El Mercosur no entró la semana pasada en crisis por la decisión de Uruguay de comenzar negociaciones con terceros países sin salir del bloque, la crisis ya se había instalado desde antes.

Habrá que recordar cuando en marzo, al cumplirse 30 Aniversario de la creación del Mercosur, Luis Lacalle Pou y Alberto Fernández se enfrentaron por la falta de avances en la liberación del comercio que impulsan orientales y brasileños.

“Nosotros no estamos conformes” con las negociaciones que se vienen llevando adelante en materia comercial. “Creemos que es bueno iniciar diálogos, sentarse a la mesa, pero la suma de situaciones en las cuales no canalizan estos acuerdos generan frustraciones“, sostuvo el mandatario uruguayo en su breve discurso.

Lacalle Pou dijo en esa oportunidad que el Mercosur “pesa” en el concierto de naciones, pero no puede ser “un lastre” que actúe como un “corset” que no deja mover a los países: “Uruguay necesita avanzar“.

Frente a estas declaraciones, Fernández salió al cruce en el cierre del encuentro. “Si nos hemos convertido en una carga, lo lamento, no queríamos ser una carga para nadie. Una carga es algo que hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si la carga pesa mucho”.

Y agregó: “Terminemos con esas ideas que ayudan tan poco a la unidad. No queremos ser lastre de nadie, si somos un lastre, que tomen otro barco, pero lastre no somos de nadie. Para mí es un honor ser parte del Mercosur”, dijo Fernández.

Tenso cruce entre Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou en la reunión por los 30 años del Mercosur

Pero lo cierto es que “el barco” se lo están tomando Brasil y Uruguay juntos, mientras que Paraguay continúa siendo una incógnita, aunque por razones políticas y comerciales, estará más cerca de lo que diga el “Palácio do Planaltto”.

Jair Bolsonaro parece aburrirse en las reuniones del Mercosur, pero en esta última, al tomar la presidencia “per tempore” hasta diciembre anunció que mantendrá sus “esfuerzos” por “la revisión de aranceles externos comunes y la flexibilidad para las negociaciones” comerciales.

“No podemos dejar que el Mercosur siga siendo un sinónimo de ineficiencia y desperdicio de oportunidades”, declaró Bolsonaro al intervenir en forma virtual en la cumbre, a la que también asisten los presidentes de Argentina, Uruguay y Paraguay.

Según Bolsonaro, “Brasil no va a parar en sus esfuerzos por la modernización” de su propia economía y del Mercosur, y desea que sus “socios de la integración” lo acompañen en los ideales de “apertura, democracia y libertad” que promueve su Gobierno.

El líder brasileño aseguró que el semestre que terminó, y en el que Argentina tuvo la presidencia del bloque “dejó de corresponder a las expectativas” en relación a “dos de los temas que más movilizan” al Mercosur, que identificó como “la revisión de la tarifa externa común y la flexibilidad de las negociaciones”.

“El Mercosur debe mostrar su valor con entregas a la población, con la conquista de nuevos mercados y la eliminación de trabas”, dijo Bolsonaro y en franca oposición con la postura de Fernández, advirtió que “la persistencia de impases o el uso de la regla del consenso como instrumento de veto” constituyen “herramientas arcaicas que siembran escepticismo”.

Queda como triste anécdota, la decisión del Gobierno Argentino de no haber transmitido las palabras de los otros tres mandatarios durante la Cumbre, algo nunca antes visto.

Uruguay, con el impulso de Brasil, intentará en avanzar en acuerdo antes de diciembre, cuando la presidencia “per tempore” pase entonces a Paraguay, cuyo presidente, Mario Abdo Benítez, no termina de definirse,

Mientras tanto, Fernández, confía en que Lula da Silva gane las elecciones presidenciales de Brasil el año próximo y tome posiciones más cercanas a las de Argentina.