El Índice de Pobreza subió al 40,1% en el primer semestre y proyecta 43% en agosto
La suba de precios, por encima de los salarios, impulsó el aumento no solo de la pobreza sino también de la indigencia.
El Índice de Pobreza alcanzó al término del primer semestre del año al 40,1, por encima del 39,2% con el que cerró el 2022, y más de tres puntos por sobre el 36,5% de enero-junio del año pasado.
Pero además, la indigencia, entendida esta como el porcentaje de gente pobre cuyos ingresos no les alcanza ni siquiera para comprar la cantidad mínima de alimento, trepó al 9,3% al término del primer semestre de este año, frente al 8,1% con el que cerró el 2022, o el 8,8% de enero junio del año pasado.
Con una población estimada en 46 millones de personas, estas cifras implican que 18,4 millones de personas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza, y entre ellas 4,2 millones, son indigentes.
Este aumento en los niveles de pobreza obedeció al mayor incremento en los precios de los bienes que integran la Canasta Básica Alimentaria, y la Total, frente a los ingresos. Por ejemplo, la Canasta Básica Alimentaria, que mide el nivel por debajo del cual se cae en la línea de Indigencia, aumentó 55,1% en el primer semestre, mientras que la Total, que reúne además de comida, indumentaria y algunos servicios, subió 52,4% en el primer semestre del año.
En tanto, el Índice de Salarios que releva el propio Indec dio cuenta que subió en promedio el 47,2%, solo los empleados públicos se pudieron acercar al índice de inflación, que fue del 50,7%, con un aumento en sus ingresos del 50,2%, un escalón más abajo quedaron los privados, con el 47,3%, y muy por detrás los trabajadores “en negro”, que suman un tercio de la fuerza laboral, con el 41%.
Informes de fuentes privadas, como el del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), estima que la pobreza habría alcanzado el 50% de la población sin los programas sociales implementados por el Estado.
En tanto, según proyecciones del especialista Martín Rozada, director de la Maestría en Econometría de la Universidad Torcuato Di Tella, realizadas en base a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares y los valores de la canasta básica, el índice alcanzará más específicamente el 43 de la población en agostó, cuando la inflación se disparó al 12,4%, la mayó desde 1991.
Los últimos datos del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) publicados por el INDEC, mostraron que la actividad cayó un 1,3% anual en julio, y lo coloca a solo 0,2% por encima del pico registrado en septiembre de 2011.
El panorama es aún más dramático cuando se observa el desempeño económico ajustado por el crecimiento poblacional. En el mismo período (2011-2023), la población creció a una tasa promedio del 1,0% anual y un 12,7% entre puntas, según estadísticas demográficas del INDEC. En otras palabras, “la economía no acompañó el crecimiento de la población, lo que derivó en una caída del ingreso por habitante del 11,1% entre septiembre del 2011 y julio de 2023”, advirtió la fundación Libertad y Progreso, en base a los datos oficiales.