato menor. Lo mismo ocurrió la semana pasada cuando Caputo recibió a los representantes de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA), en un encuentro del que solo trascendió la foto y algunos diálogos.

Se sabe que el ministro rechaza las “guardias periodísticas” y que se anticipen temas, y ese encuentro con las entidades del campo resultó un reflejo opaco de lo que pueden esperar los industriales.

En aquella oportunidad, la CEEA pidió que se mantenga la baja de retenciones más allá de junio, que se active la obra pública, en especial la mejora de los caminos rurales, y que se las tenga en cuenta en las decisiones del INTA.

A cambio recibieron la promesa de que “si todo va bien” en el plano fiscal, podrían reducir el Impuesto al Cheque. Demasiado movimiento para tan poco resultado.

Ahora la UIA sabe que el cepo cambiario se mantendrá hasta el año próximo, y que el Gobierno, si bien simplificará trámites para las empresas, no hará nada que sacrifique el superávit fiscal primario.

La semana pasada la UIA mostró, sutilmente algunos de los desacuerdos que mantiene con la gestión de Javier Milei. Criticó el proceso de licitación de la Hidrovía – cuyo desenlace está previsto para el miércoles – y reclamó que se contemple “la producción nacional”.

Con el cepo hasta fin de año y Milei criticando a quienes critican “el retraso cambiario”, las expectativas del encuentro son escasas. Incluso, un reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dio cuenta que un tercio de los empresarios consultados por el organismo anticipó que la demanda interna continuará en caída hasta marzo inclusive, contra un 26,8% que dice que aumentará, mientras que el restante 39,9% consideró que no habrá mayores cambios.

Por el lado exportador tampoco se tienen mayores expectativas ya que el 28,3% anticipó que disminuirán las ventas al exterior, contra un 22% que consideró que habrá un aumento, mientras que el restante 49,7% no prevé variaciones.

La industria bajó el año pasado 9,4% a pesar de que en diciembre subió 8,4% en forma interanual. El aumento era previsible ya que el punto de base de comparación, es decir, diciembre del 2023, cuando asumió Milei, la actividad manufacturera había registrado un retroceso del 12,9% respecto al 2022.

Los números en los meses próximos seguirán mostrando este tipo de “rebote”, sin embargo, si el PBI crece un 4,5% este año, Argentina podría retornar al nivel que supo tener en 2017

Así lo destacó un informe de la Fundación Mediterránea, que advirtió que el estancamiento económico lleva "casi una década y media", más allá de los altibajos del PBI.