El Ministro de Economía, Martín Guzmán, blanqueó que se podría dejar abierto el canje en caso de que no haya un acuerdo con los acreedores privados. Afirmó que "hay una decisión tomada" y que se podrían avanzar conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para delinear un nuevo programa.

"Amargo y quiero retruco", es la nueva -y similar- respuesta desde el Gobierno Nacional por la deuda externa. Alberto Fernández y su responsable económico doblan la apuesta con los acreedores y vuelven a advertir que la última oferta de Argentina "es la definitiva" y que "no podemos ofrecer más a los acreedores".

Ayer se expresó el jefe de Estado sobre el tema, pero esta mañana fue el turno de Guzmán en una entrevista con Página 12, donde ratificó que "la realidad es que no hay más en términos de lo que el país puede pagar año por año. Hemos hecho el máximo esfuerzo posible y una oferta que es definitiva sobre la base de ese esfuerzo".

La posición del responsable de Economía tiene coincidencia con sus últimas declaraciones, donde explicó que "seguir cediendo implicaría redefinir prioridades", y en esas prioridades nombró ejemplos de ajustes, entre ellos a los jubilados. "Es su decisión sacar al país de una situación de default en la que ya está de forma concreta desde finales de abril de 2018", agregó.

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Las posiciones entre el Gobierno y los acreedores destilan cierta bipolaridad y la falta de acuerdo está en pequeños detalles. Pero en el nuevo tira y afloje por diminutos detalles -diminutos teniendo en cuenta el marco de este tipo de negociaciones- convierten el escenario en un campo de batalla por los dígitos.

Tal como explicó Data Clave, la cartera económica buscaba este fin de semana -con plazos hasta el lunes según declaraciones de Guzmán- lograr al menos un 50% de adhesión sobre una base de 53,5% para seguir con el canje. Sin embargo, según la información que circuló en el mercado, solamente consiguió un 35%, compuesta en un 26% de tenedores radicados en el exterior y 9% en el país.

El ministro de Economía reconoció a Página 12 que el plan argentino consta de dos alternativas: que los acreedores acepten la última oferta (situación que parece muy distante), o dejar las negociaciones en un "standstill", que como adelantó Data Clave, sería dejar abierto el canje y volver a discutir dentro de unos meses. Este último punto se hace con el fin de evitar un default. Sin embargo, esta extensión de negociaciones debe ser aprobada por los acreedores.

"Hay dos alternativas. Esta oferta que muestra un gran esfuerzo y cerrar en ese valor, o que Argentina se mueva mas hacia el acuerdo con el FMI y más adelante, dentro de seis u ocho meses aproximadamente, vuelva a hacer un replanteo con los sectores privados", dijo el ministro a Página 12.

Respecto al posible acuerdo con el Fondo aclaró que: "La premisa fundamental en la que se debe basar el programa es que no hay estabilización posible sin recuperación económica. Y para estabilizar la economía, hay que dejarla crecer. Esto significa que no hay lugar para un esquema de política monetaria contractiva en un contexto de recesión, como ocurrió con el programa stand by del año 2018. Y las políticas, está claro que las decidiremos nosotros".

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