La Federación de Acopiadores envió cinco cartas documento a autoridades del Ministerio de Agricultura de la Nación, de Bioceres e Indear responsabilizándolos por las graves consecuencias que tendría para el país la liberación del trigo trasgénico OGM – HB4 y advirtieron que iniciarán acciones judiciales.

El Presidente de la Federación, Fernando Rivara, en diálogo con Data Clave explicó que “tuvimos que tomar esta decisión de mandar cartas documento a las autoridades y la empresa, porque no quisieron dialogar”.

“La única que nos contesto fue la empresa, Bioceres, que nos dijo que no hay posibilidades de contagio” entre su trigo transgénico y el que se cosecha hasta hoy en Argentina “cosa que imposible, porque ya existe experiencia en otros países en donde quedó un resto en un camión, o una cosechadora, terminó afectando al conjunto”.

Además “nos dicen que es poca cosecha ¡y son como 22.000 toneladas´; cuando en el país las cuatro principales semilleras no llegan a vender 15.000 toneladas al año!” para el cultivo.

“No descartamos ninguna medida. Ya comenzamos con las cartas documento. Nos quedan las denuncias penales y civiles a estos funcionarios” por la aprobación de trigo transgénico, algo que no es aceptado en el resto del mundo.

La disputa por el trigo transgénico, que pone en riesgo exportaciones por US$ 2.500 millones, se inició a mitad de año y en medio del silencio de la cuarentena, cuando el Ministerio de Agricultura y Ganadería aprobó la variedad NH4 generada por la empresa Bioceres.

Apenas conocida la noticia, las bolsas de cereales y comercio de Buenos Aires, Bahía Blanca, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Santa Fe y Rosario, así como la Federación Agraria Argentina, CONINAGRO y Confederaciones Rurales Argentinas, entre otras entidades, advirtieron que “el uso comercial nacional del trigo HB4 impactara en los precios y abastecimiento de trigo en el país”.

“Los países que nos compran trigo nos van a pedir en cada puerto que hagamos un análisis para ver que lo que exportamos no tiene transgénico, y eso lo vamos a terminar pagando nosotros”, dijo Rivara.

De hecho, la Asociación Brasileña de la Industria del Trigo (ABiTrigo) manifestó a mediados de octubre su rechazo a la importación de ese cereal genéticamente modificado de Argentina, y adelantó que les pedirá a las autoridades de su país que impidan el ingreso.

“ABiTrigo hace pública su posición contraria al uso de esta fuente alternativa de generación de alimentos. El trigo argentino representa, aproximadamente, la mayor fuente de suministro en Brasil, en aproximadamente un 60%”, destacó la entidad a través de un comunicado.

Incluso, ABiTrigo adelantó que “se opondrá a la comercialización tanto de harina transgénica como de trigo en el transcurso de la audiencia pública” convocada por la autoridades sanitarias brasileñas, y les solicitará que “no autoricen la comercialización de estos productos” en su territorio.

Rivara explicó que “nosotros no tenemos problemas con el avance genético, es más, nos favorece, porque es mejor acopiar 8.000 millones de toneladas que 5.000 millones, pero son los mercados del exterior que no quieren el trigo modificado, y es contra eso que tenemos que luchar”.