Industria 4.0: cuando la falta de financiamiento retrasa la transformación tecnológica
Los avances digitales llevados a los procesos productivos se enmarca en una vida cada vez más 4.0. En nuestro país, ocho de cada diez empresas recurren a fondos propios para producir mientras que seis de cada diez tienen inversiones frenadas por falta de financiamiento. Las implicancias de la deuda argentina.
Después de 3 años consecutivos de caídas la industria creció cerca de 15% en 2021, aunque la realidad del sector no escapa a los desafíos que implica sostener ese proceso. Los principales escollos que observa el sector son la incertidumbre macroeconómica local, aunque también internacional, y la falta de acceso a financiamiento internacional -sobre todo de las pymes- para adquirir equipamiento.
Esa dificultad está vinculada a los problemas de deuda que tiene nuestro país, fuertemente profundizados entre 2018-2019, y que aún no ha podido resolver. Esa dinámica genera sobre costos para las empresas que buscan financiamiento extranjero, es decir, en dólares.
Según explicó a Data Clave el presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, “es central arreglar la deuda con el Fondo Monetario Internacional y el Club de París para despejar ruidos internos”. “El mundo va hacia una transformación tecnológica y sin crédito las industrias no se van a poder transformar como se necesita”.
El presidente de la entidad fabril se refiere particularmente a la industria 4.0, una tendencia de producción que incluye a la digitalización llevada a los procesos productivos. Con la pandemia, los procesos de digitalización se aceleraron de una manera inesperada hasta hace unos pocos años. Hoy en día, no es lejano imaginarse desde drones llevando pizzas hasta fábricas inteligentes que tengan interconectados todos sus procesos productivos.
Para el decano del Instituto de la Calidad Industrial de la Universidad Nacional de San Martín, Joaquín Valdés, la industria 4.0 es un “tsunami que requiere preparación”. “La transformación digital llevada a la industria es lo que se llamó industria 4.0, pero podemos pensar también en una vida 4.0”, definió Valdés, que además es doctor en ingeniería (Braunschweig, Alemania) y licenciado en física (UBA).
En tanto, las empresas de nuestro país están en conocimiento de este cambio y la posibilidad que se abre para mejorar los procesos productivos y hacerlos más eficientes. El problema es cómo se financia, tal como se desprende de la última encuesta que realizó la UIA a más de 300 empresas.
En el trabajo se consignó que 9 de cada 10 las compañías conocen de qué se trata la Industria 4.0 y se identificó un gran interés en los desarrollos de estas tecnologías, gracias a las diversas campañas de sensibilización (de cámaras empresarias, del Ministerio de Desarrollo Productivo y de otros organismos).
Además, el 23% de las empresas conoce de qué se trata y además ya está usando más de tres tipos de esta tecnología y otro 23% utiliza hasta tres tecnologías. Si bien un 43% de las empresas no está utilizando estas tecnologías, manifestó interés en ellas y sólo un 11% no conocía de qué se trataba.
Sin embargo, de la encuesta se puede inferir que persiste una baja profundidad de crédito estructural a lo que se suma la incertidumbre macroeconómica para la toma de decisiones, que es una limitación a la hora de expandir la producción: “ocho de cada diez empresas recurrieron a fondos propios para producir mientras que seis de cada diez empresas tenían inversiones frenadas por falta de financiamiento”, mencionó el documento.
Entre las que más tecnologías utilizan se encuentran principalmente empresas grandes y medianas con inserción en el mercado externo, predominantemente del sector automotriz y metalmecánica. Actualmente, de los rubros industriales más pujantes.
Las pymes, en cambio, mostraron una participación importante en el grupo de empresas que utiliza hasta 3 tecnologías y se encuentran entre las que más interés tienen en comenzar a aplicar alguna de ellas. “Necesitamos que las pymes accedan al financiamiento para mejorar su capacidad exportadora”, dijo Funes de Rioja.
“Con acceso al financiamiento vamos a poder transformar la recuperación de la economía en crecimiento genuino e inclusivo. Esa inclusión significa darle un impulso mayor a las pymes argentinas. Hemos llegado a tener 12.800 empresas exportadoras y ahora hay 9.500. Tenemos que dar ese salto con pymes locales que se incorporen al mercado internacional. Así, estaríamos hablando de un punto de partida virtuoso”, explicó el empresario.
Para el 2022, año que estará marcado por los vencimientos de deuda con el FMI, la brecha cambiaria, la elevada inflación y la lenta recuperación del consumo masivo, el desempeño macroeconómico será determinante.
En este sentido, para avanzar en inversiones (y teniendo en cuenta que 7 de cada 10 empresas consideraron que es un buen momento para invertir en maquinaria y equipo) las plantas relevadas indicaron que hace falta brindar previsibilidad, mantener un crecimiento sostenido de la economía y llevar adelante medidas que generen un alivio impositivo en las empresas, con foco en la simplificación tributaria. Finalmente, el acceso al financiamiento será crucial para enfrentar el desafío tecnológico.